Capítulo 2
Bubu el búho voló alto sobre el bosque, sus alas extendidas como un manto de sabiduría que cubría a sus amigos. Desde su privilegiada posición, podía ver el bosque en su totalidad, con todos sus rincones mágicos y secretos ocultos. Mientras sobrevolaba, notó que el aire estaba cambiando; una sutil brisa comenzó a llevar consigo un olor a humo más fuerte.
"No parece nada bueno", pensó Bubu mientras giraba en el aire, sus ojos grandes y amarillos enfocados en el horizonte. A medida que volaba, empezó a notar cómo las nubes de humo se levantaban en la distancia, como una oscura cortina que se extendía sobre el cielo.
Decidido a actuar, Bubu descendió rápidamente hacia sus amigos, que aún estaban celebrando la carrera junto al arroyo.
—¡Amigos! —gritó Bubu, aterrizando con gracia en una roca cercana—. ¡Necesito que me escuchen!
Roco, Zuri y Ciro se giraron, sorprendidos por la urgencia en la voz de Bubu.
—¿Qué pasa, Bubu? —preguntó Zuri, con una expresión de preocupación en su rostro.
—He estado volando alto y he visto humo a lo lejos. Parece que hay un incendio en el bosque. ¡Debemos actuar rápidamente! —dijo Bubu, su voz llena de determinación.
—¿Un incendio? —exclamó Ciro, con su mirada llena de inquietud—. Eso es grave. ¡Nuestro hogar está en peligro!
Roco, que siempre había sido el más valiente del grupo, dio un salto.
—¡Vamos a hacer algo! No podemos permitir que el fuego destruya nuestro bosque —dijo con firmeza.
—Pero, ¿qué podemos hacer? —preguntó Zuri, su voz temblando un poco—. Somos solo unos animales pequeños.
Bubu levantó su cabeza en señal de reflexión.
—Podemos reunir a otros animales del bosque y trabajar juntos para combatir el fuego. La unión hace la fuerza —sugirió—. Necesitamos hacer un plan y actuar antes de que sea demasiado tarde.
Los amigos se miraron entre sí y asintieron, sintiendo el poder de la amistad y la responsabilidad que tenían. Sin más tiempo que perder, comenzaron a moverse rápidamente, dirigiéndose hacia el claro donde muchos otros animales se reunían.
—¡Vamos! —exclamó Roco, agitándose de emoción—. ¡Es hora de salvar nuestro hogar!
Mientras corrían, la determinación llenaba sus corazones. Sabían que el camino por delante sería difícil, pero juntos, estaban listos para enfrentar cualquier reto que se les presentara.