El Chico Perfecto

PARTE 02

 

SAMANTHA

 

—Mírate al espejo y date cuenta hija, mira tu cuerpo, tus facciones y ese rostro de ángel, puedes tener al hombre que quiera a tus pies si así lo quieres, una mujer como tu merece a alguien que sea capaz de lo que sea por ella.

 

Mientras me deja para que termine de arreglarme para ir a la escuela, siempre es un ritual, primero mi baño con jabones especiales, luego el oufit del día uno que prepara mi estilista los viernes por la noche previa autorización de mi madre, luego el maquillaje uno que hago yo misma para no terminar pareciendo un payaso, luego mi cabello nada muy complicado, porque si por algún motivo se desarma sería difícil llamar a JeaPoul en cinco minutos, además llevo años de práctica, de cursos especializados a cargo de los mejores maestros.

 

—¿Qué tal luzco madre? — Y giro para que pueda apreciar mis pantaloncillos cortos, una camiseta que llega a mitad de mis caderas con un saco color blanco con algunas cadenas que le cuelgan, a eso súmenle unas pequeñas zapatillas estilo ballet.

 

—Perfecta como siempre, no por algo eres mi hija cariño—Mi madre mi adorada madre, siempre recordándome cuan perfecta soy o cuan perfecta debo ser, que lucir que no lucir, como hablar que no hablar y sobre todo a quien debo amar algún día, tengo que obedecerla, ella sabe de esas cosas no hay mayor referente de eso que ella, no mejor referente que su historia con papá, ellos se enamoraron a primera vista, ella tan perfecta y el en sus comienzos hasta ser el éxito empresario qué es hoy en día, no sé si quiero un matrimonio como el de ellos, pero si a un hombre que haga lo que yo quiera tal cual mi padre con mi madre.

 

Luego de comer solo algo de fruto y yogur dietético, me llevaron a la escuela, en el camino hice que se me detuvieran, puesto que observe algo que en secreto siempre me llamo la atención las mariposas, tome unas fotografías y seguí mi camino, franshesco el chofer asignado para mí sabe que es nuestro secreto, se supone que voy a ser una futura empresaria y mujer empoderada no una ambientalista venida a menos.

 

—¡Amiga llegaste! Me alegra tanto verte después de todo lo del último desfile — Es verdad, Jack es uno de los deportistas a los que papá representa termino en un enredo por querer propasarse conmigo, se terminó revelando en pantalla gigante ciertos secretos suyos, es que nadie se atreve a tocar a la princesita de papi y sale ileso, todos los que me rodean lo saben por eso se andan con pies de plomo cerca de mí.

 

—Si lo dices por eso, yo estuve muy bien, dormí como un angelito—Es la verdad, después de todo yo no se lo es que tener remordimiento cuando de mi beneficio se trata.

 

—Hola, hermosa —Otro de los tantos adulares del equipo de futbol de la escuela, falta los de básquetbol, baseball y demás.

 

Yo solo le doy una sonrisa de educación, puesto que es el hijo del dueño de varios centros comerciales, la campana ha sonado, pero no me apresuro siempre tengo quien me abra el paso.

 

—Quítate que estorbas, aunque para ti no creo que esa puerta haga que entres — Y todos ríen para luego ver como cae una de las tantas personitas indeseables que arruinan mi mundo, no sé ni su nombre en realidad, para mí es renacuajo uno o dos, finalmente me siento en medio de la clase de química, tengo un pequeño secreto, pero nunca lo voy a revelar soy buenísima estudiante solo hago que los renacuajos me den las respuestas, para que el resto vea el poder que mi voz da sobre ellas, antes que ellos me las den yo ya las analice mentalmente sin dejar de ver que mi manicura esté correcta, sé que soy una perra desgraciada, pero la vida es una jungla donde el más fuerte sobrevive y si en el camino piso algunas cabezas lo siento.

 

Cuando suena el timbre que indica la siguiente clase, yo decido salir, como que necesito algo de aire para ser sincera también disfruta de la soledad, del silencio a veces no quisiera que todo fuera bullicio y gente lamiéndome el trasero alrededor, no es que disguste que me adoren solo que a veces eso también aburre, decido fumar un cigarrillo, solo lo hago de vez en cuando y si me pescan tengo a varios que asumirían la culpa por mí en un chasquido de los dedos, estoy en la azotea de la escuela, muy pocas personas tienen acceso a ella, de aquí puedes ver el mundo a tu alrededor, se ven tan diminutos, parecen más que renacuajos hormigas diría yo, pequeñitas e insignificantes.

 

 

—Es que de las tres tu eres la más alta, deberías ser modelo, pero te niega a seguir los pasos de tu madre, que por cierto salió hermosa con su vestido Versage dos mil veintiuno le queda perfecto al cuerpo, un día de estos deberías hacer una fiesta y o invitarnos a tomar algo a la piscina.

 

Par de lambisconas son lo que son, yo sé que andan queriendo ir a ver mi guardarropa a escoger lo que más les guste total saben que yo modelo no repito.

 

—Si lo que quieres es mi vestido rojo el que uso en el desfile, no hay necesidad de inventar excusas me lo pides y punto, ya veo yo si quiero dártelo a ti o lo uso de estropajo. — Cuando me empiezan a poner de mal humor ni ellas se salvan de eso.




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