I. De cómo el protagonista pierde a su familia

100...

Los gritos, los insultos, la falta de respeto existentes en mi familia causan que mi hermana y yo nos acostumbremos a todo eso. Nos decepciona vivir así, es cómo si las discusiones fueran el pasatiempo favorito, y al parecer, el único dentro del hogar que habitamos. Afortunadamente, la violencia física no es recurrente entre nosotros. Las únicas veces que papá o mamá nos han golpeado son en las cuáles mi hermana y yo tenemos una actitud deplorable. Eso pasa en cualquier familia. ¿Cierto? Un par de nalgadas cuando el infante rompe el jarrón por jugar dentro de casa y entre otros castigos de los cuáles no prefiero hablar. ¿No suele eso pasar en cualquier hogar?, ¿Por lo menos de vez en cuándo?

...99...

Después de un día agotador para toda mi familia, asistiremos a terapia familiar. Es la única actividad que decidimos realizar juntos desde aproximadamente un trimestre, durante todas las noches de todos los viernes.

La psicóloga Elanie Jefferson es la encargada del bienestar mental de mis familiares. Ayudó a mi hermana para combatir sus ataques de pánico e inspiró a mi padre para evitar beber alcohol. Su consultorio está en su casa, que por cierto es hermosa y muy grande. La sala de espera se encuentra en su sala de estar adornada con plantas, algunos floreros, pinturas de paisajes colgadas en las paredes y un pequeño estante lleno de revistas. Mientras la oficina de la señora Jefferson se construyó en una habitación que según ella, era un dormitorio. Pero nunca ha explicado porqué.

Esperando, mi madre salió de la oficina.-Necesito llamar a mi jefa.-Dijo mi mamá mientras colocaba un cigarro en su boca.-Agregó prendiendo el cigarro para después irse.

...98...

Pasaron 30 minutos y aún no recibimos respuesta de la terapeuta.-¿Dónde estarán esas mujeres?-Preguntó papá angustiado.-Será mejor buscar afuera.-Recomendó mi hermana preocupada.-Entonces, decidimos seguir la sugerencia.

Misteriosamente, al salir, la psicóloga Elanie se dirige caminando rápidamente a nosotros.-Lamento el tiempo que tardé-Decía la mujer mientras abrochaba los 2 botones superiores de su camisa. Noté una expresión sospechosa en su rostro.-No se preocupe, afortunadamente contaba con la revista "Sociedades secretas" a la mano.-Mencionó mi padre con aparente tranquilidad.-¿Así que están listos para la sesión?-Pregunta la señora Jefferson.-Solo falta mi prometida.-Afirma mi papá.-¿Su esposa?-Cuestiona Elanie entre dientes.-Algo malo ocurre. Dígame por favor.-Pide asustado mi padre.-No, solo que me pareció verla hace rato entrar al sanitario.-Comenta la terapeuta. Siento que todos notamos la preocupación de la señora Jefferson. Pero ella intentaba disimular algo y se esforzaba por aparentar despreocupación.

A los pocos segundos de un silencio incómodo, mamá cruza la puerta de salida con el cabello levemente despeinado y con el maquillaje alterado. Mi hermana y yo suponíamos qué pasaba. Eché un vistazo a la cara de los presentes, así confirmé que un ambiente de ira y confusión dominaba ahora.-Pueden entrar.-Elanie interrumpe la tensión. Ignoramos las apariencias, decididos a obedecer.

[Evito escribir lo mencionado en la sesión por lo larga que fue. Tuvo una duración de exactamente dos horas de plática sin interrupciones.]

Terminando la terapia, subí al carro después de que mi hermana lo hiciera. Mis padres volvían a discutir.-Está bien. Te era infiel con nuestra psicóloga.-Al escuchar esas palabras de parte de mi madre, me invadió un sentimiento de remordimiento e ira.-Lo suponía. Llegando tarde, sin querer preparar la cena. No eres más que una inútil mentirosa.-Gritó mi papá con to o burlón, pero enojado.-Mi aventura con Elanie comenzó un mes después de iniciar a asistir a las terapias. Un día, mientras tomaba mi descanso laboral, la encontré en la cafetería en frente de mi oficina y platicamos un poco, ese poco se convirtió en tres horas. Descubrimos lo mucho que había en común entre nosotras. Por eso han estado a nada de despedirme de mi empleo. Elanie y yo acordamos vernos en un restaurante para seguir platicando, fue ahí cuándo me confesó que es lesbiana y que se siente atraída por mí. Yo, como soy bisexual, quise seguirle la corriente. Esa misma noche dormimos en su casa. -Explicó mi madre.

No escuché ni u a sola palabra. El ruido del viento moviendo las pintorescas hojas de otoño disimulan el silencio. Mis padres suben al carro y nos encaminamos a casa.

En la corta carretera, un enorme anuncio que oraba:Gran Circo de las maravillas, destacaba más que la enorme edificación de cristal situada al lado de ese inmenso letrero.-¿Podemos ir al circo?-Preguntó mi hermana sin recibir respuesta alguna. Cinco minutos después llegamos a casa, aún en silencio. Cuando dormía, mi hermana me despertó en la madrugada.-Hermano, papá se fue, el carro con él.-Me informó llorando. Inmediatamente me levanté de la cama y vi la ventana. Lo que dice mi hermana es cierto. Observé el automóvil yéndose. Mi padre dejaba esta familia, creo que yo hubiera hecho lo mismo.

...97...

La mañana siguiente, mamá nos da de desayunar cereal con leche. Solo lo hace cuando nos atrasados. Normalmente prepara unos huevos u omelettes deliciosos. Lo único que he escuchado de ella esta mañana fue que íbamos a "un lugar". Sólo Dios sabe que clase de lugar era. Salimos de casa para pedir un taxi y dirigirnos a ese lugar misterioso.

...96...

Llegamos a lo que al parecer es una feria. Pero por la indecisión de mi madre, yo sabía que no habíamos llegado a tal lugar.-Tengo que ir a "Un lugar"-Advirtió mi mamá sin siquiera decir cuanto mi hermana y yo esperaríamos o si esperaríamos.

-Mamá no volverá. ¿Cierto?-Me pregunta mi hermana tras estar no sé cuánto. La ignoré por toda esa gente, por la música a alto volumen. Sólo es de esperar para que mi hermana tenga un ataque de pánico.

-¡Hermana! Reacciona. Sabes que no sé cómo calmarte.-Fue lo último que grité antes de caer desmayado.