El clan de las hechiceras místicas, noche de brujas

Capitulo 3. El clan de las hechiceras místicas

—Meiga ¿estas… bien?—Preguntó Elvia. Meiga miraba el suelo, después de hacer el hechizo se cansó.

—Debí avisarte de ellas— Dijo el chico.

—¿Tu otra vez? ¿Es que no te cansas nunca o qué? ¿Las conocías?

—Como antes, son muchas preguntas a la vez.

—Suéltalo todo. Quiero respuestas.

—Y las tendrás— Meiga cogió el diario y lo metió en su bolsa. —¿Nos sentamos en algún banco?

En un bosque, la líder Inara salió con vida gracias a un mineral que daba la tele transportación a los lugares que el dueño visualizaba. Inara corrió desesperada, tenía heridas leves sin dolor.

—¡Señor!— Gritó dando un golpe a la puerta central de una mansión.

—Inara, que son esos modales, por favor, se más considerada con las cosas.

—Señor, la he visto, he visto a la última superviviente del clan de las hechiceras místicas. Se llama Meiga Jones, está viva y con más poder que nunca.

—¿Cómo has dicho?— La copa que tenía entre sus dedos la rompió.

En un banco, lejos del centro, en la zona donde había un parque infantil, se sentaron los tres en un banco marrón.

—Mi nombre es Dalton Rand. Soy un ilusionista, del clan de los ilusionistas violeta. He venido a este pueblo porque me encargaron una misión. Pero todo se complico cuando encontraste el diario.

—¿Lo pusiste tu?

—No, yo no tocaría nada sagrado que estuviera prohibido. Alguien lo robo y seguro que quien quiera que fuese quería que lo encontraras.

—Alguien que estuviera en la junta y que también pudiese entrar en la tienda… no puede ser…

—Lo que no consigo entender es como has podido hacer un hechizo de ese nivel—Dijo Elvia.

—Bueno… eso es obra de mi clan. Éramos 9, nueve hechiceras místicas. Nos pasábamos todo el día meditando, incluso algunas de nosotras nos habíamos conectado en los sueños. Yo era la más pequeña, tenía 10 años cuando inicie en el clan y estaba muy feliz aunque sabía que no podía decírselo a nadie, ni siquiera a mi familia ni a mis amigos. Pero eso no me hizo estar triste, es más me daba igual porque sabía que lo que quería ser de mayor era una poderosa hechicera mística que ayudase a otras personas.

—¿Y entonces que paso? ¿Por qué están muertas?—Curioseo Elvia.

—Era el 11 de Junio del 2010, un viernes exactamente. Quería ir a las colonias del colegio y al principio no quisieron, dijeron que me desviaría de la meditación. Pero luego comprendieron que era una niña y que me hacía mucha ilusión ir a esas colonias. Si tan solo no hubiera ido…

—No te culpes, no fue tu culpa.

—Pero, podía haber hecho algo.

—Meiga, escucha, tenias 12 años, si hubieras estado, las hechiceras te hubiesen protegido o te hubiesen llevado a otro lugar.

—¿Se sabe quien las mato?

—No que yo sepa, pero cuando lo averigüe, lo van a pagar muy caro. Y mis poderes han aumentado desde que murieron, por eso supe que algo había pasado, como quede la única superviviente, todos los poderes de mis compañeras me vinieron a mí.

En una sala enorme, entro un señor calvo, era uno de los 7 consejeros de magia y hechicería, él representaba la magia mística o astral, se llamaba Tizen. Pasaron los demás consejeros en los cuales se iban poniendo en sus sitios, alrededor de una gran mesa ovalada de madera.

—Vamos a empezar esta junta— Dijo el más sabio y líder de todos. Es el que tenía la última palabra, pero tenía que ser justo y no se podía inclinar por nadie en especial. Representaba la magia mental. Era un mago de magia mental.

—Ya es la segunda vez esta semana— Ella era una bruja y representaba la magia blanca.

—No podemos hacerla diariamente— Ella era una chamana que utilizaba la magia natural y verde.

—Realmente no sé por qué he venido— Él era un mago que representaba la magia negra, era muy solitario, callado y en ocasiones serio, otras veces era irónico.

—Tranquilidad por favor— Ella era una maga elementalista, representaba los elementos de la naturaleza.

—Ya estoy viejo para esto— Él representaba la magia arcanista. Era un brujo acainco.

—Ya he terminado la espada— Él era Ramón, era el herrero de la junta. No tenia poderes en sí, pero sus armas y sus armaduras eran mágicas y poderosas.

—¿Como es tener que atender la tienda y hacer armas a la vez? ¿Cómo te lo combinas?— Preguntó la elementalista.

—No estoy solo Judy, tengo una ayudante.

—Espero que no le hayas contado nada de todo esto— Dijo el arcainco.

—¿Hace cuantos años que nos conocemos? ¿18? ¿19? Sabes muy bien que si no lo considero necesario no cuento nada. No soy tan estúpido como para revelar secretos de este tipo, y ahora, si me disculpáis tengo una tienda que atender.

En casa de Meiga, estaba en su cama, ya eran las 23:45 de la noche. Meiga estaba leyendo los hechizos y los conjuros de cada tipo de magia. Aunque solo podía realizar los astrales/místicos.



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En el texto hay: magia y misterio, secretos de un clan

Editado: 24.01.2020

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