El chico de las cámaras (en edición)

11

Estamos sentados en el jardín viendo como todos juegan. No se me ocurrió ir con ellos porque Han dijo que quería decirme algo, por eso estamos un poco alejados.

-¿Ahora si me vas a decir de qué quieres hablar?- lo volteo a ver, el lleva solo un short azul, su cabello esta recogido en una pequeña coleta y su torso esta sudado. Hace un poco de calor. 

Venimos en buenos tiempos y se les ocurrió refrescarse con un poco de agua. Iban de un lado para otro con pistolas de agua y globos llenos de ella.

Se para y va por unas cosas a la mesita que esta a unos cuantos metros de nosotros. Fruncí el ceño, no esperaba que también trajera cosas para hablar de eso que tanto estuvo diciendo en toda la mañana.

Volvio a su posición anterior abriendo la mochilita. Lo que saca me deja sin aliento. Es el libro. Trajo el libro y yo ni en cuenta, ¿A qué hora entro a mi habitación?. Necesitaré vigilar todo el tiempo.

Lo extiende para que lo agarre pero no lo acepto. Ya no quiero seguir leyendo esto, me pondré de la misma manera cuando Hiroshi dijo esas cosas de mi. Sé que ahí me explicará porque no quiso salir, rehacer su vida, pero dolerá. Me quedé quieta, no puedo reaccionar. Él lo nota, me da una sonrisa triste y me rodea la cintura.

-No te voy a obligar a que lo leas, pero hay cosas ahí muy importantes. Cuando estés lista leéla. No te estoy obligando, pero es tu decisión.

-Si lo quiero leer pero me conozco y terminaré llorando. Eres un chico maravilloso, pasaste por mucho. Si me hubieras dicho desde que regresé de ese viaje no te hubiera rechazado, al contrario, nada hubiera cambiado y te hubiera dado apoyo, ánimo, ¿Por qué te escondiste de mi?

-Causaba lástima y no quería darla. Muchas personas me veían feo, como si fuera un bicho raro.  

-¿Y creíste que yo también lo haría?- mi voz empezaba a sonar triste y las lágrimas amenazaban con salir. 

-No, eso no fue lo que dije.

-Pues yo lo entendí así. Dime,cuando te conocí, en mi habitación, ¿Viste algún rastro de lástima en mi cara?

Negó con la cabeza. Perfecto. Me levanto de mi lugar y voy a la cocina. Siempre me desahogo con comida y es lo que ahora voy a hacer. Me sirvo un poco de fruta picada y ya sentada empiezo a atragantarme de ella. Mi vista es borrosa a causa de las lágrimas. Pensaba que me conocía mejor que yo, pero no fue asi. Pensó que lo vería como un bicho. Genial. En la ventana veo que todos siguen jugando y él tiene su cabeza recargada en sus rodillas. La regamos. Los dos la regamos. 

No mi amor...no quiero verte así
Mírame... sonríe para mi
Ven, ven, ven mi niña ven aquí
Ten, ten, ten mis besos para ti
Ya no llores niña de un millón de flores

Ven, ven, ven te quiero hacer feliz
Ven, ven, ven mis sueños junto a ti
Sin temores, niña de un millón de flores
¿Como cabe tanta perfección en tu cuerpo y en tu corazón?
¿Cómo puedes provocarme tanto amor?

Han está cantando acapela. Por mi lado sigo comiendo. Se sienta a un lado de mi. No lo miro. 

Termina de cantar y me abraza. Nos acomodamos y termino en su regazo, nunca me ha gustado esta posición pero con él es diferente. Me hace piojito para tranquilizarme. Mi cabeza esta entre su cuello, de ves en cuando le doy besos ahí. Aún no formalizamos esto, pero nos conformamos con estos pequeños momentos. 

-No sabía que cantabas tan bien.- al fin dije después de unos largos minutos en silencio.

-Lo talentoso viene de familia. Alan es bueno en el baile y yo en el canto. 

-¿A eso te vas a dedicar?- levanto mi cara y lo veo a los ojos, cierra los ojos y asiente, sonriendo.- wow, eso es genial. Tengo amigos muy talentosos.

-Si... amigos- mueve las cejas y rie al sentir el ligero golpe que le di en el hombro.- perdón por hacerte pensar eso, no quería que te lo tomaras de esa manera.

-Pasado pisado. Al menos cantaste para que te perdonara. Esa canción es muy linda, ¿ En dónde la escuchaste? 

-En la radio. Ese chico tiene canciones más interesantes. Probablemente algún día te las cante.

-Sólo no te vayas a tardar años- ironice.

-No te prometo nada.

Regresamos al jardín, esta ves para unirnos al juego. Fue mala idea ya que todos me vienen siguiendo para mojarme. Todos agarraron armas menos yo. Genial. No podré defenderme.  A lo lejos visualice la manguera, sería un poco mala idea pero que mas da, algo es algo. Corrí para alcanzarla pero fue en vano. Alonso me tlackeó y ahora todos nos estaban mojando. 

Después de ese momento, todos fuimos a comer algo de fruta. Algunos de mis primos se quejaron porque les dejé poco de su fruta favorita. Les dije que les compraría dulces y ya no protestaron. Que convenencieros me salieron estos chamacos, ojalá que el bebé no sea igual que ellos sino me va a dejar pobre.

#

-Estas son las mañanitas...

Era hora del pastel. Todos estabamos alrededor de la mesa. Mis papás, Alonso y algunos de mis tíos y primos estaban atrás de mi, se que me aventarán al maldito y delicioso pastel. Al terminar de cantar, cerré los ojos y pedí mi deseo, el mismo de todos los años. 

-Que le muerda, que le muerda.- se les escucha decir.

-¡Ya muérdele que quiero pastel!- grita mi tío Armando y todos ríen.

Apenas me voy agachando y siento un inmenso peso en mi cara. Levantaron el pastel y me lo pusieron en la cara. Quite el plato y el resto de pastel de mi rostro.

-Tío, ¿Querías pastel?- asiente y le aviento todo el pastel a la cara y en su calva- mire, mi deseo se hizo relidad, ¡Por fin tiene cabello!

-¡Hija de tu santa madre, vas a ver!- se quito un poco del pastel y comenzó a perseguirme. Unos reían, otros grababan. 

-No se ustedes pero esto se hará viral en internet- dice mi prima Sanjuana.

-La niña va a terminar toda aplastada, pobrecita- mi tía Miranda llega hasta nosotros y trata de quitarme de encima a mi tío.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.