El boxeador es mío

Capítulo 3

A la mañana siguiente, una vez que nos despertamos y nos vestimos, Sam me llevó a mi casa prometiéndole que le devolvería la ropa limpia luego.

Entré por la puerta y mamá estaba hablando por teléfono, seguramente estaría hablando con la familia. Subí a mi habitación para no molestarla y así poder cambiarme de ropa y ponerme cómoda. Mientras me cambiaba recibí un mensaje de mi mejor amiga que decía:

- ¿Te parece bien salir mañana de compras?

Yo no dudé ni dos segundos en contestar y le dije:

- Seguramente ya me estés extrañando. Claro que quiero ir, solo dime la hora y dónde nos vemos, ¿vale?

Dejé mi móvil cargando mientras arreglaba unas cosas para poder asistir mañana a mis clases de ballet. Además preparé un poco mi habitación para las futuras visitas, hasta que mi madre apareció en el marco de l puerta de habitación mu sonriente.

- ¿Qué pasa mamá?-dije devolviéndole una sonrisa que muchas de las personas que nos conocen me han dicho que se parece mucho a la de ella.

- Tengo buenas noticias, tus primos de España vendrán por fin a visitarnos-dijo ella emocionada.

- ¡Qué bueno! Ya extrañaba mucho a la tía Jules y a mi primo Marco.

- Y no sólo vendrán ellos-dijo mi madre con unos gestos para que me detuviera. Yo me reí por su enfasis,-también vienen Stephan y Robert.

- ¿Qué?¿Pero ellos no estaban en Nueva York?-dije algo sorprendida. Marco, Stephan y Robert son hermanos pero se separaron cuando los dos últimos decidieron ir a Nueva York a estudiar.

- Sí, pero la tía Jules dijo que estban de visita en España y aprovechando esa visita vendrán a pasar unos días aquí antes de que regresen a Nueva York-me contestó.

- ¿Es decir, que no será una simple cena de domingo sino que será más bien una junta familiar?-pregunté sonriendo.

- Algo así-se rió.-Te veré abajo, tus primos vendrán en cualquier momento-dijo y salió de mi habitación.

Estaba realmente feliz, hace mucho tiempo que no veo a mis primos de España. Toda mi familia consta en tres tíos y mi madre. Jules es mi tía y tiene tres hijos, Marco tiene dieciséis años, Stephan y Roberti tienen ambos dieciocho ya que son gemelos; Jorge es mi tío más mayor que tiene un hijo que se llama Thomas y tiene diecinueve años; luego está mi madre Amanda; y por último, mi tío más joven Body que no tiene hijos.

Sí, soy la única mujer entre todos mis primos y por ese motivo creo que estamos todos tan unidos. Antes de que Stephan y Robert se fueran como una pequeña pandilla en la íbamos todas las tardes a los centros comerciales a jugar a videojuegos o íbamos a los parques a jugar a la pelota. Pero desde hace cuatro alos no veo a los gemelos ni a Marco ya que fue cuando la tía Jules se volvió a casar y se fueron a vivir a España. Dos años después, los gemelos se fueron a estudiar al extranjero y ya no supe nada más de ninguno de mis tres primos. Y para colmo Thomas ya no viene mucho por aquí porque ya está en la universidad, pero siempre que viene a la ciudad me cuida como si fuera su hermana menor.

En esos momentos mi teléfono empezó a sonar justo antes de que saliera de mi habitación y me dirigiera a la planta baja junto con mi madre. Corrí hacia él, lo cogí y respondí a la llamada.

- ¿Qué pasa Sam?¿Ya me extrañas? Lo sé, no hace falta que lo digas-reí.

- No soy Sam y tampoco soy una mujer, pero sí, sí que te extraño-la voz ronca de un chico soñó en la otra línea y yo fruncí el ceño al instante.

- ¿Quién eres?

- ¿Ya no te acuerdas de mí, nena?-dijo y se podía escuchar su risa de fondo. Reaccioné después de que dijo ese jodido apodo que me había dado, aunque l epedí de una y mil formas que no me llamara así.

- ¿Harry?-pregunté y el hizo un sonido de aprobación.-¿Por qué me llamas? Y lo más importante de todo esto, ¿por qué me llamas desde el móvil de Sam?

- Bueno, pues es bastante fácil responder a tus dos preguntas-dijo.-La primera de ellas era que quería saber cómo estabas-se escuchó que estaba con un tono coqueto,-y la sagunda es porque Cody vino a visitarla a su casa y me pidió que viniera con él. Y la verdad es que vine porque en realidad pensaba que estarías aquí con ella.

- Pues ya ves que no estoy ahí-dije después de unos segundos en silencio.-Saluda a Cody y a Sam de mi parte-dije algo enojada.

- ¿y a mí no me vas a saludar?

- Creo que no-dije seca.

- Vale, tampoco es para que te pongas así nena, sé de sobra que las chicas guapas como tú, cuando se enfadan se ven bastante feas-dijo y tengo que admitir que me ruboricé por lo que agradecí que no pudiera verme en estos instantes.

- Como sea-dije nerviosa.-Debo irme Harry.

- No, no te vas a ir hasta que me digas que saldrás conmigo-dijo, y por un momento sentí que se me iba el aire.

- Te dije que algún día nos volveremos a ver...-me interrumpió rápidamente.

- ¿Cuándo?-dijo, y yo solo suspiré.

- Algún día-el sonido de unos platos se escuchaban desde la plnata de abajo.-De verdad, me tengo que ir Harry.




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