El Bosque Oscuro (caperucita roja bl)

"Primer Encuentro" capitulo 1

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Había una vez un joven apuesto llamado Kim, conocido en su aldea como Caperucita Roja por la capa carmesí que siempre llevaba puesta, tejida por su abuela. Kim era amable, curioso y soñador, con una sonrisa que podía iluminar los rincones más oscuros del bosque.

Un día, su madre le pidió que llevara una cesta de pan y medicinas a su abuela, que vivía al otro lado del bosque. Kim aceptó con gusto, emocionado por la oportunidad de escapar de la monotonía de la aldea y disfrutar de la tranquilidad del bosque.

Al adentrarse en el sendero, Kim se encontró con un lobo imponente y elegante, de pelaje gris plateado y ojos de un amarillo profundo que parecían leer el alma. Este no era un lobo cualquiera; era un cambiaformas llamado Luka, que vivía en el bosque para protegerlo de intrusos y cazadores. Al ver a Kim, Luka no pudo evitar sentirse intrigado por su porte confiado y su peculiar capa roja.

—¿A dónde vas, joven? —preguntó Luka, transformándose rápidamente en su forma humana, un hombre de facciones afiladas y una sonrisa traviesa.

Kim, sorprendido pero sin mostrar miedo, respondió:
—Voy a visitar a mi abuela. Vive al otro lado del bosque.

Luka sonrió con suavidad.
—Es un camino peligroso. ¿Te importa si te acompaño?

Aunque había algo misterioso en Luka, Kim aceptó. Durante el trayecto, hablaron de la vida en el bosque, de sueños y de sus deseos más profundos. A medida que avanzaban, la desconfianza inicial se transformó en una conexión inesperada. Kim descubrió que Luka no era solo un protector del bosque, sino también un alma solitaria que anhelaba compañía, aunque rara vez lo admitiera.

Cuando llegaron a la cabaña de la abuela, Luka se ofreció a esperarlo afuera para no incomodar a la anciana. Sin embargo, Kim insistió en que entrara. La abuela, al verlos juntos, percibió algo especial entre ellos. Sonrió con complicidad y los invitó a compartir una sopa caliente.

La tarde transcurrió entre risas y miradas cargadas de significado. Cuando llegó el momento de despedirse, Luka acompañó a Kim de regreso al pueblo. Al llegar al límite del bosque, Luka tomó la mano de Kim.

—¿Volveré a verte? —preguntó Luka, su voz cargada de esperanza.

Kim sonrió, sus mejillas ruborizadas.
—Puedes contar con ello.

Desde ese día, el bosque dejó de ser un lugar peligroso para Kim y se convirtió en el escenario de un romance que floreció entre senderos ocultos y claros iluminados por la luz de la luna. Kim y Luka demostraron que, a veces, lo inesperado puede ser el inicio de algo hermoso.

Fin.



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En el texto hay: romace, romance gay, cuetos clásicos

Editado: 29.11.2024

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