El clan de las hechiceras místicas, noche de brujas

Capitulo 6. Dos torres

Domingo 22 de Julio del 2021

FLASHBACK:

—¿Y ahora qué hacemos?

—No lo sé, estoy muy cansada— Dijo sentándose en un banco. Y ahí le llamo una amiga— Hola Mar, cuánto tiempo sin saber de ti— Dijo contestando a la llamada.

—Hola Meiga, te llamo porque hace un año que no nos vemos y me gustaría que comiéramos juntas mañana, hay un restaurante nuevo que han abierto cerca del centro de Dos torres.

—¿A comer? ¿Mañana? Pero, lo siento yo no…—Dalton cogió el móvil y contestó él— ¡Oye!

—Hola, perdona, mi nombre es Dalton, estoy aquí con Meiga y te puedo asegurar de que mañana irá a comer sin ningún problema. Sí, claro, no hay problema, adiós. Mañana te vendrá a recoger a las 14:15.

—¿Pero de qué vas?

—Escucha, mañana necesitas el día libre, le he preguntado a tu jefe cuando fue la última vez que descansaste y me dijo que en todo lo que llevamos de año, no te has cogido ni un día libre.

—Me gusta trabajar en la tienda, ahí no me siento… rara, puedo ser yo misma.

—Tú no eres rara, el mundo es raro. A lo que voy es que por un día que no trabajes no te va a pasar nada, además, si encontramos alguna pista sobre lo que pasó te lo haremos saber enseguida, por eso no te preocupes.

—Sabes que voy a tener que dar explicaciones de quien es el chico que me cogió el móvil ¿verdad?

—No te queda otra.

FIN DEL FLASHBACK.

—Porque habré aceptado…

Dos Torres era una ciudad vecina de ambos pueblos, el de Meiga y el de Mar. Mar conducía su nuevo coche, regalado por su cumpleaños en Junio.

Meiga llevaba una camiseta de manga corta, blanca, con algo rojo decorativo, tejanos cortos y el cabello limpio y suelto, le llegaba por la cintura. Mientras que Mar, llevaba una blusa rosa fucsia, con los hombros descubiertos, tejanos cortos y el cabello suelto por la barriga.

Eran las 14:19 del medio día. Aparcaron en un sito bajo la sombra ya que la temperatura rozaba los 23,5 grados.

—Hola, tenemos mesa reservada para dos, a nombre de Mar—Estaban en la entrada de un restaurante a la orilla del mar “La perla de nuestra cocina”.

—Por aquí por favor— El hombre las guió hasta la mesa reservada, estaban al lado de una gran ventana abierta. Desde ahí se podía ver el mar y dos torres, una a cada lado.

—Gracias— Dijeron las dos.

—Hace mucho tiempo que no nos vemos.

—Hablamos amenudeo.

—Últimamente no, además cuando todas queremos quedar tú no puedes y hace un año que no nos vemos en persona.

—He estado muy ocupada.

—¿Sabes por qué le pusieron dos torres a la ciudad?— Preguntó mirando el mar.

—¿Supongo que porque hay dos torres en la ciudad?

—Aquí hubo una historia, la historia de dos amigos, los dos eran de diferentes familias y sin embargo parecían gemelos. Los dos tenían el apellido torres y jugaban a defender su reino, cada uno elegía su región y empezaban a jugar, se hacían pasar por reyes nobles. En la región que habían elegido decidieron ayudar a todos los que lo necesitaban, cada uno en su región.

—Eso es muy bonito— Dijo apoyando un brazo sobre la mesa.

—Sí, pero, no lo es tanto si al hacerlo arriesgas tu propia vida. Uno de los dos se metió en un tema que no tendría que haberse metido y a consecuencia de eso, lo mataron. Al otro lo encontraron muerto después de hacer un plano para crear esas dos torres. En sus memorias la hicieron de todos modos.

—¿Como ayudaban a la gente?

—Dando comida, agua, mantas para soportar el frio, dinero supongo que también daban. Ambos eran ricos supongo que eso se lo podían permitir.

—¿Solo eso?

—Bueno, hubo un rumor que decía que utilizaban magia para curar, creo que era magia natural con elementos naturales de la tierra, o alomejor lo habían comprado en alguna farmacia. El caso es que las personas que fueron curadas por ellos, al día siguiente ya estaban mucho mejor, de un día para otro.

—¿Como sabes todo esto?

—Mi padre es historiador como sabes, así que, algo se me ha quedado.

—¿Les tomo nota?

—Yo quiero sopa del mar por favor— Dijo Mar.

—Para mí una paella del mar.

—Gracias— Dijo Mar cuando el camarero retiraba las cartas.

—¿Por qué me has explicado esa historia?

—No sé por qué tengo la sensación de que estas en algún lio, no sé si es verdad o no pero el otro día fui a ver a una vidente.

—¿A una vidente? ¿Tú?

—No me mires a mí, fue idea de Harry y por una vez acepté.

—¿Que te dijo esa vidente?

—Me describió a una persona de mi círculo personal, una persona que estaba en un gran problema y me describió cada detalle de esa persona. ¿Sabes quién era?

—Me da miedo preguntar.

—Tú.

—Me lo temía.

—¿Que está pasando Meiga? La vidente me dijo que te pasaría algo muy malo si seguías por ese camino.

—No hay otro.

—La comida señoritas— Ese camarero tenía un símbolo en la muñeca de su brazo izquierdo. No era el símbolo de los brujos psíquicos, ni el de las brujas de la luna negra.

—Em perdone, ¿me podría hacer una foto con usted y el plato? Es una costumbre de mi padre, le encanta la paella y es para enviársela.

—Claro, no hay problema— Mar hizo la foto, en esa fotografía se veía los dos a partir de la cintura, la paella del mar y lo más importante, el tatuaje. Un símbolo violeta.

—Mar, voy al baño ahora vengo.

—De acuerdo, te espero— Meiga envió la fotografía por el móvil, y se lo envió a Dalton.

—“¿Sabes que símbolo es ese?”—Escribió mientras estaba en el baño. Mientras esperaba se limpiaba las manos, un ruido le hizo sospechar de que alguien la podía haber estado siguiendo, o alomejor eran sus paranoicas ideas. —Sí que necesito un día de descanso.

—“¿Dónde estás?”— Le contestó.

—“En el restaurante La perla de nuestra cocina, en Dos Torres, ¿lo conoces?”



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En el texto hay: magia y misterio, secretos de un clan

Editado: 24.01.2020

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