El cazador es mi destino

16

Suspiro pesadamente mientras veo a Jake salir de la habitación. Entiendo que debe ser difícil para él. No todos los días se aparece en tu puerta un ser que asegura tratarse de un cambiaformas que necesita revertir una maldición que lo acecha desde hace siglos.

Resoplo con brusquedad a la vez que envío un mechón de húmedo cabello blanco deslizándose hacia un costado. Hacía años que no probaba un baño decente, es decir, higienizarme en condiciones dignas como lo haría un buen humano. Ya hasta había olvidado lo refrescante que se sentía.

Miro a mi alrededor y no puedo evitar sentir un fuerte aroma a Jake. Casi toda la habitación huele a él. Supongo que aquí debe de dormir. Un calor me sofoca al recordar algunos instantes de su cálido y gigante cuerpo a mi lado, abrazándome y conteniéndome. Vaya, tengo que desviar el curso de mis pensamientos de manera urgente...

Sin embargo, recuerdo su abrupto cambio de postura. La expresión rígida en su rostro y su tono de voz tan distante. Tal vez se puso molesto conmigo. ¿Seré demasiado insistente? ¿Pero qué otra cosa puedo hacer por mí y mis hermanos de la manada? ¿Cómo podré hacer que me crea?

No obstante, aún recuerdo sus palabras de aliento y sus cuidados. La habitación aún presenta vestigios de los elementos y utensilios que manipuló para aliviarme de esa fuerte hipotermia. Porque sí, mis huesos estaban helados. Si él no llegaba a mi rescate, podría haber perecido cubierta en el agua fría de aquel estanque. ¿En qué habría estado yo pensando por aquel momento? ¿Acaso creía que con mi muerte los problemas se solucionarían? Sería dar un paso al costado y defraudar a mis hermanos.

Jake es bueno, pienso mordiéndome el labio. Parece ser bueno, sencillo y bastante apuesto. No puedo negar que pensar en él me hace tener sentimientos contradictorios. Él me gusta y no solo porque se preocupa por mí, sino porque aflora una serie de sensaciones en mí que me hacen cuestionar mi propósito. Se supone que estoy aquí para ayudar a mi manada, pero cada vez que le veo, algo extraño despierta en mí. Una emoción desconocida que acelera los latidos de mi corazón. ¿Cómo podría interactuar con él cada vez que le veo y le tengo tan cerca?

Además, cada vez que me mira fijamente con intensidad, encuentro nuevas evidencias que me hacen saber que yo le gusto y que soy atractiva también para él. Hay un fuego extraño en su mirada que me hace sentir preciosa como nunca antes. No tengo idea de qué es, ni cómo es que sucede, pero Jake me hace sentir cosas para las que nunca antes estuve preparada. Ni siquiera había experimentado estas sensaciones en mi antigua vida humana.

Mis pensamientos vagaban recordando mi corto período de vida normal hasta la maldición cuando reconozco un cuaderno antiguo apoyado sobre una repisa. Mis ojos contemplan aquel elemento con detenimiento mientras una idea surge en mi mente.

Me acerco lentamente al cuaderno. Apoyo una mano sobre el mismo y reconozco que se trata de un diario íntimo. “Tal vez... No debería...”. Muerdo mi labio inferior cuando ya no puedo resistirlo más. Abro su interior y repaso sus páginas completamente vacías. A su lado, una pluma con tinta fresca y especial permanece a mi alcance. “Hmm... Quizás esto pueda ayudarme...”

Me siento sobre la cama y sostengo la pluma entre mis manos. Comienzo a garabatear pequeños esbozos de palabras hasta que estas fluyen gradualmente. A medida que pasa el tiempo, anoto la fecha del mundo actual y de pronto mis manos tiemblan sin control. Respiro profundo para tratar de relajarme.

Entonces me dirijo a Jake con nada más que la verdad.

“Jake, si alguna vez lees esto, quiero que sepas que todo lo que te he dicho es verdad. No soy solo una mujer perdida en un tiempo al que no pertenece. Soy una cambiaformas que toma forma de loba y solo seré inmortal hasta que la maldición desaparezca. Vivo atrapada en este maleficio que solo puede romperse con la ayuda de alguien como tú”.

Expulso una gran bocanada de aire cuando las palabras más difíciles surgen con frenesí. Después le siguen indicios de mi verdadera naturaleza, mi pasado humano y cómo fue que adquirí la maldición. Cuando llevo varias páginas escritas, me recargo en la cama.

Espero que esto funcione...”




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