El beso de la libélula

Capitulo 91

LAIA SALERNO

Llegamos al shopping con Aylin. Nos vamos de compras, mientras ella me arrastra de la mano, de local, en loca.

Después nos vamos a Almorzar juntas, como es de preverse, nos detenemos en el lugar de comidas rápidas.

Ella saca su celular y fotografía todo lo que ve a su alcance. Luego hacemos una especie de video juntas.

La noto feliz, después de tanto tiempo. Era evidente que su madre no le daba mucha atención, y eso, como madre, me lastimaba por dentro.

-Aylin, ¿puedo hacerte una pregunta? –Le pregunto, mientras meto una papa en mi boca-.

-Si… -Me responde, mientras muerde su hamburguesa-.

-¿Cómo es tu relación con tu madre? –Le pregunto, mientras unto mi papa con salsa de barbacoa-

-No hay relación de madre e hija. –Sus ojos están esquivos, y deja de comer-. Mi madre está todo el tiempo ocupándose de ella o intentando lastimar a mi padre, que apenas tiene tiempo para mí. –Respira profundo-. Además, cuando intento defenderlos, entonces ella se pone agresiva y…. –Mete una papa en su boca-.

-¿Qué hace cuando se pone agresiva? –Le pregunto, un poco nerviosa-.

-Bueno…se pone violenta conmigo, me golpeá y…luego se arrepiente. –Aprieto mis puños, intentando contener mi rabia-.

-¿Cuándo fue la última vez que te golpeó? –Le pregunto, mientras bebo un sorbo de mi gaseosa-.

-Hace dos días atrás… -Me muestra sus brazos, están llenos de dedos y moretones-

-Aylin… ¿Por qué no se lo dijiste a tu padre? –Le pregunto, mientras acaricio sus manos, con mis ojos humedecidos-.

-Porque no quiero que sigan peleando. Estoy cansada de estar en el medio Laia. –Me responde, con sus ojos húmedos-.

-Aylin, esto tiene que detenerse. No podes permitir que te siga lastimando, de hecho siento bronca de verte así. –Seco mis lágrimas con mis dedos-.

-No le cuentes a mi padre…por favor, Laia –Me dice, mientras me sostiene las manos-.

-Si ocultamos esto, entonces, ella gana. ¿Vos queres que eso pase? –Ella se encoje de hombros y me suelta-.

-Ya no tengo hambre, ¿podemos irnos? –Me dice, con sus semblante serio-.

-Está bien… -Nos levantamos de la silla-.

Ella sube al auto, como si no fuera la que se abrió hace unos minutos atrás conmigo. Me aferro al volante del auto con fuerza. Media hora después estoy parada al frente de su casa.

-Bueno, llegamos. –Me da un beso en la mejilla- ¡Gracias por hacerme pasar un lindo día! –Acaricio su rostro y beso su frente-.

-No me agradezcas, lo haría las veces que sea necesario, con tal de verte sonreír.-Me abraza y beso su cabeza-.

Abre la puerta, entonces la veo a India parada en la puerta, cruzada de brazos. Al notar mi presencia se acerca al auto.

Aylin baja con las bolsas que compramos. India no la saluda, veo como la regaña. Entonces, no lo dudo, y me bajo. Cierro con fuerza la puerta del auto y me paro en frente de ella.

-No puedo creer que Adem te haya dejado que traigas a mi hija, cuando debería haber sido él. –Fulmina con la mirada a Aylin-. Además, pasaron una tarde juntas. ¿Qué es lo que pretendes intrusa? ¿Acaso queres robarme el amor de mi hija también? –La miro con ira en mis ojos-.

-Aylin, entra a la casa. Tu madre y yo tenemos que hablar. –Ella me mira asustada y le digo que se quede tranquila-.

-Aylin… -Le llama India, entonces se detiene-. Yo soy tu madre, no está puta. Entonces, vas a hacerme caso a mi ¿me oíste? –Tomo bocanadas de aire, para no golpearla-.

-Mamá, Laia no es una puta. Y si, voy a hacerle caso. –Le dice, entonces cuando está a punto de abofetearla, detengo su mano-.

-Ni lo intentes o te juro que voy a quebrarte la maldita mano –Le respondo, con mucha ira en mis ojos-.

-¡Soltame o te juro que voy a denunciarte por agresión en mi propia morada!-La suelto, y ella acaricia su muñeca-.

-No vuelvas a tocar a Aylin o te juro que me voy a encargar que te quede en claro lo que acabo de decirte. –Ella me mira desafiante-.

-¿Me estas amenazando? –Sonríe como una desquiciada-. En vez de ocuparte de mí, deberías hacerlo del bastardo de tu hijo, u obviamente del que quisiste meter a mi exmarido por los ojos. Está claro que no es su hijo, pero prefiere dudar de mí en vez de vos.-Le doy una cachetada en la cara fuerte-.

-No vuelvas a hablar de mis hijos con tu sucia boca. Y tampoco pongas tus miserias en las mías. Está claro, que la única que se comportó como una prostituta fuiste vos, incluso quiso meterle un hijo a Adem, el cual no era suyo. Yo no soy como vos. Una loca desquiciada, envidiosa y ególatra. –Ella intenta golpearme, pero la detengo-. Si vos me denuncias por esto, entonces tendré que hacerlo, por maltrato infantil, y créeme que las pruebas están a la vista. –Ella mira a Aylin y luego a mí-.

-Quiero que te vayas ahora mismo de mi casa o te juro que… -Le corto la palabra-

-Vos no estás en posición de imponerme nada. Solo voy a pedirte que no le vuelvas a levantar la mano o te juro que me voy a encargar de que te quede claro. –La empujo y ella se cae al piso-.




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