Noche me observó y decidió saltar a mis brazos, frunci el ceño, esperaba que no decidiera mostrarme nada porque mis pobres muñecas quedarían marcadas.
- mi señora,reafirmó mi lealtad hacia ti, por mi culpa has pasado años encerrada pero te doy mi palabra que esta vez no seré el medio de Aldreda para hacerte daño.
Mi sacrificio de 300 años valió la pena, me separé de ella.
Amila se me acercó.
- ponte esto pero no dejes que nadie lo vea en la gran casa - tomé entre mis manos la delicada cadena que me entregó Amila, su dije parecía una bolsita de tela llena de hojas, piedras.
La iba a abrir pero Amila me detuvo.
- no dejes que nadie toque las piedras, su mala vibra y maldad se pasará a las piedras y ellas influirán en ti.
Ellas te protegerán.
Asentí
- es tiempo de marcharnos - Amila empezó su camino con Noche detrás de ella pero recordé algo y los detuve
- ¿ se acuerdan del rostro de Aldreda?- Noche se detuvo y se quedó quieto pensativo.
- tengo un vago recuerdo de ella, ha pasado muchísimos años desde la ultima vez que la vi.
- mi señora igual tengo un vago recuerdo de ella.
Asentí
- deben estar alertas, no entiendo porque Aldreda ha puesto tantos obstáculos, al ser libre Isabella lo es su hijo.
Amila me miró.
- Aldreda te odia niña, no perdona que su hijo murió por tu culpa.
- bien, aún no es segura mi sospecha, si ella esta viva, tendría que estar en este pueblo, ¿ habrá un retrato de Aldreda?.
Noche me miró y negó con la cabeza.
- desearía que hubieras aprendido a cambiar de formas, me siento loca al hablar con un gato.
- lo que tu digas mi señora, trabajaré en tu deseo, ¿que forma deseas para mi?
Sonreí, me gustaba ese gato.
- sé un humano,si Aldreda esta aquí, no puede verte en tu forma.
- estaré probando en los hechizos que aprendí con ella y con los otros magos.
- bien, debo irme, este es mi numero de móvil, necesito que aprendas a hacerlo pronto Noche.
- ¿ y para mi que deseas mi niña? - Sonreí.
- tú estas bien, nadie creeria que estoy loca cuando habló contigo, debo irme,tengo una cena con Andrew.
- ¿ es él?- Amila me observó.
- si - me mordí el labio - pero no se que pasara con la aparición de Roberto, Noche por favor práctica desde hoy a cambiar, quiero ojos en este pueblo.
- si mi señora así será.
Los vi marcharse y subí al auto, tenía que encontrar a Aldreda, pero algo no estaba bien, Isabella nunca regresó pero si le habían implantado recuerdos falsos, Aldreda tenía que estar cerca para influenciar sobre ella, pero no sabia donde estaba.
Llegué a la casa y mi madre me esperaba.
- Isa ¿donde estabas? - amaba a mi madre pero era muy protectora y me ahogaba.
- fui al cementerio viejo, sabes que me gusta lo antiguo, voy a cambiarme saldré a cenar.
-¿donde vas mi amor?
Me mordí el labio.
- mamá, voy a salir con Andrew- esperaba que no se molestará por salir con un empleado de ella.
- mi amor que buena noticia, él es un buen muchacho- solté el aire retenido.
-¿ no te molesta?- ella negó con la cabeza y me besó en la mejilla - tú eres una linda niña y mereces lo mejor, no eres..
- como yo, dilo madre, sé que nunca aprobaras nada de lo que yo haga, no soy como tu preciada Isabelle.
Frunci el ceño, mi madre amaba a Idara, no entendía su actitud.
- no discutiré contigo Idara, ya lo hemos hablado, no tengo preferencia por tu hermana, sólo ella es mas sensata, no va por la vida jugando con la gente.
- la perfección ambulante- se dio la vuelta y salió de la sala.
-¿que pasa mamá? - ella me miró y se encogió de hombros.
- olvida lo que pasó, todo está bien, de hecho todo está maravillosamente bien- salió repitiendo lo mismo.
Me encogí de hombros y salí a cambiarme, era extraño el pleito entre ellas, era la primera vez que discutían.
Mi gemela estaba afuera de su cuarto tecleando en su móvil, levantó la cabeza y me vio molesta.
-¿ qué pasó Idara? ¿ porqué peleabas con mamá? Jamás lo han hecho.
Me miró y me sonrió
- deja de vivir en tú mundo de fantasía y crece Isabelle- abrió la puerta de su cuarto y antes de entrar me dirigió una mirada molesta.
Frunci el ceño y entre a mi cuarto, Isabella estaba sentada en el mismo lugar donde la dejé.
- llegastes al fin, he aprendido de todos los cambios que a sufrido el mundo.
Sonreí
- me alegra que ya no estas perdida.
Me quite la blusa y iba a mi baño, pero Isabella se levantó y me detuvo.
-¿quien te dio el talismán? -extendió su mano pero la apartó- lo siento iba a tocarlo.
Editado: 10.07.2018