Epílogo: La Oscuridad y la Luz

El tiempo ha pasado desde aquella noche. La casa ha cambiado. Las sombras que una vez parecieron amenazantes ahora son parte de su carácter, como viejos amigos. He aprendido a vivir con ellas, a no temer lo que representan. Los símbolos en las paredes ya no son recuerdos de terror; ahora son guardianes de un nuevo destino.

He pasado horas en la biblioteca, investigando los antiguos rituales, adentrándome en los secretos que alguna vez temí. Junto a Damian, hemos trabajado para entender los poderes que fluyen a través de este lugar. Cada día que pasa, siento que me vuelvo más fuerte, más capaz de enfrentar la oscuridad.

La relación entre Damian y yo ha crecido y evolucionado, uniendo nuestras almas en formas que nunca pensé posibles. Hay un entendimiento entre nosotros, una complicidad que se construye a través de las experiencias compartidas. Nuestros momentos juntos están llenos de risas y susurros, pero también hay una profunda conexión que solo el miedo y el amor pueden crear.

Pero también hay riesgos. Las advertencias de Elisa resuenan en mi mente como ecos lejanos. Hay un mundo más allá de estas paredes, y no todo es seguro. El equilibrio que hemos logrado es frágil, y los peligros del pasado nunca están demasiado lejos.

—¿Crees que regresará? —le pregunto a Damian una noche, mientras observamos las estrellas desde el balcón.

Él se vuelve hacia mí, su expresión seria.

—No lo sé. Pero estamos preparados. Ya no somos los mismos que éramos antes.

Sus palabras traen calma a mi corazón. Lo que hemos enfrentado nos ha hecho más fuertes, más conscientes de lo que está en juego.

Así que, aquí estamos, al borde de un nuevo capítulo. Una vida construida sobre los cimientos de lo que una vez fue terror, transformada en fuerza y esperanza. No solo hemos derrotado a la oscuridad; hemos encontrado la luz en medio de ella.

La vida sigue, y aunque el futuro es incierto, tengo confianza en lo que hemos creado. Porque a pesar de los miedos, de las sombras, sé que siempre habrá luz para guiarnos.

Así que tomamos un respiro profundo y juntos, comenzamos el viaje hacia lo desconocido, listos para enfrentar lo que venga. Y mientras la luna brilla sobre nosotros, siento que, sin importar lo que suceda, todo estará bien.