El caballero y la señorita

Capítulo 16

El salón oscuro

No he podido hablar con mi señorita, ni siquiera una carta suya he leído, las vacaciones de Navidad se acercan y el liceo a decido celebrar la llegada de diciembre, con una pequeña celebración, algunos bailes que van hacer los que están en el grupo del liceo, unas canciones, hicieron varios juegos de diferentes deportes, lo van a celebrar toda una semana, vemos clases y después hacen una pausa para la actividad que tiene planeada, Elizabeth me regaño por el abrazo que me dio Talía quiere que este derechito con mis intenciones con su prima y no la culpo, aunque ya la he convencido un poco, me dijo Leonel que Elizabeth va a traer a Leilani para que vea algunas de las actividades del liceo Andrea estuvo de acuerdo, yo sigo viendo a las que bailan que la verdad bailan horrible, están descoordinada, no tiene ritmo y lo que provoca que algunos griten que se vayan.
- Veo que estás de muy buen humor Spencer.- Me dice Kenia, colocándose a mi lado con los muchachos con que estudiamos o algunos de otras secciones.
- No, sigo siendo el mismo solo estoy viendo el espectáculo.- Le digo sin mucho entusiasmo, mientras los demás se ríen de los pobres del grupo del liceo.
- Eso ya veo, andas muy perdido o es que no te acuerdas donde queda el salón oscuro.
Cuando dice eso no puedo evitar los recuerdos, el salón oscuro es el salón más grande y oscuro que tiene el liceo, está arriba, casi nadie lo usa por lo alejado que esta de los demás salones y por lo oscuro que es, se usa para ver películas o alguna otra actividad que se le ocurra al maestro, pero la mayoría cuando no está ocupado lo usan para darse los besos y meterse mano es perfecto para eso, van de diferentes secciones, cómo está la biblioteca al lado muchos piensan que van para ir, siempre se quedan dos viendo si viene algún profesor para avisar a los demás, yo no voy ahí desde que empecé las clases y no me interesa.
- Si se el camino pero en mi vida tengo otras prioridades.- Kenia me mira con una sonrisa.
- No me dijas que es verdad que Talía y tú tienen algo, porque eso es lo que ella da entender a los demás.- La miro fijamente.
- Yo con ella no tengo nada ni lo tendré, es una niña inmadura, si quiere inventar cosas que no son es problema de ella pero a mí que no me meta en sus inventos, yo fui sincero con ella y ahí quedó.- Kenia me coloca una mano en mi hombro.
- Sabes eres de los pocos muchachos que conozco que no dicen nada de lo que hacen, ni con quién lo hacen, eso es admirable y es de caballero.- Cuando dice esa palabra no puedo evitar pensar en mí señorita.
- Eso es el respeto que todas se merece, lo que pasan en dos se tiene que quedar en dos, nadie más debe saberlo y así debería ser.- Kenia me sonríe.
- No todos piensan como tú, ahora mismo Talía está diciendo lo rico que besas y como te mueves bailan, ella dice que así como bailas así eres en lo otro, no tengo ninguna duda que besas increíble.- Yo la miro Kenia para tener la edad que tiene, tiene un buen cuerpo y nos besamos pero muy pocas personas saben que eso.
- No voy a negar mis habilidades pero ya te lo he dicho Kenia por mi parte no voy a regar lo que paso entre nosotros y con las demás si puedo mantener eso lo haré y si ellas deciden revelar los detalles en ellas quedara que todo el mundo sepa.- Kenia me sonríe su cara está poco centímetros de la mía.
- Spencer es muy responsable de tu parte, pero dime la verdad porque estás alejado de todo esto, del salón, de las fiestas, de las salidas, de los besos y los juegos.- Es por una señorita de ojos grises que tiene mi atención pienso.
- He estado muy ocupado por las tareas tu deberías hacer lo mismo, además quiero alejarme de todo eso muchas muchachas me están metiendo en problemas que no quiero, prefiero mantenerme al margen de todo.- La miro, Kenia suelta una risita, lentamente se lame los labios y empieza a jugar con su cabello, yo me alejo un poco de ella conozco demasiado bien ese tipo de actitudes.
- No te creo, nunca te a importado lo que piense de ti, además puede ser fuera del liceo, calladamente y que nadie se entere.- Kenia sigue con su sonrisa y jugando con su cabello.
- Eso ya me está aburriendo, las palabras lindas y exactas, besos por aquí y por allá, salir con los mismos, fiestas y todo eso ya me aburrí.- Kenia me mira fijamente con sus ojos, fuera más bonita sin todo ese maquillaje que tiene en la cara.
- Te aburrió todo eso no lo creo, ahora no quieres problemas y no puedes olvidar como divertirte.- Me dice mordiéndose el labio inferior y arreglándose el cabello.
- Hay diferentes maneras de divertirse Kenia y por ahora solo me quiero concentrar en mis estudios y en el béisbol.- Y en una señorita eso es todo lo que me interesa.
- Vamos Spencer con lo bien que eres con las palabras y lo bien que besas, a ver cuándo fue la última vez que te oí decirle a una chica lo linda que es, estamos hablando y no me haz dicho ni una palabra bonita donde está el Spencer que yo conozco.- Es verdad que del castigo de la bruja me he controlado no he dicho mis lindas palabras ni mis sonrisas, hasta las que trabajan en el liceo se han sorprendido, eso sí sigo siendo amable pero sin exagerar.
- Te lo he dicho Kenia, estoy cambiando esas actitudes que no me están trayendo nada bueno, no quiero más problemas de niñas que no saben entender lo que les digo y es mejor así cada quien por su lado.- Le digo sinceramente.
- Sabes Spencer Talía es menor que nosotros pero puedes buscar a alguien de tu misma situación sin compromiso a nada solo besos y cada quien por su camino.- Ella me dice con una encantadora sonrisa, Talía va un año menor que nosotros, lo que significa que es dos años menor que yo.
- No me interesa en lo absoluto, te lo he dicho estoy dejando eso atrás y solo estoy concentrado en otras cosas.- Como en una señorita de ojos grises y una sonrisa hermosa por ejemplo.
- Si cambias de opinión sabes en donde buscarme.- Me coloca una sonrisa, me pasa una mano por mi cara y después trata de colocarme un mechón de cabello yo me alejo no me gusta mucho que digamos que me toquen la cara y el cabello.
- Piensa lo que te dije Spencer.- Me dice con una sonrisa antes de irse para dónde están los demás, yo vuelvo mi atención al frente que siguen bailando.
Después de dos bailes más, de algunas canciones que cantó el grupo de el liceo, algunos se empiezan a ir a sus clases, yo miro a la puerta todavía tengo dos clases para poderme irme para mi casa, no hubo señales de mi señorita, veo a Leonel que se acerca a mi yo le coloco una sonrisa cuando está a mi lado.
- Hasta que por fin te veo, estás muy ocupado con Elizabeth, he pasado toda la mañana viendo esos horribles bailes y tú ni señales de vida.- Le digo para molestarlo un poco.
- Spencer, Leilani me dio esto y tiene tu nombre.- Leonel está serio poca veces lo he visto así, me entrega la carta la miro tiene mi nombre.
- Cuando la viste?.- Le pregunto Leonel llegó al liceo y después se perdió.
- Mano ella vino con Elizabeth pero después se fueron las dos, ella saco la carta y me la dio con una sonrisa antes de irse.- Yo me quedo pensando.
- En que momento que no la vi.- Leonel me mira seriamente.
- Spencer cuando estabas hablando con Kenia y te lo digo de una vez Elizabeth no esta muy feliz que digamos porque piensa que estabas jugando con su prima, primero el abrazo de Talía el fin de semana que casi te da un beso y hoy junto a Kenia muy juntos, piensa muchas cosas por eso se fue con Leilani entro para dónde Andrea estuvieron un rato y se fueron.
- Leonel yo no he hecho nada malo, me he portado bien y los juegos los dejé atrás desde hace tiempo tú la sabes.- El miedo crece en mi interior.
- Lo se pero ella no lo ve así.- Veo la carta en mi mano.
- Leonel ya vengo.
Veo a los muchachos que van para sus salones, yo salgo para la puerta del liceo y salgo, me siento enfrente del liceo en un escalón de una casa, abro la carta de papel y empiezo a leer:
Querido Spencer, este juego de la carta me a gustado me a hecho sentir que estoy en una película o en un libro pero la realidad es otra, tienes un gran corazón, hay diferencia que nos separan, Spencer tu eres un muchacho de mundo y yo en cambio soy una muchacha de su casa, estás acostumbrado a otras cosas y yo también, por eso con el dolor de mi alma te pido que no me escribas más cartas y yo haré lo mismo, tal vez idealise muchas cosas, me imaginé cosas que solo pasaron en mi mente por eso es mejor que cada uno siga con sus caminos sin cartas del otro para que no se hagan ideas que no son, se que eres un gran muchacho como también sé que yo lo soy pero hay cosas que nos separan Spencer, no podremos seguir conversando a través de un cuaderno o una carta eso va ser un impedimento y siempre va estar ahí, te lo dije esta es la realidad y como tal la tengo que aceptar, no me avergüenzo lo que soy y de mi discapacidad auditiva porque esto es lo que soy y me tengo que aceptar tal cual soy pero se que está discapacidad puede llegar a ser muy díficil y grande para muchas personas, está discapacidad es mía y no tuya siento que todavía no estás preparado para lo que significa está discapacidad y mi mundo y yo no estoy preparanda para enfrentarme a tu mundo, es mejor dejar las cosas como están antes que se convierta en alguno que ninguno de los dos este listo para afrontar, por eso te pido que sigas tu camino sin ninguna carta para mí, sigas siendo ese estudiante que vuelve loca a mi madrina pero que se divierte con el, ese que le alegra los días a muchas personas, sonríe, le dice a las mujeres del liceo lo lindas que son y palabras bonitas, sigas siendo ese Spencer que yo conocí y que eres en verdad, yo seguiré mi camino, siempre te voy a recordar como el caballero que me escribió, que se tomó cinco minutos de su tiempo para escribirme y hablar conmigo muchos no lo hacen y por eso te ganaste una parte de mi corazón, espero que los dos podamos continuar sin escribir ninguna carta así como antes, siempre te voy a recordar con una sonrisa al caballero y a la señorita.
Atentamente Leilani.
Cuando terminó de leer las últimas palabras no puedo evitar el sentimiento de dolor y tristeza me invada me hice muchas ideas con ella pero todo eso pasó solo en mi mente, miro el pedazo de papel y algo en mi interior me duele tal vez es mi orgullo o que sé yo pero no quería que esto terminara así. Todos me pedían que no te lastimara, hasta yo mismo lo hacía, lo menos que quería era lastimarte y sin saber que a la final la que me lastimaria eras tú.




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