el beso de un conde

capitulo 17

Vladimir alcanzó a ver el jarrón que kiara le lanzó y escuchó sus gritos sin poder defenderse, lo intentaba, pero kiara no escuchaba.

—Kiara, por favor creme, no es mío.

—¡¿Que no es tuyo? —rabió ella, lanzándole un candelabro—Eres un mentiroso ¡Claro que debe serlo! Huiste y es obvio que te acostaste con ella. Es tu amante ¿No? Siempre lo ha sido.

—No, kiara, lo juro, no es mío. Ya te dije que desde que te conocí la terminé, lo juro.

—¡Mientes! —chilló—¡Siempre me mientes, Vladimir Patchenco! ¡¿Por qué?!... Claro que sé por qué, como yo perdí al mío, decidiste hacer otro por otro lado ¿Cierto?

—No, kiara, eso se terminó cuando te conocí, lo juro, ese hijo no es mío.

—No te creo.

—Te juro que…

—Quiero el divorcio, no lo toleraré nada más. Si ella quiere ser tu esposa, que lo sea, ya no puedo más con esto—espetó, antes de salir del lugar.

—Te lo dije mi amor, ella no sirve como tu esposa. Entiéndelo, Vladimir, tu deber es estar conmigo y tu hijo… Nuestro—sostuvo Olivia, posando su mano en su abultado vientre.

—¿De quién es? Es obvio que no es mío, porque tú y yo no hemos vuelto a acostarnos Olivia, nunca lo haría.

—¿Ya lo olvidaste? Nuestro encuentro en el burdelito ese, fui allí para buscarte, me llevaste tú mismo a la alcoba. Vladimir, o aceptas tu paternidad o le diré a todo el mundo que me violaste aquel día. Tú mismo amigo me vio allí, Dimitri, pregúntale, él te lo dirá.

—Sé que no es mío—bramó, acercándose a ella—Te juro que, si me mientes, haré que te cuelguen por mentirosa y nada podrá salvarte. Dime Olivia ¿Que quieres? ¿Quieres dinero, poder? ¿Qué?

—¿Me estás pidiendo que me deshaga de él y me das todo lo que desee? Uy amorcito, que mal padre eres.

—¡¿Qué quieres de mí?!

—Quiero ser la Condesa Patchenco, quiero ser tu esposa en la sociedad y en tu cama.

—Eso jamás pasará, solo hay una Condesa Patchenco y esa es kiara.

—Entonces sufrirás las consecuencias. Te quitaran el título, te quitaran todo, incluso tu mujercita se irá de tu lado y ahí estaremos tu hijo y yo. Tienes dos días, porque me mudaré a la mansión, haz que preparen la mejor alcoba y por favor, desaste de ella antes de que yo lo haga.

Vladimir se sintió impotente. kiara no lo perdonaría, pero ella misma había ayudado a Olivia, pidiéndole el divorcio.

—¿Igor?

—¿Sí señor?

—Ven conmigo—le pidió, entrando al despacho—Cierra la puerta.

—Pero Vladimir, necesitamos hablar—irrumpió Olivia.

—¡Más tarde! —gritó con furia—Y oye bien: sé que ese niño no es mío, lo haces para que kiara me deje, pero, aunque eso pase, jamás serás mi esposa, jamás ¿Escuchaste? ¡Jamás!

—¡Te vas arrepentir de esto Vladimir—gritó cuando le cerró la puerta en la cara.

—¿Lo es? ¿Es tu hijo, Vladimir?

—Por supuesto que no, no he vuelto a acostarme con ella, no desde que conocí a kiara.

—Vladimir, esto ya se está pasando de la raya, se supone que haríamos… ¿Qué haces? —preguntó al ver a Vladimir marcar en el teléfono.

—Haciendo lo que tu hija quiere. Si kiara quiere el divorcio, no me queda otra que dárselo, pero lucharé por ella antes de llegar a eso.

—¿Cómo?

—Ya lo sabrás.

[…]

Pasaron dos días para que el abogado de la familia llegara a la mansión, era uno de los abogados más conocidos de san Petersburgo, por su trabajo, ya que jamás perdía un caso justo y no aceptaba casos donde él sabía que eran culpables: Stapleton Page. kiara había decidido echar a Vladimir de su cuarto y como pasaban los días, no lo hablaba, trataba de ser fuerte, conviviendo con Olivia en la misma casa.

Esa mañana, antes de que Stapleton llegara, tuvo un encuentro con su esposo, en su cuarto.

—¿Qué haces en mi habitación? Sal, por favor, tengo que cambiarme.

—Te recuerdo que este también es mi cuarto y mi casa, así que te aguantas. Yo no sé por qué insistes en odiarme kiara, te repito una y otra vez que no soy el padre de ese niño, no me acosté con ella, no lo hice desde que te conocí, entiéndelo.

—Vladimir, no insistas, eres el único amante que esa… Mujer ha tenido y tu querías un hijo…

—Oh no, no me culpes a mí, sí quería un hijo, pero contigo, no con ella.

—Eso debiste pensarlo antes y ya te lo dije, quiero el divorcio, me quiero ir ¿Para qué quieres seguir torturándome? Traes a tu querida a esta casa, donde yo estoy.

—¿Quieres que la eche? Por qué lo haré si eso deseas, haré lo que sea para que me perdones kiara, lo que sea.

—Ya no hay nada que cambie el hecho de que me fuiste infiel con esa mujer, y para colmo la embarazaste, eso… Por favor Vladimir, sal de aquí—sus ojos se cristalizaron—Por favor.

El rostro de Vladimir cambió al ver el sufrimiento de su esposa. Lo mataba verla llorar, así que tomó su saco y salió del cuarto, no sin antes acercarse a ella para hablarle calmadamente.

—Está bien, me iré del cuarto, pero jamás de tu vida ni de tu corazón y eso dalo por hecho… Dios, qué difícil es tenerte tan cerca y no poder tocarte. Voy a luchar kiara, no dejaré que te alejes de mí ¿Me oyes? Solo tendré una esposa y esa eres tú—juró antes de salir.

Kiara se desmoronó al instante, cayendo a la cama, sin poder pensar más que en las palabras de él, pero cada minuto recordaba a Olivia embarazada. Parecía una pesadilla de la que quería despertar.

Horas después, Stapleton entró al despacho con Igor y Vladimir.

—Conde—le saludó Stapleton, dándole un abrazo.

—Stapleton, ya creía que no vendrías.

—Lo siento amigo mío, estaba de viaje con mi madre, después de la muerte de mi padre he tenido que hacerme cargo de todo, pero dime ¿Qué necesitas? ¿Para qué me mandaste a llamar?

—Primero que nada, déjame pregúntate algo ¿Has tenido algo con Olivia después de lo que pasó?

—No, y no volveré a caer ¿Por qué?




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