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Mis cuatro patas se mueven a un ritmo vertiginoso sobre la nieve resbaladiza. Percibo la humedad en mis extremidades, pero nada puede detenerme. Podría aullar ahora mismo de puro gusto. Más allá de la adrenalina que recorre mi cuerpo y me llena de vigor, tengo otra sensación dentro de mí que me llena de fortaleza.

Y si la profecía realmente fuera cierta, y si ese humano posiblemente lo fuera... ¡No puedo resistirlo más! Me detengo sobre la cima más alta y contemplo la luna. La noche siguiente a esta, estará en su punto más grande, brillante y vivaz. Será noche de luna llena. Aúllo largo y claro, tan fuerte que quizá ningún animal en el bosque será incapaz de oírme. A lo lejos, siento leves respuestas de otros lobos que se dispersan con el viento. Espero que sea mi manada que escucha mi aullido de felicidad. No puedo perder más tiempo, ya que debo encontrarme con ellos y comunicarles mi hallazgo.

Mientras desciendo apresuradamente por la montaña, no dejo de pensar en ese humano. ¡Él no me ha disparado! ¡Ni siquiera me ha herido! Si no fuera una cobarde, habría esperado un poco de tiempo más para...

¡Qué cosas pienso! ¿Cómo reaccionaría un humano normal al contemplar la transformación de una cambiaformas? ¿Qué le diría? ¿Acaso pretendería llevar una conversación normal como si nada? Mucho gusto, me presento, soy una cambiaformas y necesito urgentemente de tu ayuda... Si nada más al verme, se desplomó sobre el suelo de un desmayo.

Me sacudo bruscamente los pelos cuando visualizo la entrada a mi cueva. Luego ingreso y, a medida que me acerco, veo una fogata encendida que ilumina el lugar. Colmillo Suave sale a mi encuentro y olfatea mi pelaje. Me extiendo cerca del fuego y me recuesto para tomar algo de calor.

—Hueles a... —dice una voz. Su “voz” dentro de mi mente.

—Sí. Me encargué del oso.

—Me refería a otro olor... Lo había olvidado con el paso del tiempo. Hueles a humano.

Es curioso. Para ella este olor luce a algo completamente nuevo y diferente, pero para mí es como si me hubiera acompañado durante toda una vida. Se siente fresco, envolvente y confortable.

—Sí. Un humano me perdonó la vida —giro mi hocico hacia ella.

Sus orejas se elevan y la expresión en sus ojos refleja asombro. Abre su hocico y jadea esperando respuestas.

—Sé que la luna llena se acerca. Será mañana y probablemente él sea la respuesta a todas nuestras preguntas.

—¿Después de tantos años?

—Puede que sí. Agh... Grrrr...

El dolor pone a todo mi organismo en tensión. Lo presiento en cada fibra de mi ser. Otra transformación está en curso... Mi pata derecha se extiende firme sobre el suelo al tiempo que no puedo resistirlo. Giro sobre mi propio cuerpo a la vez que los huesos crujen y mis sentidos se debilitan. Reduzco considerablemente mi tamaño y me estiro en la forma humana.

—¿Hasta cuándo podrás resistirlo, Atena? —me pregunta Colmillo Suave lamiendo mi mano.

La elevo mientras observo la transformación culminada. Los dedos están revestidos de piel pálida y sin vestigios del pelo oscuro. Delicadas uñas se asoman al final de cada extremo.

—No lo dudes más. Quizás este es el momento que tanto hemos esperado. Tal vez este sea el humano indicado.

—¿Cómo puedo deducir que es el indicado?

—Pues recuerda la profecía...

Colmillo Suave me mira con la profundidad de sus ojos verdes.

—Llegará un día en que un guerrero de notable fuerza demostrará su valía, será digno y se convertirá en tu compañero de por vida —repetimos juntas.

Ella menea su cola de lado a lado y emite un ligero resoplido.

—Es ahora o nunca —añade mirándome.

—Tienes razón. Es la única manera de romper esta maldición que nos ata a esta forma.

Me siento sobre el suelo.

—Vístete y encuentra al humano cuanto antes. Hazle entrar en razón.

—Espero que mi forma humana no le atemorice tanto como la otra y pueda comprenderme mejor.

—solo hazlo, Atena. Eres nuestra única esperanza.

Me incorporo y avanzo hacia afuera de la cueva. Solo un pensamiento me parece inquietante de todo lo que implica la profecía. Trago abundante saliva. ¿Él se convertirá en mi compañero de por vida? ¿Y si me rechaza? ¿Cómo podría soportarlo?