LAIA SALERNO
Estaba muy molesta con Adem. No podía creer como fue capaz de culparme por las locuras de su ex mujer. Me la pase llorando todo el día, hasta que recibí la visita de Manuel, Ana y Joaquín.
Hacía mucho tiempo que no sabía nada de él, y creo que ya le había quedado en claro que lo veo como a un amigo.
Me fui a preparar la cena, mientras Manuel y Ana jugaban con Murat. Joaquín estaba conmigo, hablando. Mi hijo se había ido a lo de su padre. Después de tanto tiempo, habían hecho las paces, y me alegraba que intentaran recomponer su relación.
-¿Cómo estás? –Me pregunta Joaquín-.
-Bien, por suerte mi hijo Murat está sano y salvo después de todo lo que pasamos.-Pelo las papas-.
-Perdón, por no haber estado con vos en ese proceso. Pero, no podía, sobre todo, porque aún estaba sanando viejas heridas. –Me responde, entonces sin querer me corto un poco el dedo-.
-Ay… -Me llevo el dedo a la boca, porque sale sangre-.
-¿Qué te pasó? –Me dice, Joaquín preocupado-.
-Solo me corte un poco, pero no es nada. –Le respondo, entonces abro el grifo y pongo mi dedo que el agua seque la sangre-.
Joaquín se para detrás de mí, me trae una servilleta. Mientras mira mi dedo atento.
-Voy por alcohol y algodón… -Me dice, entonces lo detengo-.
-Tranquilo, estoy bien. –Él sonríe, y sonreímos juntos-.
En ese momento siento la presencia de Adem, nos mira a ambos. Sus puños se cierran y abren. Luego fulmina con la mirada a Joaquín.
-¿Qué está haciendo este tipo en mi casa? –Pregunta, molesto-.
-Adem, ellos vinieron a verme. –Envuelvo la servilleta en mi dedo-.
-Bueno, lo mejor va a ser que regrese con los chicos. –Dice Joaquín, mientras que Adem se pone en frente de él-.
-No quiero verte cerca de mi mujer, espero no tener que repetírtelo por segunda vez. –Le dice, entonces Joaquín sale de la cocina, molesto-.
-¿Qué crees que estás haciendo? –Le pregunto, molesta-.
-La pregunta correcta seria ¿Qué estabas haciendo a solas con este tipo que estuvo enamorado de vos? –Entonces, lo fulmino con la mirada-.
-No puedo creer que sigas humillándome, primero por lo de tu ex, ahora con Joaquín. Vas sumando puntos, para que esta relación se termine por completo.
Porque si no confías en mí, entonces no tenemos nada que hacer… -Me saco la servilleta, que esta con mi sangre-.
-¿Qué te pasó en el dedo? –Me pregunta, intenta tocarme pero lo rechazo-.
-Nada, solo quiero que me dejes en paz. –Intento irme, pero me detiene-.
-Mostrame tu dedo. –Me agarra la mano y mira mi dedo-. Es un corte superficial, ya dejo de sangrar. –Agarra el dedo y lo besa-.
Perdón, estaba nervioso por lo que paso con mi hija. Sé que no tenías la culpa de nada, y agradezco lo que hiciste por ella. –Sus ojos se humedecen-.
Fui a verla, comprobé los golpes y me la traje a casa.-Suspira profundo-. No quería hacerte sentir mal, pero todo lo que me paso fue muy fuerte, y el verte con ese imbécil me puso loco de celos. –Caen lágrimas de sus ojos- No quiero que te alejes de mí, te amo demasiado, Laia. –Lo abrazo-.
Se aferra a mi cuerpo, mientras se descarga. Acaricio su espalda, mientras beso su hombro.
-Tranquilo, todo va a estar bien. –Él se aferra más a mi cintura-.También te amo, y voy a dejar pasar tu escenita de recién, solo por lo que viviste por la mañana.-Él me mira, sonríe entre lágrimas-.
-Te necesito tanto, hoy más que nunca. –Me dice, mientras pega su boca con la mía-.
Adem se había tranquilizado, le pidió disculpas en la cena a Joaquín. Mientras que Aylin, comía tan feliz, mientras le hacía monerías a Murat.
Manuel y Ana conversaban de sus próximos planes para vacacionar. Joaquín, nos contaba de su novia. Pasamos una linda noche, como hace tiempo extrañaba. Veía sonreír a Adem, y me sentía feliz.
Últimamente sufrió bastante, bah, sufrimos bastante. Pero nos merecíamos un poco de felicidad en nuestras vidas.
El próximo mes iríamos de visita a Turquía, y la verdad que esperaba con ansias que llegara pronto ese día.
Quería conocer la tierra donde nació el hombre de mi vida, el padre mi hijo. Terminada la velada, con amigos. Nos fuimos a dormir, Aylin quiso dormir con Adem, en su habitación.
Yo dormí con Murat en la mía; ella estaba muy asustada, y le hacía bien, compartir lindos momento con su padre.
Editado: 19.11.2021