No recuerdo mi nombre desde que viví en ese circo, más bien, fui esclavizado, creí que todo era una pesadilla, uno de tantos sueños extraños que tengo. Aprendí muchas cosas en ese lugar que me ayudaron el resto de mi vida.
Me encuentro escribiendo este libro a la edad de 37 años, con el propósito de hacer reflexionar a las y los lectores sobre el valor y aprecio de la vida. Todos los humanos tienen un sentimiento que predomina en su ser, aunque afortunadamente contamos con una conciencia que nos dice que hacer y que no hacer. Esta novela no está destinada a un público en general, no hay edad o pensamiento que impida aprender sobre el control sentimental y emocional del ser humano, no hay edad para el conocimiento y gozo de la vida. Pude disfrutar mas de mi familia antes de perderla, como dicen popularmente:Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.
Estimado lector o lectora, presta atención a este libro y te será de gran ayuda.