— La tierra en ruinas —
El cielo ha quedado vacío y sin nombre, los pájaros exagerados se tragaron a todos los humanos que se hallaban en el camino junto al Ángel Diosse, pues este ignorante se negó a querer compartir el mismo placer con unos seres que han podido recrear cualquier cosa que imaginen. Durante años se ha mostrado de forma egoísta; para este Ángel, las formas de existencia física no deberían tener a disposición la experiencia y el conocimiento, eso le pertenece a sus hermanos y a él. Cree que solo pueden usar su mente para crear cosas que finalmente se acabarán, es una completa pérdida de sentido intelectual.
Se le ha visto gustoso en su cama de oro sólido viendo cómo se engullen a los pobladores de la tierra escasa; es una completa masacre la que se puede observar, hay miles de cuerpos convirtiéndose en cera. Los cuervos aman la cera porque sus plumas la necesitan para poder borrar todo rastro de sentido. Se les hace llamar gomas de borrar, o simplemente borradores; se han tragado media aldea de borbones el año pasado, y en el oscurantismo a los miserables se les ocurrió una divertida matanza: dejaron cuerpos muertos sin cabeza hechos de cera hasta las plantas de los pies. A los pájaros exagerados se les ocurrió que tal vez eso traería la atención de muchos más humanos. Aquellas personas pobres usaron los cuerpos abandonados, se hicieron un par de utensilios y velas que por urgencia necesitaban; es como imaginar una choza repleta de velas hasta donde no debería, con un olor a metano horrible.
En la actualidad, los cuervos tuvieron éxito en crear la miseria y el descaro humano por querer tener algo de valor. Los cuervos no solo han hecho horribles masacres, también organizan festines para quien guste robar. La idea fue volver locos a los pobres al mínimo olfato de una deliciosa cena. Siete cuervos mueren en cada festín. Durante estos momentos de crueldad humana, no tienen a quien comer, y es una regla desde hace ya 1500 años que siete cuervos fuertes, llenos de cera, hermosos y encantadores, serán comidos vivos por su propia especie para que los demás puedan resistir.
Ningún cuervo de antaño existe en esta cruda realidad; no solo sufren los pobres, también los demonios emplumados que agonizan de la incertidumbre de comer a un humano malicioso. Se tenía por costumbre que si comían a los humanos pecadores, el pecado dentro de ellos los quemaría hasta solo quedar un esqueleto gris, todo por culpa del Buitre, un pájaro inmortal que nunca se ha preocupado de ser cazado, y por lo tanto, tuvo todo el tiempo que quisiera para poder convencer a los cuervos de que los humanos malvados, al tener contacto con el plano demoníaco, el espíritu vengativo los haría arder infinitamente hasta que se queden en huesos.
Los huesos no pueden encerarse, tendrían un sabor a muerte. El Buitre dijo que si él también comía a los humanos horribles, su inmortalidad no le ayudaría en nada; lo rompería por dentro hasta llegar a su propia existencia.
Es una tristeza el puerto de Santo Tomás. Muchos cuervos se han mudado a este lugar donde los pescados han llegado a volar por tanto sufrimiento que les ofrece el agua a 75°C. Sus habitantes, "La Familia Pascal", se mueven económicamente con la venta de pescados, pescados que son puros huesos y arden en un infierno al tocarlos. Se alimentan a base de cuerpos de cera enterrados en la costa; es una bendición cuando encuentran personas fallecidas a causa de otra persona, estas sí tienen carne que comer, podrida e infectada, pero es mucho mejor que comer la cera de un cuervo infernal. En ocasiones, los cuervos irracionales se la pasan la noche picoteando la piel de la familia, casi siempre sin dejarlos dormir una hora por lo menos; también les ofrecen el festín pecador para que por fin se pudran entre ellos y coman algo decente, pero esta familia se rehúsa a matarse por comida, algo que a los cuervos les da igual; en cualquier momento se podrían almorzar a la familia y su amor.
Santo Tomás es una localidad al sur de Irán donde ha ocurrido una fuerte influencia israelita; hubo una guerra en 1711, donde la presencia demoníaca creció exponencialmente hasta dejar al país como está. El puerto de Santo Tomás fue una clara consecuencia de la guerra del pueblo de Israel y su devoción hacia el cielo bendito, aunque engañados por los demonios fingiendo ser ángeles de apoyo; fue un desastre inmenso.
— Puerto de Santo Tomás, año 1789. —
Es una mañana gris, el cielo está muerto como siempre y la familia Pascal, como todos los días, va a trabajar a primera hora pescando puros huesos al fondo del golfo Pérsico. Siempre se está al pendiente de los barcos y la distancia de la costa y el mar abierto; su tiempo es limitado porque constantemente el barco usado se va quemando internamente al contacto con el agua. También deben ir al menos tres en el barco pequeño; los cuervos siempre están al acecho para picotear los ojos de cualquiera que esté en el agua.
David — Padre, este día quiero quedarme en casa, no me siento muy bien; es lo de siempre ya sabes, las hemorragias en el hígado y el corazón. No te preocupes, para mañana podré al menos ahuyentar cuervos infelices.
Jassir — Eso espero, últimamente el aire nos ha puesto muy mal, pero el trabajo no nos quita. No te preocupes, sé que mañana harás el doble de trabajo.
David — Te lo agradezco, me esforzaré mañana todo lo que pueda, ah, y por cierto, me olvidaba que murió Hessen de cáncer.
Jassir — Qué mierda entonces, qué bueno que lo dices, entonces tendrás que trabajar ¡sí o sí! Lo lamento, pero hoy morirás, hijo, así que sácame unos buenos huesos.