Enid estaba al pie de las escaleras esperándonos, me había quitado el talismán y me lo había puesto en el tobillo como pulsera, le di varias vueltas hasta que me quedó bien.
- Buenas noches señoritas - sus ojos nos miraban curiosos.
- Buenas noches, olvidé tu nombre - Idara me miró y sonrió, lo estaba haciendo bien parece.
- soy Enid - nos miraba atenta, algo quería descubrir, Idara decía que ella no era Aldreda, seria muy obvio pero ahora me daba cuenta que estaba muy interesada.
- un gustó Enid, el viaje fue muy largo, dimos como diez vueltas al pueblo. No entiendo porque la gente no nos queria decir donde estaba el Claustro.
Enid puso los ojos en blanco, al ver que estaba mas loca que una cabra.
-¿ nuevamente perdiste la memoria?- levanté la mirada y vi a mi madre en el barandilla del tercer piso, frunci el ceño al recordar que ahí no podíamos entrar porque no lo habian limpiado.
- ¿perder? ¿que he perdido madre? - empece a subir las escaleras -¿ estas donde es mi cuarto?
Mi madre negó con la cabeza.
- no querida, aquí lo tienen como bodega, hay mucho polvo no quiero te enfermes.
Mi madre miró molesta a Idara.
- empiezo a creer que tú tienes algo que ver con la perdida de memoria de Isabelle.
- siempre la culpable soy yo - me detuve en las escaleras, miré a mamá y luego a Idara.
- mamá tu siempre eres cariñosa y no peleas, ¿ pasa algo?
- todo está bien querida, de hecho todo está muy bien - frunci el ceño, era la misma cantaleta de siempre, a mamá no le gustaba que nadie discutiera.
- querida, deja a las niñas - papá venía saliendo de uno de los cuartos del tercer piso.
Mi madre movió la mano señal de que todo ya estaba olvidado.
- Andrew te estuvo esperando para que cenarán juntos - miré a mi hermana, ella asintió, ahora nos entendíamos por gestos.
- lamento haberme perdido la cena con Andrew, estoy cansada madre, padre -asentí con la cabeza y seguí subiendo los escalones - ¿mi cuarto es?
Enid paso junto a mi
- sigame señorita - avancé detrás de ella.
Cuando llegamos a mi cuarto,no deje que pasara, no sabia si ya estaba el espejo en mi habitación.
- gracias Enid - me adelanté - deseo estar sola.
Esperé que se perdiera en el pasillo, abrí la puerta de mi habitación y solté el aire al ver mi espejo.
- Isabelle - miré hacia la ventana donde estaba Issa - soy feliz, lo volví a ver.
Caminé hacia la ventana, sus ojos brillaban.
- tantos años, siglos sin verlo y hoy volví a abrazarlo,gracias a Idara.
Miré hacia afuera, a la oscuridad de la noche.
- me alegro por ti Issa - ella levantó el rostro y me miró.
- ¿pasa algo?- frunci el ceño.
- Idara me dijo que uno de nosotros es un espía.
Isabella se tapó la boca sorprendida.
- ¿Quién?- negué con la cabeza.
- no lo sé, es mas que obvio que tu no lo eres, estas atrapada en el espejo.
- ¿te dio alguna pista?
Negué con la cabeza.
- me dijo que aquí en el cuarto era mejor no hablar nada pero no entiendo.
- por el pasadiso -frunci el ceño.
-¿pasadiso?¿cuál pasadiso Issa?
- Por la puerta de tu armario es la entrada.- miré en dirección al closet.
- ¿a donde lleva?
- antes la salida era hacia el bosque pero no se ahora si lo han modificado - con mis dedos palpaba la madera - no entres sola, no sabes lo que hay al otro lado.
Me detuve y pegue mi frente a la madera.
- debo averiguar quién es el espía, tienes que ser libre Issa, ya pagaste demasiado.
Sentí una mano en mi hombro me giré y ambas nos miramos sorprendidas.
- pude tocarte - asentí.
- puede que sea por el ritual.
Ella no dijo nada solo se me acercó y me abrazó fuerte, le devolví el abrazo y la escuché sollozar.
- ¿Issa?
- lo siento pero tengo como 800 u 700 años no lo sé de no dar un abrazo, hoy he sentido dos, no sabes cuanto he deseado abrazarte por todo lo que has hecho por mi - se separó y me vio a los ojos - siempre pensé que no necesitaba un abrazo, no sabes cuanto extraño a mamá, sus canciones, cuando entraba al cuarto a peinarme, nunca valore eso Isabelle, jamás fui buena hija.
Mi corazón se encogió de tristeza al ver las lágrimas recorrer el rostro de Issa, era duro para ella no haber podido vivir los últimos días de vida de sus padres, sólo los pudo ver a través del espejo, sin que me lo pidiera, la estreche entre mis brazos, su soledad era tan grande pero me tenia a mi quien iba a seguir luchando para liberarla de su cárcel, aunque nunca hemos pensado que pasara con ella una vez sea libre.
Editado: 10.07.2018