El chico de las cámaras (en edición)

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-No me jodas, ¿Me estás diciendo que alguien te está espiando?

-No precisamente. Pero supo cuando llegó mi papá y me dijo que él se enoja cuando no respondo a la primera, cosa que sólo tú y Alan conocen. Tengo miedo. Que tal si en una de esas entra a mi habitación y me secuestra.

-¿Cómo crees? no creo que sea capaz- le dí una mirada asesina- digo, lo habría echo ayer después de irme.

Es verdad, entonces me puedo quitar un poco de miedo. Pero eso no quita mi otra duda.

-¿Recuerdas a un chico muy parecido y de la misma edad de Alan? algo asi como su gemelo. 

-Ahora que lo mencionas. Recuerdo a ese chico, pero pensaba que era un amigo imaginario. Nunca más lo volvímos a ver.

Si Pía sabía de su existencia quiere decir que no estoy loca y que, probablemente ese niño- no tan niño- sea quien me está mandando mensajes.

Lo bueno que no está en la escuela.

El rosa te queda bien. 

Me acabo de echar la sal. El estúpido anda por aqui. La vida no es muy justa conmigo.

<<Anda Dios, ¿No te basta con verme caer?>>.

Di un fuerte suspiro. Busqué entre la gente si alguien podría estar viendome.

Podría ser una de las bromas de Hiroshi o alguno de los tantos idiotas de la escuela solo para vengarse de algo que no hice.

¿Me puedes dejar de ver por unos minutos?

Imposible, eres hermosa.

No se el porque pero mis mejillas han empezado a arder. Estoy sonrojada por un comentario de un mensaje de un desconosido. 

¿Estudias aquí?

No precisamente.

¿Entonces, cómo sabes que visto de rosa si no dejan entrar a personas que no estudian aqui?

Porque te ví salir del baño.

Estoy siendo vigilada.

Genial.

#

-Corre, asi no nos seguirá.

Estabamos a nada de llegar hacia nuestras casas. Hace unos minutos que habíamos salido de la escuela. Nuestra última clase fue cancelada por la profesora, ya que segun ella no pudo asistir por un inconveniente.

Sentía como si una persona estuviera viendo cada paso que daba, cada gesto que hacia y cada palabra que decía.

-Deja de tener miedo. No pasa nada.

Lo dijo tranquilamente. Claro, como a ella no le pasa esto está tan conchuda.

<<Aún asi la amas, Nina>>

El teléfono sonó. Era un mensaje de él.

Deja de temblar, ya te dije que no soy peligroso.

-¿Ves?- le mostré el mensaje- No me digas estupideces.

-¡Hola, chicas!

Era la voz de Alan, nuestro amigo.

Nos dio un pequeño saludo con su mano y siguió su camino. No éramos de ir juntas con él, pero a veces, se nos daba ir platicando y jugando los tres.

Algo en mi mente hizo click.

Alan sabía todas las cosas que me han pasado. Tiene 17. ¿Y si es él?

¿En dónde estás?

Alan sacó su celular y le picaba como si estuviera mandando un mensaje.

¿Coincidencia? No lo creo.

Corro para alcanzarlo. Pía viene detrás tratando de alcanzarme y gritando que parara. Ya estaba por alcanzarlo cuando inesperadamente se detiene. Traté de frenar pero era demasidado tarde. Ahora los dos estabamos en el suelo con un gran dolor en el culo.

Recuperándome de ese gran golpe le quité su celular. Chequé los mensajes pero no eran los míos.

Son... mesnajes de uno de sus amigos ¡Que horror! ojalá nunca haya visto eso. Ahora mis pobres ojos serán lavados con cloro y jabón.

Le devolví su celular antes de poder ver algo más de lo que me pueda arrepentir. Se puso de pie y me ofreció su mano, Yo, algo avergonzada la acepte.

Tenía su cara en total confusión, estaba claro que no sabía porque corrí y lo tumbe en el suelo.

Ahora, lo que mas había temido se ha hecho realidad. Hice una de mis caídas frente a todas esas cámaras. Todos los vecinos se iban a reír y yo, bueno, iba a recibir una regañiza de parte de mis papás.

<<Muy bien hecho, acabas de firmar tu sentencia de muerte>>.

-Perdón, te confundí con una persona.

-Descuida, no ha pasado nada.-y aún teniendo esa cara de confusión mezclada con dolor, se marchó.

No debes de quitarle el celulara Alan. A mí también me dolió esa caída.

No tenía otra opción. Coincidio que estaba escribiendo.

¿Por qué quieres saber quién soy?

Para saber el por que me vigilas.

Guardé mi celular de mala gana y seguí caminando. A pesar de estar dolida, estaba claro que si no tenía culo, con esa caída me lo aplane.

#

Subia las escaleras tratando de no hacer tantas muecas. Me había lastimado mucho.

Al entrar a la habitación traté de buscar la cámarita. Hasta me asomé para checar que la que instalaron estuviera bien. La escondió bastante bien.

No lograrás encontrarla.

Retuve las ganas de llorar. Podría acercarse y hablar normal. ¿Pero por qué tenía que hacerlo asi, a su manera?

¿Por qué lo haces?

Tardó en respinder asi que decidí darme una ducha.

Termine pero no quería salir. Estaría esperando.

Me senté un rato en el piso y reposaba en la pared. Mi día ha sido pesado.

Sal, prometo no verte.

Vete a la mierda.

¡Que dulce!, nadie me ha dicho algo como eso.

Camino hacia mi escritorio y pongo el tocadiscos en marcha. Dudé en volverle a preguntar eso. Pero quería saber. No puedo estar tranquila como él y hacer como si todo esto lo estuviera viviendo desde hace muchos años. 

¿Ya me vas a responder?




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