El Canto de la Sirena

Capítulo 4

4

Había cerrado los ojos por unos segundos cuando ella me besaba, pero al abrirlos, vi alucinado una luz muy intensa frente a mí, y mi encantadora sirena sostenía mi cuerpo, el dolor en el pecho había regresado. Ella me miraba, con sus preciosos ojos traslúcidos, del color de un diamante transparente, apenas celeste verdoso, muy claro. ¡Estaba enamorado de una sirena!, no sabía si viviría o si este sería mi último momento de felicidad junto a ella. Pero no me inquietaba, una sensación de plenitud colmaba mi espíritu. Nadie me creería si le contara lo que estaba viendo, mis padres pensarían que la enfermedad me había vuelto loco, mi tío diría que el viaje me trastornó, aún mis amigos dirían que estoy alucinando.

La luz se hizo más suave, descendimos más y más, y una tierra allá a la distancia, como a trescientos metros, una ciudad de luces y colores se levantaba, allí, en la profundidad del océano. Vi castillos de arena entretejidos con plantas y piedras, vi millones de pececitos diminutos de tonalidades fantásticas, caracoles de impresionantes formas y matices, y las luces de aquel magnífico reino me atraían hacia él, sentía que allí pertenecía, ¿sería posible que fuera ese mi hogar?, ¿que había sido un error de la naturaleza que existiera en la forma de un humano?, ¡a dónde me estaba llevando la locura de mi demencia!. Y cuando estábamos a un corto tramo de una gran puerta dorada, con miles de piedrecillas bañadas en oro puro, otras criaturas parecidas a mi sirena se encontraban a mi alrededor, y fue cuando volví a oír su canto, y todos ellos cantaron, la música se escuchaba perfectamente aún a esa profundidad.

Mi corazón parecía entumecerse de la emoción por aquellas experiencias, nada en el mundo podría compararse con el tiempo que estaba compartiendo yo con aquel ser tan espectacular, nada ni nadie podría compararse con ser parte de su mundo, aunque sea por un breve instante, por un momento que sería para mí determinante.

Recuerdo que el poder de su canto calmó los latidos de mi corazón, y que el calor de la energía que emanaba de ellos me envolvió en un sueño ligero, podría sentirlos a mi alrededor, y sentir a mi cuerpo flotar junto a ellos, mi hermosa sirena me cubría con sus brazos y me llevó nuevamente a la superficie, vi cuando me alejé de ese mundo, sentí que me alejaba de mi verdadero hogar, fue indescriptible.***

 

 




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