El caballero y la señorita

Capítulo 29

Mi corazoncito de melocotón

He sentido que mis cuatro paredes son mi refugio que son las únicas que me pueden entender y es el lugar donde más me siento cómoda, siempre he sentido que soy diferente, pero ahora que entraste a mi vida me doy cuenta cuan sola estaba en mis paredes que ahora se me hicieron grandes, sentí que me ahogaba, me sentí sola y me di cuenta que me estaba perdiendo de ciertas cosas. Nunca me he sentido que pertenezco a un lugar, siempre me he sentido distinta a los demás, que tal vez no soy igual a los demás, que no he vivido lo debería vivir a mi edad, me preguntó si en verdad existiera alguien para mí, tu y yo somos tan distintos, tu eres un muchacho de mundo y yo en cambio soy de casa, tu tienes experiencia en algunas cosas y yo no en cambio no sé nada respecto a ellas, somos como la noche y el día, sentí que estaba dejando la vida pasar y yo no estaba haciendo nada solo dejándola ir por mis miedos, tu y yo nos complementamos tu eres de mundo que vive de aquí para allá me estás enseñando ese mundo que yo no conocía y no quería, yo soy de casa te estoy enseñando a qué algunas veces debemos estar tranquilo y valorar las cosas sencillas de la vida, a sorprendernos de la vida y de valorar más de lo que tenemos alrededor, los dos estamos descubriendo una nueva faceta de cada uno y me alegro ser parte de la tuya y tú seas de la mía, me estás enseñado, siempre he imaginado que sería el amor y como se sintiera contigo a mi lado me doy cuenta y sintiendo tantas cosas que siempre la realidad superará a la imaginación, espero verlo pronto caballero.
Una sonrisa sincera de su señorita.
Veo a Elizabeth y Leonel mientras me explican a otra vez las clases y las tareas, dejo la carta de mi señorita en la mesa que Elizabeth me trajo, solo han pasado un día de mi suspención pero según ellos es para que no me atrase y para verme como estoy pero presiento que hay algo más y que hay otra razón por la que estan aquí.
- Aquí están los cuadernos y todo.- Me dice Elizabeth colocando los cuadernos en la mesa.
- Manuela te manda un beso y que extraña a su Romeo.- Dice Leonel yo sonrío.
- Está bien gracias, vinieron por algo más?.- Les digo viendo cómo ambos se miran.
- Spencer haz hablado con Leilani?.- Me pregunta Leonel viendo a Elizabeth, me sorprende lo que dice.
- La verdad no, ayer tuve un día complicado, tenía la cabeza en otro lado y no pensado bien.- Les digo.
Después de que mi papá insistirá en el tema de mi mamá, lo dejamos en esa discusión pero se que va a querer hablarlo y yo le he dado vueltas y vueltas a todo.
- Spencer ayer mis tíos me pidieron que fuera para su casa y también mi mamá, se enteraron de la pelea y que su hija fue la razón de ella.- Veo a Elizabeth sorprendido por lo que me está diciendo.
- Como?, Solo a pasado un día y ya se enteraron?.- No creo lo que está diciendo.
- Ya sabes mano pueblo pequeño infierno grande, aquí corren los chismes rápido y seguro alguien se los conto.- Leonel trata de tranquilizar el ambiente.
- No sé quién se lo dijo, después nos llamaron para preguntarnos lo que pasó, le contamos todos, ellos no están muy felices de que su hija esté en un chisme pero si agradecen que la defendiste.- Elizabeth me sonríe.
- Que debo hacer ahora?.- Les digo pensando en todo.
No me dejarán ver a su hija?, Debo ser sincero?, Cómo se enterando?, Que debo hacer ahora? Y debo pensar muy bien.
- Lo que pienso es que, deberías ir hablar con tus suegros decirles lo que pasó y dar la cara.- Me dice Leonel con una sonrisa.
- No son mis suegros.- Le recuerdo aunque lo quisiera yo no me enojo.
- Yo opino lo mismo que Leonel es lo mejor que puedes hacer, ellos están un poco extrañados por todo pero también vieron bien que la defendiste.- Yo los miro no muy convencido.
- No tengo más opciones.- No me queda de otra.
Después de un rato Leonel y Elizabeth se van, me dieron algunos consejos, nos reímos, hablábamos y me volvieron a explicar todo, me asusta el hablar con los padres de mi señorita pero también lo veo necesario, hay que hacer las cosas bien y como deben ser.
- Siéntate aquí mi corazoncito de melocotón.- Me dice mi abuela señalandome a lado de donde está sentada en el mueble.
Me siento a su lado, mi abuela me empieza arreglar el cabello desordenado, yo me recuesto en su hombro mientras me acaricia el cabello, no sé cuánto pasamos así.
- Creo que tenemos que hablar mi corazoncito.- En el fondo ya se de qué.
- De que abuela?.- Para confirmar mis sospechas.
- De tu mamá.- Cuando escucho eso levanto la cabeza para verla y me colocó tenso.
- No abuela no quiero hablar.- Tan difícil es entenderlo.
- Es hora de que hablemos de ella.- Me mira.
- No van a dejar el tema en paz.- Le digo sintiendo el enojo.
- No mi niño, yo voy hablar primero contigo y después tu papá es lo mejor.- Me dice con una sonrisa.
- Dale, dispara de una vez y ya terminemos con esto.- Le digo dándome por vencido.
- Tu papá conoció a tu mamá en una fiesta, ella vivía en un pueblo cercano que está como tres horas de aquí, se hicieron novios con el paso del tiempo peleaban mucho, siempre peleaban y se reconciliaban a cada rato, con el paso del tiempo las peleas se hacían cada día presente, tu abuelo y yo hablamos con ellos, eso no era vida y yo ellos no lo entendían.
- Porque se peleaban?.- Debe a ver una razón.
- Era por cualquier cosa, que si hoy llovía, que si la comida, por el trabajo o por cualquier cosa, después tu mamá quedó embarazada, tu abuelo le dijo que tenía que hacerse responsable, les dijimos que se vinieran aquí a la casa, tu papá era el único soltero, ya tus tíos estaban casados y así no nos íbamos a quedar tan solos.- Ella me mira y me sonríe mientras me toma la mano.
- Nunca voy a olvidar cuando naciste, eras un niño tan hermoso, las peleas entre tus padres disminuyeron bastante, cuando tenías como un año volvieron, que si tu madre cocino, que tú padre fue a trabajar, que si lloraste, por cualquier cosa sea pequeña como grande, a veces hablamos con ellos pero se acostumbraron a vivir así y era muy casado para todos.- Veo un poco de dolor en sus palabras.
- Cuando tenías como cuatro años murió tu abuelo y fue un golpe bastante fuerte para todos, después de unos meses te enfermaste mi niño, pasaste varias noches con fiebre y estás muy mal, tu papá no fue a trabajar para ver qué se hacía, todos estamos muy preocupados, ya no sabíamos que hacer la fiebre no se te quería bajar, después tus padres te llevaron de nuevo para el hospital, la fiebre se estaba bajando un poco y estabas un poco mejor pero llegó el día.- Ella me mira, se coloca sería y me aprieta la mano.
- Lo recuerdo, tu papá te tenía cargado, estaban en la sala ambos venían del hospital y esperamos que te colocarás mejor, tu papá te estaba tomando la temperatura para ver qué si la fiebre estaba subiendo, tu mamá salió del cuarto y le dijo a tu papá que ya no podía más, que estaba cansada y que no quería seguir así, el pensaba que estaba jugando o haciendo alguna broma pero cuando vio sus cosas y sus bolsos se dió cuenta que era verdad, ella se acercó a ti y te dió un beso en la frente para irse.- Me mira esperando una reacción mía, yo le doy vueltas a todo y estoy sorprendido, la cabeza la tengo un desastre y no ser que pesar.
- Ella se fue dejándome enfermo y estando muy mal.- Le repito a mi abuela sin entender.
- Si mi corazoncito, después de los días y que tú estuvieras mejor, Saúl fue para la casa en dónde viven tus abuelos, le pregunto por ella y no la habían visto o eso es lo que les dijieron, Saúl se colocó loco, les dijo que se olvidara de ti y de el, que para ti ellos no iban a existir, que no volviera a buscarte y mil cosas más, con la muerte de tu abuelo y eso se nos pasó el tiempo de inscribirte en la escuela, cuando nos dimos cuenta ya era muy tarde y por eso perdiste un año escolar.- Yo trato de asimilar todo, no se que sentir y que pensar.
- Saúl se siente un poco culpable de todo, tal vez si fuera sido mejor marido y no fuera dicho esas cosas, tal vez tú mamá estuviera contigo todos estos años y se siente un poco culpable Spencer.- Esto es mucho con demasiado.
- El no tiene la culpa de nada, ella tomó su decisión, si en verdad le fuera importado todos estos años me fuera buscado y no lo a hecho y eso habla por ella.- No se que decir todo me da vueltas y vueltas.
- Spencer habla con tu papá y dile toda tus dudas, no le guardes rencor y odio ella es tu madre y no te hace bien mi niño lindo.- Ella me mira con amor.
- La odias abuela?.- Le pregunto.
- Al principio si, decía como puede dejar a su hijo, es solo un niño, pero con el tiempo entendí que ella se lo a perdido y nosotros nos lo hemos ganado, hemos vivido contigo tantas cosas, verte crecer y estar ahí en lo largo de tu vida es algo que voy agradecer, ella perdió todo y nos dejó a ti disfrutarte en cada momento de tu vida.- Es verdad tal vez si ella me fuera llevado con ella mi vida fuera sido otra pero no cambiaría mi vida por nada.
- Gracias abuela por todo, por criarme y estar conmigo.- No me alcanzara la vida para agradecerle a ella y a mi papá por todo.
- De nada eres mi corazoncito de melocotón.- Me sonríe.
- Lo sabía y lo acabas de confirmar soy tu nieto favorito.- Le digo con una sonrisa.
- Nada de eso, a todo mis nietos los quiero por igual y deja de decir esas cosas.- Trata de colocarse sería.
- Sus palabras no las mías señora.- Le digo con una sonrisa para quitarle un poco de incomodidad al asunto.
- Ya deja esas cosas, sabes que eres mi corazoncito de melocotón.- Me sonríe soy el nieto más pequeño así que soy su favorito.
- Y tu eres el corazón de mi vida.- Le digo acostandome en sus piernas mientras ella me peina con sus dedos.
Mi madre me dejó en las mejores manos que pudo, ella se perdió todo de mi vida y yo me gane a dos personas maravillosas en mi vida, se que con mi papá me espera una conversación más intensa pero nada de lo que me diga va a cambiar la forma en que los veo o tal vez solo va hacer que mi admiración y mi amor por ellos crezca nada más eso, ella tomó sus decisiones, pudo buscarme estos años pero no lo a hecho y los que han estado para mí estos años son esas dos personas que son mi abuela y mi papá.




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