el camino de Alessandra

capítulo 6

La semana ha pasado rápidamente entre entrenamientos físicos y practicar magia, que por cierto es como no hacer nada puesto que no hemos logrado hacer ningún avance de lo que Nicholas nos dice, un día Ethan logro levantar una hoja, pero fue solo unos segundos.

Hoy decidimos hacer algo diferente e ir al parque de diversiones, fue mi idea desde que descubrí que a Connor le asustan las montañas rusas, algo inesperado puesto que siempre se ve todo rudo y como si no le temiera a nada.

— Nos vamos a subir a la más alta y aterradora—  doy un grito de emoción mientras vamos en el auto de Nicholas

— Claro, va a ser muy divertido— dice Connor haciéndose el valiente, pero la voz le tiembla un poco.

Es increíble como en tan poco tiempo me agradaron mis vecinos, en realidad son muy divertidos, Coral es algo asustadiza, pero da mucho miedo cuando se enoja, y Connor, a diferencia de su apariencia, es muy tierno y da buenos consejos, son como mi familia y estoy dispuesta a hacer lo que sea por ellos, además siento una conexión extraña con los dos.

Llegamos al parque y nos bajamos del auto para que Nicholas valla a aparcar, después de esperarlo hacemos fila para comprar nuestras entradas.

— Vallamos a eso— apunto una montaña rusa color rojo con dos vueltas invertidas, algunas personas que se están bajando vomitan, incluso veo a una chica llorando y temblando, sonrió al pensar que voy a hacer que Connor se suba.

— Mejor vamos primero a el tiro al blanco, o a comprar algodón de azúcar, Coral quiere algodón de azúcar, o vamos a los carritos— dice Connor notablemente asustado

— No me digas que tienes miedo, el valiente Connor, el gran y poderoso lobo que me hace correr hasta casi desmayarme tiene miedo— afirmo hablándole como bebe

— Claro que no, vamos— dice caminando hacia la fila con los demás siguiéndonos de cerca.

Para mi satisfacción la fila avanza rápido y pronto nos estamos ubicando en los asientos, Connor y yo vamos al frente uno al lado del otro, Coral y Nicholas están detrás nuestro, y mi hermano detrás de ellos al lado de una chica rubia.

— Si te asustas mucho, puedes tomarme de la mano— le digo a Connor dejando mi mano en el reposabrazos del carrito.

— Eso nunca va a pasar— dice fingiendo confianza y soltando una risita nerviosa cuando el juego comienza a avanzar.

Apenas estamos subiendo la primera curva, y Connor ya me está arrancando la mano de la fuerza con la que la tiene agarrada, suelto una risa macabra

— No te preocupes, es imposible que esto se caiga, o que ese tornillo que vez ahí— digo señalando un tornillo que sostiene los carritos— se suelte, o que tu cinturón de seguridad se desajuste, o.... ¿has visto destino fina? — Connor empieza a gritar como un pequeño y yo solo disfruto el momento

— ¡quiero bajarme, que alguien me baje, detengan esto! — comienza a gritar Connor y yo ya no puedo de la risa.

El juego se detiene y me doy cuenta que ya acabo, Connor esta con temblando y aún no suelta mi mano.

— oye ya llegamos— no dice nada y simplemente suelta mi mano y se baja del juego.

Nos bajamos todos y avanzamos hasta llegar a un puesto de tiro al blanco donde Connor se queda mirando una moto de plástico

— ¿estas enojado conmigo? — le pregunto a Connor, pero el voltea la cara y no me dice nada

— Señor, ¿qué tengo que hacer para ganar un premio? — le digo al señor que atiende el puesto donde está la moto que Connor veía.

—Tiene que apuntar estos tres dardos al centro del blanco y puede ganar cualquier premio de aquí, tiene solo dos intentos.

— ¿cualquier premio? Bien, quiero intentarlo.

El señor me da seis dardos que completan mis dos intentos. Lanzo los primeros tres y.... ninguno le da al blanco. Lo vuelvo a intentar, pero esta vez visualizo el centro del blanco y los dardos cayendo allí, al lanzar el último este da una extraña curva muy anormal y da en el blanco junto con los otros.

— No sé cómo hizo eso, pero puede elegir un premio— me dice el señor y elijo la moto.

— ¿viste eso? — le susurro a Nicholas antes de que el señor me pase mi premio

— Si, creo que tus poderes por fin están despertando

—Toma, es para ti— le digo a Connor, pasándole la moto— tampoco sé por qué estas tan enojado, ni que te hubiera obligado— digo rodando los ojos y pasándole la moto de mala gana

— Voy a tomarlo, pero me ofende muchísimo. — me dice y suelto una carcajada

— Mira mami, ¿no es el chico que estaba gritando en la montaña rusa?— dice un niño de unos cinco años señalando a Connor.

— Mira Connor, ¿no es el niño al que le voy a robar el helado y decirle que santa no existe?— le digo al mocoso que al escucharme se pone a llorar, y la mamá nos mira mal, pero no nos dice nada y sigue su camino diciéndole al niño que santa si existe y a mí me va a traer carbón.

— ¡me encanta el carbón, vieja chismosa! —le grito y mi hermano me tapa la boca, mientras se disculpa

— Te he dicho que no seas grosera, y menos con un niño— me dice Ethan

— Mhmhm

— ¿qué? — me quita la mano de mi boca

— Que no es mi culpa, estaban molestando al osito asustadizo de Connor— digo con un puchero.

Nicholas suelta una carcajada al escucharme llamar "osito asustadizo" a Connor, el mencionado me mira mal y menciona que no lo llame así porque los osos son nuestras presas, obvio yo no le hago caso, el resto del grupo solo niega con la cabeza. Olvidamos el asunto y decidimos ir al castillo del terror.

Ya adentro del castillo, las luces están completamente apagadas, solo hay unos pequeños bombillitos de color rojo que iluminan el camino de una manera un tanto tétrica, obviamente yo voy de primeras y el osito asustadizo es el siguiente, Coral es la siguiente y va abrazando a Connor ya que a ella no le gustan estas cosas, el siguiente es mi hermano y de últimas Nicholas que ni de chiste Connor lo iba a dejar cerca de Coral en la oscuridad.



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En el texto hay: romance, suspenso, hibrida

Editado: 31.08.2021

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