el camino de Alessandra

capítulo 17

Luego de insistirle a mi mamá por horas que no quiero ir a Italia y mucho menos con un desconocido como Asher y la tal Samantha. Esos hermanos no me dan nada de confianza, sin embargo, solo me ordena  empacar mis cosas y dice que no hay opción de protestar.

Así, que aquí estoy yo en estos momentos, acostada en mi cama con Sasuke en mi barriga, mi celular en las manos, toda la ropa esparcida por el piso y mi cama, y la maleta abierta sin una sola prenda dentro.

— ¿por qué no has empacado Alessandra? —pregunta mi hermano Ethan entrando a mi habitación sin tocar, eso me molesta, pero solo por esta vez lo dejo pasar.

— Créeme que enserio quería, pero es que los memes están mucho más interesantes— le respondo mostrándole la pantalla de mi celular donde esta una página de memes muy interesantes que acabo de encontrar— ¿por qué no me ayudas tu? Siempre eres el responsable— le sugiero con una sonrisa inocente.

— No seas perezosa— dice y sale de la habitación.

Me levanto de la cama con mucha pereza, dejo mi celular a un lado y me dispongo a buscar la ropa adecuada para el viaje. Mi mamá me dijo que están en verano, entonces empaco algunos vestidos, pantalones cómodos para entrenar y una gran variedad de camisas, de todos los colores y tipos. Tengo una pequeña obsesión con la ropa y llevo tanta que la maleta no cierra, intento de todo, me subo en ella, aplasto aún más mis camisas, incluso saco algunos vestidos, pero nada.

Finalmente decido llevar dos maletas y una pequeña para Sasuke, donde guardo su cepillo del pelo, su comida, algunos juguetes, y sus platos para el agua y el alimento. Por supuesto logro empacar casi todo lo que está en mi closet.

— ¡Alessandra, baja y hazlo con tu maleta! —grita mi mamá desde la escalera, hago lo que me dice, y gracias a mi habilidad licántropa, el peso no es un problema y llego rápidamente a la primera planta.

— ¿para que necesitas dos maletas? —mi mamá me mira alterada.

— Es que no me cabía la ropa en solo una— le digo haciendo un puchero, y mi madre me mira aterrada.

— Hazme caso cuando te digo que a donde vamos no vas a necesitar tanta ropa— dice mi papá entrando al living con una sonrisa y dándole un sonoro beso en la mejilla a mi madre. 

— ¿y qué me voy a poner cuando vallamos al coliseo de Roma? —pregunto y mi mamá sonríe de forma irónica

— No creo que vallamos al coliseo de Roma— dice Connor a mis espaldas, sonriéndome divertido. Intento replicar y preguntar la razón, pero él me gana— viene a avisar que ya estamos listos— les dice esta vez a mis padres.

— Alessa, desocupa ya mismo una de tus maletas— me dice la mujer que me dio la vida con autoridad.

— Pero...

— Sin peros, sube, desocúpala y vuélvela a bajarla completamente desocupada, hay algunas cosas que necesitas empacar ahí.

Doy un suspiro de frustración, pero hago lo que me dice. Connor me ofrece su ayuda para subir la maleta, pero yo me niego diciéndole que puedo sola. Él se encoje de hombros y, sin embargo, me quita la maleta de las manos y sube las escaleras sin darme tiempo a decir algo, lo sigo resignada.

— Por lo que veo te gusta mucho la ropa— menciona una vez llegamos a mi habitación y comienzo a desempacar todo.

— Si, es una de mis pasiones— lo miro— es como una forma de expresarme, todos usan ropa, pero ¿por qué usar la misma que usan todos? Digo, si un famoso usa algo de color amarillo, ese color lo comienzan a comprar todos. Me gusta ser original y crear mis propios estilos.

— Que interesante, eres toda una caja de sorpresas— menciona y yo sonrió mientras continúo guardando la ropa en su lugar, bajo su atenta mirada.

Termino de desempacar todo de una de mis maletas, en compañía de Connor volvemos a la primera planta donde nos esperan mis padres y mi hermano mellizo.

— Por fin, se tomaron tanto tiempo que pensé que estaban haciendo otras cosas— menciona Ethan mientras sube y baja las cejas

— ¿Como qué cosas? —dice mi papá mientras mira fijamente a Connor, me sonrojo e insulto a mi hermano mentalmente por ponerse a decir cosas fuera de lugar.

— Nada papá, no le hagas caso— digo apresurada— ¿para qué querías que desocupara la maleta mamá? —digo cambiando de tema.

— Oh si, síganme— dice guiándonos al sótano de la casa.

Al entrar, me da un poco de nostalgia, hace mucho no bajaba a ese lugar en el que pase tanto tiempo en mi infancia. Para mi sorpresa no está como me lo imaginaba, polvoriento y descuidado, al contrario, estaba reluciente, incluso más limpio que cuando pasaba mis tardes allí. ya no hay muebles negros de cuero, en su lugar hay unos de tela gris, que ni idea de cuando los cambiaron.

Dirijo toda la atención a mi mamá que está yendo hacia una pared del sótano, frunzo el ceño, confundida viendo como palpa la pared completamente lisa por todos lados. Me llevo toda una sorpresa cuando suena un clic, aparece un circulo verde al redor de su palma y la pared comienza a abrirse.

— ¿Cómo es posible? —pregunto con la boca abierta— tantos años que pasé aquí y nunca me di cuenta.

Nadie dice nada, aunque Ethan tiene la misma expresión de sorpresa que tengo yo. Nos adentramos al lugar y quedo doblemente sorprendida ¿Qué más esconden mis padres? ¿es que acaso los secretos nunca van a acabar? Pienso.

La habitación es casi más grande que el sótano, y esta iluminada por unas luces de color azul neón oscuro. Hay muchas armas de todo tipo, arcos, ballestas, pistolas, metralletas, dagas, granadas y otras cosas que ni siquiera logro identificar.

— Cada uno va a llevar dos maletas, una para ropa y otra para que empaquen todo lo que quieran de aquí, tenemos que estar preparados— menciona mi madre.

Estoy tan sorprendida que no soy capaz de formular una respuesta o siquiera una palabra coherente, solo hago todo lo que me dice sistemáticamente, Connor me ayuda.



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En el texto hay: romance, suspenso, hibrida

Editado: 31.08.2021

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