El Caballero Fantasma

01. Este Universo

Desde tiempos inmemoriales, se cuentan historias; leyendas de ángeles y demonios que, ocultos a la humanidad, guiaban a estos por el camino de la luz o de la oscuridad. Sirvientes del creador que llevan las almas humanas hacia su salvación y paz eterna... y seres oscuros que los guiaban hacia el caos y la destrucción de sí mismos y de todo lo demás. Coexistiendo con el mundo de los humanos, sabemos que hay 3 versiones de nuestro mundo enlazados entre sí. El plano superior; cubierto de luz y prosperidad, donde habitan los ángeles bondadosos que buscan el bienestar de todo lo demás. El inframundo es el plano inferior, ahí habitan todo tipo de criaturas horribles y despiadadas con una sed de sangre y caos tan fuerte que el creador tuvo que atraparlas ahí; estos monstruos disfrutan del ver como los humanos, muchas veces influenciados por ellos, desatan la destrucción entre ellos mismos.

Desde la existencia, estos dos bandos han estado en guerra por la pertenencia de las almas humanas, pero... ¿Por qué? Siempre se ha sabido que ambas razas, ángeles y demonios, no pueden coexistir ya que el ideal de ambos contradice al otro; por lo que llegaron ambos a la conclusión de que, para reclamar la propiedad de las almas humanas, un bando tiene que destruir al otro. Siendo esta la razón de una tan sangrienta como antigua guerra. Y los humanos sin saber, se volvieron participes en un conflicto que iba más allá de lo que jamás imaginaron.

Pero a final de cuentas, como en toda competencia, se necesita un árbitro. Con un pacto de no intervención, antes de abandonar este mundo, el creador dejo como juez una tercera raza que tendría como principal deber el mantener a raya a las otras razas para que estas no abusaran de su poder e inclinaran la balanza de la guerra a su favor. A esta nueva raza se les llamo: "Deaths"; una raza dotada con una fuerza y una voluntad que sería capaz de evitar cualquier trampa por parte de cualquier raza. Incorruptibles e inflexibles, estos nuevos seres habitarían en un espacio entrelazado al espacio humano, posicionado justo en medio del plano superior y el inframundo. Y así fue como se estableció la competencia al mismo tiempo que se establecieron sus reglas. Un majestuoso e imponente tomo fue creado específicamente como reglamento para que los Deaths lo hicieran valer, este los obligaba a no abandonar su trabajo y a ser incorruptibles, evitando cualquier favoritismo.

La competencia consistía en que cada vez que un humano muriese, su alma, dependiendo su carga karmica, iría al cielo o al infierno, de esta forma cada bando podría aumentar los números de su lado y formar un ejército. Al llegar el día del juicio, el cielo y el infierno se volverían uno con el plano de los humanos e iniciarían una guerra para apoderarse del plano humano y reclamar toda la humanidad como propiedad del ganador, aunque eso signifique desatar la destrucción durante la guerra.

Pero no sería tan fácil para ninguno, de entre las reglas, había algunas que destacaban, como la que decía que ningún ángel y demonio puede interactuar directamente con los humanos, ningún ángel y demonio puede cruzar de su plano a otro, ninguna criatura creada o habitante del plano superior e inferior puede cruzar de su plano a otro; y muchas otras reglas más. Cualquier falta de este reglamento significaría una sanción directa por parte de los Deaths. Sin embargo, esto no significa que los ángeles y demonios fuera a jugar totalmente limpio. Con la necesidad de resultar vencedores, ambos bandos se las ideaban para formar planes o aprovechar huecos en las reglas para hacer de las suyas y tomar ventaja. Entre estas reglas, incluso los Deaths también tenían las suyas que debían obedecer y debían trabajar para hacer cumplir, tales como que ningún Death podía interferir en la competencia a menos que un incumplimiento de las reglas se presente, ningún ser de cualquier plano puede exceder el tiempo de vida que se le ha sido asignado, si esto sucede, los Deaths tendrán el deber de ponerle fin, ningún humano puede morir antes de que expire el tiempo de vida que se le ha sido asignado, si esto fuera a suceder, los Deaths tendrán que intervenir para evitarlo, en el plano humano no puede existir nada que permita a los humanos alcanzar el estado de "inmortalidad", de haber o ser creado uno, los Deaths tendrán que destruirlo.

Finalmente, la competencia de recolección de almas terminaría y abriría paso a la guerra por el control de la propiedad humana y la destrucción del bando contrario cuando llegue el día del juicio, el cual será sin avisar aparecerá el día en que el reloj del juicio lo indique, un reloj oculto y hecho de la misma tela del que fue tejido el universo. El día en que el reloj del juicio lo indique, el cielo, el infierno y el mundo humano se volverán uno y se decidirá un gobernante para el mundo, el cual impondrá sus propias reglas y deberá cuidar o destruir este mundo tomando responsabilidad de él. 

 




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