Viernes 26 de Julio del 2021. Eran las 11:03 de la mañana.
—Luz, me dijiste que no tenias tu memoria, ¿se podría conseguir de alguna manera?
—Mi memoria está escondida en un cofre de cristal. Si no lo recuerdo mal, está decorada con una flor de plata y pequeñas piedras violetas. Es lo único que puedo recordar.
—¿Sabes dónde podría encontrarla?
—La última vez que la vi fue en el templo.
—El templo…
—¡Meiga! ¡Levántate! ¡Ya son las once!—Dijo Eric quien ya estaba vestido.
—Meiga—Dijo su prima Noa, la estaba aplastando entre risas. Meiga estaba durmiendo en el sofá cama.
—Informamos de las últimas noticias, ayer por la noche llovió en gran parte del país y derrumbó arboles, hubieron personas que tuvieron que ser desalojadas por la inundación de varias casas.
—Y solo ha sido el principio—Dijo Ginara mirando la pantalla de la televisión.
—¿Como dices?
—Vamos con otra noticia, al parecer una marca muy popular se está ganado el respeto de miles de personas, es nada más y nada menos que la marca MAGIUS, al parecer las cremas y los espráis que venden, como dice su logo, es mágico. Más del 70% de la población en este país acepta estos productos.
—Ramón debe de estar muy contento— Dijo Meiga.
—¿Sabe de dónde provienen?
—No, solo se los envían porque su eslogan tiene algo que ver con la magia.
—¿Y esas cajas? ¿Qué son? Están ahí en medio.
—Son, ¡dios las cajas!— Dijo yendo hacia ellas. —Nos puede ayudar a averiguar más sobre las dos torres.
—¿Dos torres? ¿Esa ciudad que está aquí al lado?
—Tiene dos torres en frente del mar y tenemos motivos para sospechar que tiene algo que ver con nuestro clan.
—¿Por qué dices eso?— Pregunto acercándose.
—Un amigo iba a investigarlas, pero lo capturaron antes de saber algo, creo que alguien no quiere que sepamos lo que paso. Por cierto, tú estabas ese día ¿no? ¿No viste nada? ¿Cómo escapaste?
FLASHBACK:
8 de Junio del 2010
En el templo de las hechiceras místicas, Ginara estaba escondida en un arbusto, vigilaba a una de sus compañeras del clan, tenía el cabello recogido con un moño mientras se bañaba en el estanque del templo.
—Qué bien se está aquí— Ginara le disparo con una pistola de agua y se fue— ¡Ginara! ¡Vuelve aquí!— Ginara estaba traviesa ese día.
—Ava no me atrapara, soy más rápida que ella—Dijo entre risas. Por la noche iban a tener una visita, era Rohan, el padre de Mirela, por ese entonces él tenía 34 años y su hija que había tenido la visión tenía 7 años.
—Ginara, hoy deberías comportarte— Dijo Luz.
—Yo siempre me porto bien.
—Se que te sientes sola porque no está Meiga, pero volverá la semana que viene, ¿podrás aguantar hasta su regreso?
—Supongo…—Dijo girando su mirada.
—¿Sabes qué? Podrías comunicarte con Meiga siempre que quieras con un solo pensamiento.
—¿De verdad?
—Por supuesto, solo tienes que pensar en ella y repetir varias veces su nombre mentalmente, se lo enseñe a ella antes de irse, ¿por qué no lo intentas?
—Vale— Su sonrisa volvió a aparecer.
Luz siempre sabia como animar a los demás, era amable, gentil, fuerte, decidida, lo tenía todo, era muy comprensiva y generosa. Todas las admiraban, especialmente las más pequeñas. Ya era de noche…
—Siento molestarlas.
—No es molestia, pase por favor—Dijo Luz con las demás detrás de ella. —¿A qué se debe la visita?
—Mi hija, Mirela, tuvo una visión sobre vosotras, en la visión alguien os… os mataba—Todas se sorprendieron con una cara de preocupación.
—¿Esta seguro?
—Sus visiones todavía no dan pie a la realidad, pero quería asegurarme.
—No se preocupe, no nos va a pasar nada, pero de todos modos reforzare la seguridad, si me disculpa ahora vuelvo.
—¿Quiere sentarse?—Preguntó la segunda mayor. Su nombre era Clarisa, tenía el cabello oscuro y corto, con flequillo recto y con gafas finas.
Luz volvió y siguieron hablando, mientras que Ava y Ginara peleaban por más comida, las demás hablaban sobre cosas de adultos. Ava tenía 17 años y Ginara tenía 13.
Después de un buen rato, Rohan se fue aliviado y las demás se iban a dormir. Pero, un ruido extraño las alarmó.
—Parece que viene de fuera—Dijo Wendy, era pelirroja con el cabello ondulado y los ojos azules. Era la tercera mayor.
—Rose, ¿puedes poner a las pequeñas a dormir?
—Claro Luz, vamos—Rose era la cuarta. Tenía el cabello azul oscuro casi negro, corto por los hombros.
—Yo no soy pequeña—Dijo Ava.