El Chico Perfecto

PARTE 01

OLIVER

 

No puedo creer que llevo un poco más de un mes en esta escuela y agradezco no haberme topado con ella, por tan difícil de creer resulte, he oído cosas tan malas de ella, que agradezco enormemente no haberla encontrado, sé que mi madre no aprobaría mi manera de pensar, pero ella no está aquí, no es que sea prejuicioso, pero detesto a las personas que se aprovechan de otros eso de llamar renacuajos a las personas que no saben defenderse no es correcto.

 

—Oli no pienses en el aire y vamos que ya empiezan las clases ¿Acaso no oíste el timbre?— Era verdad el timbre había sonado y corrí con mis libros a la primera clase de química, pero antes de entrar presuroso, vi como la mujer que había tratado de esquivar hasta ahora, entraba por esa puerta sin importar que había empujado a mi amiga Adriana, la ayude a levantarse cuando ya ese estúpido grupo había entrado, me acomode las gafas y baje la capucha de mi chaqueta sentándonos al fondo del salón como siempre en nuestra esquina como le decía yo, veo a Adriana con ganas de querer llorar porque siempre es lo mismos con ellos, pero la vida te enseña a que debes tomarle importancia y a que no, porque al final tarde o temprano las acciones traen consecuencias y el universo se encargara de ellos.

 

—Esos idiotas no valen la pena, Adriana no debes sentirte menos, la vida se encargará de ponerlos en su lugar — Y era verdad, mi tía Georgina decía que pensaba en el bendito Karma y si hacías el mal a otros esta tarde o temprano te alcanza a ti y cosas como esa, debería pensar lo contrario, pero cuando conozco a personas como Samanta White es inevitable no querer que el mundo haga su magia y finalmente reciba un castigo por sus acciones.

 

—Es lo que más deseo que reciba su castigo y espero que pronto este martirio acabe y esa mujer reciba su merecido, de todos ellos, ella es la que más merece pagar — La mirada de Adriana me dejo pensando, como apretaba los dientes o cerraba los puños hizo que me diera una especie como de un escalofrío en la columna vertebral.

 

 

—Bueno, chicos, ¿Quién tiene la respuesta de la pregunta seis del compuesto química que aparece junto con esa fórmula que está en la pizarra? —Antes que yo pudiera alzar la mano lo hizo la rubia a quien no he podido dejar de mirar y seguir cada movimiento por lo cual vi como un chico desaliñado y más delgado que un palillo de dientes le pasaba un papel, parece que era la respuesta porque al final era la correcta, solo la vi chocando las manos con Pamela creo que se llama o algo así, veía como se lanzaba papeles, pero cuando ella alzaba alguna de sus manos, ellos detenían su juego absurdo.

 

Antes que entrara la siguiente materia, ella miró su reloj y se fue sin quien alguno de su séquito de abejitas la siguiera, cuando el maestro ingreso y paso lista y White no contestaba lo hizo una de esas tipas.

 

—Maestro, ella tiene permiso de dirección para faltar a clases, puedo corroborarlo con la dirección si gusta. — El maestro no dice nada solo lo veo resoplar por la nariz ante la situación, no sé cómo pueden permitirle ese tipo de libertades, uno viene a estudiar no a hacer lo que quiere.

 

—Ella siempre hace lo que quiere y cuando quiere, me da tanta rabia saber que le permiten ese tipo de cosas, es como si de verdad se creyera la reina del lugar, cada día es más insoportable estar en esta escuela, si no fuera por tu llegada no sé qué hubiera sido de mí.

 

Cuando Adriana habla de esa manera es como si una corriente fría entrara de golpe por la venta, hace menos de dos meses que llegue a este lugar y ha sido de las pocas amigas que he hecho, prefiero que sea así la verdad, mi madre dice que para querer ser psicólogo soy algo antisocial, a las alfombras rojas de papá he ido muy pocas veces, muchos flashes, desconocidos queriendo saber tu vida entera hasta preguntando si voy a hacer algún régimen alimenticio aún recuerdo la voz enérgica de mamá

 

—Aquí el famoso es mi esposo, no venga incomodar a mi hijo adolescente con esa clase de preguntas tan fuera de lugar, gracias a gente como usted es que hay muchas personas ahí fuera sintiéndose fuera de incomodas con su cuerpo, resalte lo saludable y guapo que es mi hijo, no si para usted necesita o no un régimen alimenticio por el motivo que sea.

 

Resalto la noticia en algunos lugares, pero ya todos saben cómo es mamá cuando se trata del aspecto físico de alguno de sus hijos, porque saben que esos comentarios pueden marcar nuestras vidas, yo he aprendido a sobrellevarlos, a no incomodarme con ellos, es lo que siempre me dice papá

 

—Sin importar que opine el mundo de como luces, lo importante es como pienses de ti mismo, tu opinión es la que vale no la del mundo allá afuera, si te sientes bien así y es saludable entonces al tacho sus comentarios y maneras de pensar.

 

Mis padres me enseñaron a que el mundo ahí afuera no puede ser regente sobre como debes manejar tu vida, aunque estoy pasado de peso como dirían muchos, cada cierto tiempo mi madre nos hace hacer estudios generales para descartar cualquier cosa y resulta que simplemente es mi contextura y que debo vivir con ella, por eso entiendo a mamá muchas veces la he visto llorar en las noches viendo el resto de Emma su mejor amiga por la que la asociación lleva ese nombre, una vez me dijo que si alguien le hubiera dado un consejo profesional o una guía hoy ella no estuviera muerta, que los comentarios de los demás mellaron tanto en ella que la hizo tomar una fatal decisión. Por eso y unas cosas más es que quiero ser psicólogo y la doctora Brean me está ayudando con asesoría y creo que hablaré sobre Adriana tal vez la pueda ayudar.




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