El Caballero Fantasma

02. El Detonante

 

En un plano diferente al nuestro, en esa delgada línea que trenzaba nuestro mundo con el mundo de los Deaths; un plano muy similar al nuestro que parecía un reflejo directo de nuestro mundo solo que en vez de ser un lugar próspero y tener un brillante cielo azul solo se veían ruinas de lo que sería si hoy una bomba cayera sobre nuestras cabezas, el cielo brillaba de múltiples colores como si un arcoíris oscuro y fosforescente tapizara el firmamento haciendo patrones erráticos. Y bajo este extraño y caótico cielo se libraba una gran batalla. En lo que debería reinar el silencio se abría paso fuertes sonidos del chocar de acero, disparos y explosiones. A lo lejos podía verse como edificios colapsaban como si bombas explotaran en sus pies. Escombros y vidrios volaban por todas partes a la vez que construcciones de muchos pisos se venían abajo. Por un momento parecía haberse calmado, pero esa calma no dudaría mucho; pues de entre los escombros, con fuerza y furia se levantó una figura grande, fuerte e imponente; con un cuerpo alto incluso para un humano de altura considerable, sus músculos eran cubiertos por un corto pelaje como lo haría un animal. Pero el distintivo más impactante era que poseía una cabeza de toro con par de ojos rojos que brillaban como rubís.

— ¡AAAAAAAHHH! —Gritó el monstruo a la vez que hacia volar los escombros sobre él al pararse sobre sus piernas y con una gruesa voz exclamó —Les advertí no interferir en mi trabajo, no toquen a los humanos que estoy guiando

Decía la bestia mientras con sus dedos apuntaba una pila de escombros; de la cual, una ráfaga de viento se disparó enviando un montón de escombros hacia todas las direcciones. Este viento parecía ser causado por el batir de un par de majestuosas y brillantes alas, como las de una hermosa ave. Después de dispersar los escombros, una delicada silueta se levantó; y majestuoso como fino extendió sus alas hacia los extremos para después hacer un doblez de ellas en su espalda. Este hermoso ser de cabello rubio y rizado, ojos azules como esmeraldas y vistiendo una toga de telas finas, frunció el ceño y miro con molestia a aquella criatura que contrastaba con su belleza y con una voz que mostraba claramente lo molesto que estaba, respondió.

—No me metería en tus planes si estos no fueran una completa estupidez. ¿Hacer un tiroteo en una escuela? ¿Darle armas a niños para que maten en "defensa"? obligarlos a matar para negativizar sus almas y arrastrarlos al infierno es muy bajo, se nota que están muy desesperados por vencer una fuerza que tristemente para ustedes, es imparable

Aquella criatura con cabeza de toro solo seguía observando con rabia como aquel ser de bello perfil se burlaba de los suyos. Mientras tanto el ángel seguía hablando.

—No dejaré que hagas algo como darles valor de tomar un arma y hagan algo tan estúpido como disparar, no permitiré que mueran cargando un pecado tan grave en sus hombros —Dijo el ángel con seriedad.

De pronto, la belleza de ese ser de cabellera rubia se vio opacada por una aterradora sonrisa que iba de oreja a oreja, como si todo le saliera bien, soltó un par de carcajadas y continúo hablando entre risas.

— En lugar de sentir valor, ellos tendrán miedo; tanto que no podrán mover ni un solo musculo, así sin poder hacer nada sus vidas terminarán antes de que sus almas puedan contaminarse y para el final del día tendremos muchas almas nuevas a comparación con las pocas que ustedes tendrán por los criminales que enviaron ¿No te parece un plan estupendo?

El ángel reía con mucha intensidad a la vez que se burlaba del demonio frente a él, el cual no dejaría las cosas como estaban, no tenía la intención de regalar esas almas humanas ni de permitir que su plan fuera robado. Fue así como sin dudar, extendió su brazo derecho y de entre los escombros salió disparada un hacha de doble filo con adornos de cráneos demoniacos y con un largo mango, el cual estaba adornado con patrones y relieves que asimilaban llamas, el acero de la hoja era negro mientras que el mango contrastaba siendo dorado.

—Si crees que te voy a regalar mi plan, perdiste la cabeza antes de que yo te la corte —Exclamó con furia el demonio.

—Si eso es lo que crees, ven aquí... —Respondió burlón el ángel, al mismo tiempo que imitaba el movimiento de demonio.

Extendió los brazos para llamar su arma, la cual emergió de entre los escombros y veloz como un rayo se posiciono en la palma de su mano una armoniosa lanza de filo dorado, la cual su hoja tenía la forma de un ala de ave, siendo cinco puntas filosas paralelas, con un mango blanco brillante, el cual tenía adornos plateados con relieves que asimilaban rayos.

Fue así como una feroz batalla se libró en ese lugar, tanto el bello ángel como el monstruoso demonio hacían el contacto de sus filos con tanta intensidad que ráfagas de viento salían expulsadas por los aires enviando a volar autos y escombros, el vidrio de las ventanas explotaba al no poder soportar la fuerza de los impactos. Puñetazos, patadas y metales chocando; era una batalla a un nivel inimaginable para cualquier humano, ambos se golpeaban y se arrojaban entre sí, chocando y derribando edificios con sus cuerpos o sus armas. Los enormes edificios desolados caían cuando la presión del choque de sus armas creaba explosiones que arrasaban con sus asentamientos; dentro de ese campo de batalla, dos ejércitos de un solo hombre luchaban por un festín de almas que cualquier demonio o ángel podría envidiar. De pronto, el demonio tomó la ventaja, haciendo gala de una fuerza superior a la del ángel. De un golpe tiro al suelo el arma del ángel, y con su pie la pisó con fuerza enterrándola en el pavimento agrietado, tomó al ser de cabellera rubia con su mano izquierda por el cuello y se preparaba para dar un poderoso golpe con su otra mano, sosteniendo con fuerza el hacha.

—No creas que esto significa que hayas ganado, escoria demoniaca —Exclamó a duras penas el ángel, pues difícilmente podía hablar debido a que la mano del demonio apretaba su cuello con fuerza cortándole la respiración.




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