—Y aunque cierre los ojos podré verte en el mas allá, porque he nacido para acompañarte en vida y muerte, porque fui creado para acompañarte, cuidarte y protegerte, porque mi sola existencia se resume a girar en ti, como una orbita o un planeta, porque eres la luz que ilumina mi caminar y porque desde el primer momento en el que mis ojos se posaron en los tuyos, supe que te pertenecía en cuerpo y alma, de aquí a la eternidad y lo que venga seré tuyo.
acaricio la pálida mejilla de la mujer frente a el, recorriendo su suave piel, que parecía brillar al contacto de su toque, aspiro el olor a caramelo que desprendía de su largo cabello, queriendo conmemorar por ultima vez un dulce recuerdo de la mujer que amaba, a la que le había entregado su vida en devoción, la única mujer que lo había puesto de rollidas y la estrecho entre sus brazos, porque quizás era la ultima vez para admirarla, quizás era el recuerdo que se llevaría a la tumba, quería que se recuerdo fuera aquella mujer, quería morir y ver la luz y en ella encontrar sus ojos, entonces con un ultimo suspiro deslizo entre sus dedos un anillo dorado y se levanto dejándola sola, porque aunque quisiera atarse a esa cama y estar en paz con la mujer de su vida, no podía, a si que amarla desde la lejanía era lo ultimo que le quedaba.
la observo por ultima vez y una lagrima deslizo por su mejilla, se alejo de aquel lugar sin mirar atrás dejando a su amada en la oscura noche y rompiendo su corazón en mil pedazos.