Capítulo 25

Cómplices

Creí conocer el mundo, saber lo que tenía que saber, pensé que todo sobre mujeres lo tenía resuelto como conquistarlas y todo sobre ellas ahora que te conozco señorita que no puedes ni hablar ni escuchar mis encantadoras palabras, mis tácticas y todo lo que creo conocer se ha ido (muchas gracias por cierto por cambiar todo), me cuestiono todo, como puedes con una simple mirada me puedes transmitir tanto lo que ninguna otra a hecho sentir, como en tus ojos me pierdo y no quiero volver con esa sonrisa me aceleras el corazón que siento que me va a explotar, con ese brillo en tu mirada me dices qué estás feliz, como cuando abres los ojos se que algo te asombra, juntas las cejas, cierra un poco tus ojos, tus labios se junta y tú respiración se acelera se qué estás asustada que algo te da miedo, cuando pestañas mucho es porque tratas de contener unas lágrimas, como te cambia la mirada y la cara cuando estás triste, quiero conocer tu mundo, me estás enseñando cosas que yo no conocía, me hace sentir cosas que yo nunca pensé sentir por ninguna otra y esa eres tu señorita preciosa.
Le mando un beso su caballero enamorado y que la está conquistando.
Me le quedó viendo mientras ella me mira con esa sonrisa, el rojo de su cara, sus labios que cada día son una tentación, yo sonrío, hoy estamos en la práctica de fútbol de los mocosos, Leonel me dijo que Elizabeth venía a traer a Liam con Leilani y el venía a traer a Aldo yo no dude en acompañarlos porque se pueden perder, aunque pensando a ellos también no le molestó, ya que fueron a buscar a Regina de sus clases de baile y nos dejaron a nosotros a vigilando a los mocosos, creo que uno debe buscar unos cómplices para que nos ayude, en mi caso mis cómplices son Elizabeth y Leonel.
- Puedes dejarme de ver?.- Veo el cuaderno que me devuelve a la realidad.
- Me gusta lo que veo, si vieras a través de mis ojos te dieras cuenta.- Ella niega con la cabeza mientras sonríe.
- Eres un mentiroso y un exagerado.- Yo sonrío.
- Ser exagerado no es malo y no digo nada del otro mundo.- Le doy el cuaderno.
- Si tú lo dices y que tal el liceo?.
- Aburrido como siempre estoy pensando en cambiarme, tal vez para el tuyo no es mala idea.- Sonrío por la idea.
- No te van aceptar.
- Puedo convencerlos y así te vería todos los días.
Antes de darle el cuaderno veo a Kenia, Isaac, Marco y Talia lo que me faltaba, me miran y empieza a caminar en dónde estamos sentados, veo que su mirada pasa de mi a mi señorita, me volteo, la miro incómoda, baja un poco la mirada y quitó la sonrisa, ellos cuando llegan a dónde estamos sentados veo como la miran y las muchachas no disimulan.
- Spencer que raro verte por aquí, no me digas que ahora vas a practicar fútbol.- Me dice Isaac con una sonrisa.
- No, vine acompañar a Leonel y estoy vigilando a su hermano.- Le digo seco.
- Dónde está Leonel?.- Me pregunta Marco viendo a Leilani.
- Está con Elizabeth que iban a buscar a su hermana ya debe venir.- Respiro hondo no me gustan como la están viendo.
- Veo qué estás ocupado y bien acompañado.- Me dice Isaac con una sonrisa y señalando a Leilani.
- Te lo he dicho que lo que haga con vida es cosa mía.- Estoy perdiendo la paciencia.
- En eso es verdad, veo que quieres otras cosas para tu vida y ya lo estás consiguiendo.- Marco habla pero sus ojos no dejan a mi señorita.
- Dile a Leonel que lo estamos buscando y te dejamos porque estás muy ocupado y no queremos interrumpir.- Me dice Isaac señalando el cuaderno que está entre los dos.
- Yo le digo.- Sus miradas siguen en ella no podían disimular un poco.
Ellos se van pero de vez en cuando se voltea para mirarla, yo respiro hondo seguro están pensando que esto es un juego para mí, me volteo y veo que Leilani está viendo para otro lado, quitó el cuaderno que está entre los dos y me acerco más a ella, le tomo la barbilla y la volteo para que me vea, cuando su mirada y la mía se encuentra, veo sus ojos vidriosos y su cara refleja incomodidad y un poco de tristeza, yo tomo el cuaderno y empiezo a escribir.
- No le hagas caso, si te hicieron sentir incómoda no tienes porque estarlo y tú no tienes nada de lo que avergonzarte.- Le doy el cuaderno y veo como coloca una sonrisa triste mientras escribe.
- Son tus amigos y yo no quiero ocasionarte problemas, ya he vivido cosas así y no quiero que tú tengas que vivirlas por mi culpa.- Se está preocupado por eso?.
- Si ellos no me apoyan en lo que yo quiero no son amigos de verdad, los que considero amigos de verdad son Elizabeth y Leonel, ellos son solo compañeros de clases nada más y no voy a dejar que te hagan sentir mal con sus miradas.- Le doy el cuaderno decidido, no voy a dejar que me vuelva alejar por sus miedos y voy a luchar por ella.
- Spencer es mi discapacidad no tuya, no tienes que cagar con algo que no es tuyo, tú tienes la vida por delante para lidiar con todo esto que no es tuyo, yo tengo que vivir con esto porque es lo que me tocó y lo acepto.- La miro como juega con su labio inferior y la tristeza en su cara es visible.
- Mi señorita, yo quiero vivir con esto, entendí que para estar contigo tengo que aceptar tu discapacidad, entenderla y siempre va a estar ahí, yo no solo veo una discapacidad también veo a una muchacha valiente, fuerte, que trata de salir adelante con sus miedos, que no se queja, que es feliz, que le regala al mundo una sonrisa y muchas cosas más.- Le doy el cuaderno y veo la sorpresa en su cara mientras lee.
Entendí que para estar con ella tengo que entender su discapacidad, es parte de ella, no es algo que yo pudiera borrar, es parte de ella, de su vida, como a influido para que sea hoy la persona que es, pero también no solo veo una discapacidad veo más allá y se que estoy cayendo en un callejón sin salido me enamore de su discapacidad, de sus miedos, tristeza, dolores, cicatrices, de sus virtudes, defectos, de su inocencia, pureza y todo en ella, se que eso puede ser un peligro pero como todo en la vida correremos un peligro que vale la pena correr para sentir esto que siento y vivirlo.
- Siempre le voy agradecer a la vida y a Dios por colocarte en mi camino, me estás enseñando tantas cosas y me estás enseñando a vivir, a conocer un mundo diferente que solo he conocido por libros y películas, un nuevo mundo en el qué estás tú.- Cuando la miro sonrío ella me devuelve la sonrisa.
Me acerco a ella, quitando el cuaderno, siento mi corazón acelerado, veo sus nervios, le tomo la mano y me la llevo lentamente a los labios y le beso la palma de la mano, siento como tiembla su mano, después lentamente la bajo hasta colocarla en mi pecho para que sienta mi corazón acelerado, ella abre los ojos y levanta la cabeza para que su mirada y la mía se encuentren, podré ver esos ojos grises y no me cansaré, nunca una mirada me había transmitido tanto como ahora, veo como traga saliva, está nerviosa lo puedo ver y sentir, levanto la otra mano para quitarle el cabello de la cara, ella suspira, mientras lentamente le toco la cara y colocándole el cabello detrás de la oreja, sus ojos no dejan los míos, su cara está roja, le toco los labios con mis dedos, se que ya no me puedo aguantar, dejó mi mano en su cachete y me acerco, la quiero besar hasta no sentir los labios, esto es una tortura nunca me he sentido tan nervioso en dar un beso, me acerco y la voy a besar.
- Spencer.- Me gritan yo quiero matar al que acaba de interrumpir el momento.
Me volteo de mala gana mientras me vuelven a llamar, veo a Leonel, a Elizabeth y Regina en la puerta de la cancha haciéndonos señas para que vayamos en dónde están ellos, dije que Elizabeth y Leonel eran mis cómplices cambio de ideas ahora son mis enemigos, no podían esperar cinco minutos solo cinco minutos no es mucho pedir ahorita estuviera probando unos labios y dando un beso que he querido, me volteo y veo que mi señorita ve para donde yo estaba viendo, nos levantamos y recogemos las cosas para ir con ellos, veo que mi señorita está roja y evita mi mirada, está nerviosa seguro lo deseaba tanto como yo, sé tendrá que esperar pero se que algún día la voy a besar, aunque la tenga que secuestrar y llevármela a la selva como Tarzan y Jen.