el camino de Alessandra

capítulo 36

Me levanto tan lento de la cama que siento que demoro horas ya que, si hago algún ruido, por más mínimo que sea, el super oído de Connor lo va a escuchar y va a hacer que se despierte. Con cuidado y en silencio me dirijo hasta las puertas del gran armario y entró, saco la maleta que había preparado anteriormente y antes de ponérmela, me aseguro de ponerme un saco lo suficientemente grande para no congelarme con el clima tan frio de estos días; me coloco mi mochila y saco una de las notas que escribí, la que tiene el nombre de Connor, de debajo de mi ropa e intentando hacer el menor ruido posible, la dejo encima de la mesita de noche, miro unos segundos a Connor y comienzo a arrepentirme de lo que estoy a punto de hacer, sin embargo ya no puedo dar marcha atrás. Me contengo de acariciar su cabello, y en cambio, acaricio a Sasuke, el cual sigue profundamente dormido, salgo de la habitación a paso apresurado.

Cuando estoy en el pasillo siento que puedo respirar un poco más tranquila, sin embargo, no me confío. Camino por los pasillos que aún están lo suficiente mente oscuros como para perderme entre las sombras. Paso por el lado de la puerta de mis padres, y con delicadeza deslizo por debajo la nota que les escribí a ellos, hago lo mismo con la de mi hermano, aunque tomando un poco de valentía, abro su puerta y asomo un poco la cabeza. Sonrío con diversión al ver que tiene la mitad del cuerpo fuera de la cama, su brazo derecho en una posición extraña y le sale un poco de baba, el siempre con su manera tan peculiar de quedarse dormido. Un sentimiento de nostalgia recorre por todo mi cuerpo al escuchar sus ligeros ronquidos y lo calmada que se escucha su respiración.

— Te amo hermanito— es lo único que susurro antes de salir por completo de la habitación.

Bajo un poco rápido las escaleras y cruzo unos pasillos para llegar a la puerta principal del castillo, antes de finalmente salir, veo el reloj que esta encima de una de las mesas de cristal, las dos de la mañana, justo a tiempo para prepararme.

El aire gélido me hace temblar un poco al poner un pie fuera del lugar en el que viví por unos cuantos meses, avanzo unos pasos y cuando estoy lo suficientemente lejos, volteo y miro esa imponente construcción por solo unos segundos.

— Adiós a todos— suspiro y sigo avanzando para finalmente perderme entre el bosque.

Son aproximadamente las cinco de la mañana cuando llego a mi destino, la línea que maraca el fin del territorio de los Kim, todo continúa siendo solo bosque, de hecho, la naturaleza es más espesa en este lugar y se nota que nadie pasa por aquí hace décadas. Tomo asiento en una de las grandes ramas que sobresale de un árbol y de la mochila saco una botella con agua, bebo un poco y mientras descanso me dedico a esperar. Sé que los brujos no están muy lejos, puedo sentirlos cada vez más y más cerca, aun así, tardaran un par de horas más hasta llegar.

¿qué estarán haciendo todos en el castillo? Probablemente aun ni se han despertado, sé que cuando lo hagan y se den cuenta de que no estoy, van a querer buscarme enseguida, soy consiente de eso, sin embargo, para cuando ese momento llegue habré conseguido el tiempo suficiente para que ya ninguno este en peligro, así tenga que arriesgarme a mi misma.  

Abro de golpe los ojos y me remuevo por todos lados hasta que al fin logro ubicarme y acordarme de donde estoy, no recuerdo haberme quedado dormida, aunque no fue mala idea ya que siento que descanse un poco de todo lo que había caminado hace apenas unas cuantas horas. Miro al cielo y el sol ya ha salido, de hecho, por su posición diría que son aproximadamente las ocho de la mañana, seguramente a esta hora ya alguien se habrá despertado en el castillo, aunque no estoy segura de si ya notaron mi ausencia, pero no me voy a quedarme a averiguarlo. Por este mismo motivo, me levanto y me estiro sintiendo mis músculos algo tensos por dormir en el suelo relajarse.

Bostezo, tomo mis pocas cosas del suelo y sigo con mi camino, aunque antes me aseguro de seguir teniendo las navajas escondidas dentro de mi ropa, sé que los brujos no son tan tontos como para engañarlos con este truco, por este mismo motivo me costó hacer este hechizo en el que mezclé mi esencia con la de las navajas y arma, de este modo es probable que no me descubran.

Salto algunas ramas y esquivo varios árboles, al seguir con la velocidad con la que voy, el paisaje pasa borroso por el rabillo de mi ojo. Sigo por varios kilómetros más hasta finalmente detenerme abruptamente. Hay un grupo de personas muy grande frente a mí, por fin los alcance.

La chica de cabello blanco que vi la última vez va encabezándolos a todos, al verla algo dentro de mi se agita y para decirlo sin mucho rodeos, siento unas ganas enormes de asesinarla, sin embargo, me contengo para no salirme del plan.

— Vaya, esto si que no nos lo esperábamos— comienza con una sonrisa— tanto tiempo intentando cazar para que al final vinieras a nosotros.

Da unos cuantos aplausos y se ríe con sorna. Me quedo inexpresiva, aunque por dentro pienso en lo agradable que va a ser quitarle esa estúpida sonrisa de la cara.

— Para que veas que la vida puede dar muchas sorpresas— es lo único que digo antes de lanzarme hacia ellos.

Veo que la todos esperaran que fuera por su jefa, ya que varios hicieron un circulo a su alrededor, dejándome el camino a los novatos que están un poco más a tras libre, sonrío, todo va justo como lo planee.

Primero finjo que tengo intenciones de atacar a la peliblanca, aunque cuando todos se debían para protegerla, desvío mi camino en el último segundo y voy a por los que están más atrás. Al inicio no tenía intenciones de atacar a alguien tan rápido, sin embargo, si voy con ellos por las buenas, va a ser demasiado sospechoso.

Combino mis habilidades licántropas con mi poderes de bruja, tal como haría una hibrida, aunque no uso el cien por ciento de mi capacidad, tal vez solo un quince por ciento. Con velocidad le arranco la cabeza a alguien y casi al mismo tiempo levanto mi mano para hacer lo mismo que hice ese día con el cuervo y hacer estallar desde dentro a unos cuantos. Vuelan cosas viscosas, que ni quiero imaginar qué serán, por todos lados y algo de sangra mancha mi mejilla.



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En el texto hay: romance, suspenso, hibrida

Editado: 31.08.2021

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