el beso de un conde

capitulo 20

La tormenta había cesado.

 Dimitri salió a cubierta a buscar a Vladimir y kiara, ya que no se habían ocultado con ellos, pero no los encontraron.

—Dimitri ¿Dónde está mi prima? ¿Y su esposo? —le cuestionó Mariksa.

—No lo sé mi amor, no… No están en el camarote.

—Pero… ¿Qué les pasó?

—Hay que volver, si cayeron están en el mar.

—Pero Dimitri ¿Y si algo les pasó? Dios—sollozó ella, poniéndose la mano en la boca—, ellos pueden estar muertos.

—Esperemos que no.

[…]

 Igor y Diana le comentaron la mala noticia a Adolph, del terrible fallecimiento de su esposa; por supuesto que todo fue fingido y a Adolph se le notaba en el rostro que no estaba afligido por la muerte de su esposa. Mientras él lloraba, tanto se notó el desprecio que se negó rotundamente a ver el cuerpo de ella, ya que sabía que mostraría las señales de abuso, los golpes y moretones.

—Mi Lord, debería ver a su esposa por última vez—le recomendó Igor.

—Tú no te metas, eres un simple empleado. No quiero verla, no lo soportaría.

—Tenemos que ubicar a mi hijo—sugirió Diana.

—No es posible, el Conde está buscando a su esposa—contestó Igor.

—¿Qué hacemos?

Las horas pasaban y Igor se encontraba en la oficina de Stapleton, para ver cómo se comunicaban con Vladimir, pero no podían hacer nada más que llamar al Duque, él era el único que le podía ayudar.

—Lo siento Igor, el Duque es quien tiene contacto con su sobrino, y por lo que supe, Vladimir estaría llegando a San Petersburgo en un mes—comentó Stapleton.

—No tenemos tanto tiempo.

—Lo sé Igor, pero…

—Tú sabes dónde está, no me lo niegues. Solo dile que la tía de kiara falleció, sé que Mariska está con ellos, por favor Stapleton.

—¿Como sé quién eres en realidad? Juré no pronunciar palabra. Créeme, jamás traicionaría a mi amigo; hicimos un pacto en el internado, tú no sabes todo lo que pasamos allí.

—No, es cierto, no lo sé, pero me imagino.

—Bien, haré lo posible para encontrarlos.

Más tarde, Igor llegó a la mansión, donde Olivia estaba haciendo un berrinche con las empleadas, con la ausencia de los Condes ella ya se sentía la dueña y eso Igor lo escuchó.

—¡Olivia! —bramó Igor al escucharla—Discúlpeme, pero en ausencia del señor, la que manda en esta casa es la señora Diana, ya que ella es la madre del Conde, así que le agradecería que se dirija a ella con respeto.

—Tú no mandas aquí, mayordomo de pacotilla ¿Crees que con haberte ganado el afecto de Vladimir tienes el derecho de gritarme? Haré que te eche de una vez.

—Señorita, yo que usted andaría con cuidado, obligar a un hombre a reconocer a su hijo, no es ganarse el derecho de ser su esposa, el amo tiene esposa y es a ella a quien le daremos nuestra lealtad, y si el amo la escoge quizás allí lo hagamos ¿Escuchó bien? Ahora, si me disculpa, escoltaré a la señora Diana a su alcoba, acabamos de enterrar a un miembro de la familia, por lo menos respete nuestro duelo… Con su permiso—culminó, tomando a Diana del brazo para llevarla con él.

—No debiste hablarle así, es la madre de mi nieto—expuso Diana.

—Algo me dice que no es verdad lo que dice, ya que, conociendo a Vladimir, no se habría llevado a kiara si no la amara.

—Es cierto, pero recuerda que Olivia no lo sabe, así que guarda silencio. Hoy no me siento muy bien.

—Lo he notado ¿Qué te ocurre?

—Igor, debo hacerte una confesión, ven a mi alcoba para hablar en privado—al entrar, Igor sospechaba lo peor, pero cuando Diana se sentó en la cama y le reveló todo, él tardó unos minutos en entender.

—¿Que duermes con Stephan? ¿Cuándo, cómo?

—No sé cómo paso, solo sé que cuando ese muchacho me toma en sus brazos siento la pasión que hace años no sentía. Sé que está mal, que podría ser mi hijo, pero…

—Es un hombre fuerte y viril, es de entenderse, pero igual me cuesta entenderlo.

—Lo sé—suspiró—Ay, amigo mío, ayúdame a pensar qué hacer ¿Cómo se lo diré a mi hijo? Después de tantos años de abandono, ahora me involucro con su hermanastro.

—Diana, me pregunto ¿Por qué la vida nos hizo tanto daño? Yo soy el menos indicado para juzgarte. Vladimir es tu hijo, sabrá entenderte, solo disfrútalo mientras dure, si aún no te has enamorado de el

—No lo sé, no sé si el deseo puede ser por amor.

—Nadie lo sabe, amiga…  Si esa mujer quiere hacerle daño a kiara, juro que…

—No, Igor, piensa en esa criatura que no tiene la culpa de tener esa madre; pobre de él, su vida será un infierno con ella y más si logra su cometido, casarse con mi hijo. No creo que Vladimir sea tan miserable con el niño, pero ella, no sé de qué es capaz.

—Lo sé, no culpo a ese niño, solo que…

—Sí, no digas nada… Puede que haya oídos en esta casa. Dios, como me gustaría que mi hijo regresara ¿Cómo ayudar a desenmascarar a esa…?

—No sé cómo lo haremos, pero… Ni siquiera Stapleton no le cree.

—Es comprensible después de lo que le hizo a él, imagínate, abortar a su hijo solo por venganza.

La charla seguía mientras en otro lado el Duque y Adolf se había reunido para finalizar su plan y desplegar detalles.

—¿Matar a mi sobrino? Es muy arriesgado—sostuvo el Duque.

—Sí, pero ya estoy harto, su sobrino le da demasiada libertad a su servidumbre. Quiero ser yo quien mande en esa mansión—dijo Adolf con voz gélida.

—Tiempo, viejo amigo, es lo que hace falta. No podemos hacer tal cosa aún, necesito que se case con Olivia y allí poder manejar todo. Que se case con ella y lo matamos, después de eso podré manejar a esa zorra yo mismo, tú te quedas con la casa, te casas con ella y luego haremos lo que quieras.

—Ya lo planeaste todo, pero, a decir verdad, es la madre de Vladimir quien me interesa, esa mujer es una belleza ¿Te imaginas lo que sería tenerla en mi cama?




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