Según Samantha, tiene un maravilloso plan, como ella lo dijo, para hacerme olvidar un rato todo lo que está pasando y que todos nos divirtamos.
Ana aún no despierta, aunque solo han pasado dos día. El señor Frederick dice que tal vez tarde una semana o más en despertar, Connor nisiquiera me ha mirado, Asher aprovecha para reírse de lo que pasó en la escalera cada que tiene oportunidad, mi hermano y Nicholas están como siempre y Coral da saltitos por toda mi habitación.
— Ya deja de hacer eso, me estas mareando
— ¡Es que estoy muy nerviosa! — exclama levantando los brazos— ¿por qué Samantha no nos quiere decir qué vamos a hacer hoy? ¿y si es una locura como las cosas que se le suelen ocurrir? ¿y si es algo peligroso? ¿y si es una cita triple? Yo nunca he tenido una cita, oh, Dios que no sea un cita por favor— suspiro con fastidio viendo como retoma sus saltos por todo mi cuarto.
Decido ignorar a Coral y cierro los ojos un momento con grandes intensiones de tomar una siesta y olvidarme de todo.
Un pequeño chico rubio me da la espalda, es solo un poco más alto que yo y no debe tener más de ocho años. Tiene una pose alerta, como un animal rabioso dispuesto a atacar cualquier cosa que se cruce en nuestro camino.
Miro a los lados, y me doy cuenta de que estamos en un bosque, que no reconozco, pero me da una sensación familiar; las copas de los árboles son tan altas y espesas que a duras penas puedo ver una parte del cielo.
Vamos avanzando a paso lento, encorvándonos con cada rama baja que se nos cruza.
— Seguramente mamá está preocupada, deberíamos volver— mi voz sueña unos tonos más agudos de lo normal, algo aniñada
— Fuiste tú la de la idea de venir, y yo como siempre no puedo llevarte la contraria— el chico suena algo exasperado, pero no conmigo sino con él.
Seguimos avanzando hasta que no me doy cuenta de una gran raíz que sale de la tierra, tropiezo y caigo raspándome la rodilla.
— Maldición, Alessa— el chico se voltea, pero su rostro esta muy borroso. Lo único que logro ver bien es su cabello rubio— ¿estas bien? ¿te hiciste mucho daño?
— Recuerda que mamá dice que los niños pequeños no debemos decir groserías
— ¿te duele mucho? —ignora lo que acabo de decirle— lo siento, es mí culpa. Seguramente a Ethan acaba de salirle una herida igual; si antes mamá no estaba preocupada, ahora sí
Me encojo de hombros y él sopla unos segundos mi herida, luego me ayuda a levantar y me mira con preocupación.
— No me he hecho daño, estoy bien— digo para tranquilizarlo— me dolió más la vez que Ethan se callo del árbol que estaba trepando, y eso que ni siquiera me ocurrió a mí.
El chico rubio tenia intensiones de responder, pero una fuerte sacudida me hace abrir los ojos.
— Y es que no sé si a Samantha se le puede ocurrir una idea tan tonta como una cita...—Coral me mira— oye... ¿estas bien? Estas algo pálida
Sacudo un poco la cabeza para intentar despejarme y alejar el dolor que acaba de aparecer. Siento mi cuerpo pesado y vuelvo a recostarme sobre la cama, miro el reloj en la mesita de noche, no han pasado ni dos minutos desde que Coral estaba hablando por toda mi habitación.
Ese chico rubio de mi sueño, o de mi recuerdo, no lo sé. ¿era mi hermano? ¿por qué no lo recuerdo? ¿Qué le ocurrió? ¿es el chico que sale conmigo en la única fotografía que tengo de pequeña?
— Estoy bien, solo algo mareada— le digo a Coral al ver que me quede sin responderle.
— No te ves muy bien, debería decirle a Samantha que mejor no salgamos
— ¡no! —grito— digo, no, es solo que deberíamos salir un poco y despejarnos— menciono mucho más calmada
Coral se queda pensando unos segundos, posa su mano derecha sobre mi frente unos segundos y frunce el ceño.
— No tienes fiebre
— Creí que los licántropos no nos enfermamos
— Exacto, los licántropos, no los híbridos mitad brujos
Coral sale de la habitación a ver si Samantha ya esta lista, es impresionante lo rápido que comenzaron a llevarse bien esas dos. Suspiro mientras pienso en el sueño, no es la primera vez que sueño cosas raras de cuando era pequeña, pero si es la primera vez que mi sueño cambia. Ya no estaba en ese cuarto con mucho calor, estaba en el bosque.
Suspiro una vez más y salgo de la habitación con Sasuke en brazos. Bajo por las escaleras de caracol hasta llegar al primer piso, donde me encuentro con Connor, Asher, mi hermano y Nicholas.
— ¿ustedes también van a venir?
— Pues sí, Samantha nos invitó o ¿no quieres que vallamos? —Nicholas entrecierra un poco los ojos y me mira expectante
— Claro que no, es solo que pensé que era una tarde de chicas.
Asher suelta una risita y lo miro con confusión ¿de qué se ríe? Definitivamente algo no esta bien con ese chico; Connor esta serio y mi hermano solo juega en su celular, me acerco a él.
— Más rato tengo que hablar contigo
— Me he sentido ansioso desde hace un rato, pero supongo que no es una emoción mía— asiento con algo de enojo, a veces esto de la conexión que tenemos es desesperante.
Ethan solo se encoje de hombros y sigue jugando. Finalmente vemos a Coral y Samantha bajar las escaleras.
Samantha, como siempre, esta elegante y llamativa. Tiene un largo vestido blanco que hace ver su piel un poco más pálida y unos cuantos accesorios en el cabello, me quedo unos segundos embelesada mirándola, supongo que es uno de los efectos de ser Ángel.
Coral lleva unos simples vaqueros con una blusa azul pastel que deja sus hombros al descubierto, sencilla, pero linda.
— Hoy, voy a darles un tour por el pueblo— Samantha se acerca a la puerta con su habitual elegancia y nos mira con una sonrisa— es algo pequeño, pero muy acogedor, les va a encantar.
Editado: 31.08.2021