El coleccionista

La vieja. La maldición El coleccionista se presenta. Saber algo de él.

La vieja. La maldición El coleccionista se presenta. Saber algo de él.

Una pequeña presentación. Relatos del pasado. -

“Aclaran que fui maldecido cuando era solo un iluso adolescente. Desde ese entonces es que camino por dos mundos en una delgada línea. Había un lugar para mí en la tierra de los vivos y un asiento especial en el bajo mundo de los muertos. ¿No recuerdo quién soy? Mi yo anterior murió, y otro yo ocupa su lugar. Muchos años después me convertí en coleccionista de objetos de todo tipo que las personas temen poseer….más bien me convertí en coleccionista de espíritus que no quieren irse”..Mi nombre es William Leandro Parker..y me llaman , bueno eso ya lo saben…

Nací hace tanto tiempo que no recuerdo, pues aquella forma entró en mi cuerpo dibujando en mi corazón unas palabras que eran cuchillas afiladas por cada trazo. A partir de allí, fui maldito. Puedo percibir las presencias. Verlas, y oírlas en su forma corpórea. Y mi memoria se esfumó desapareciendo quien era, dejando en mi cuerpo, un ente desconocido. Un soy, irreconocible.

Soy un coleccionista de objetos prohibidos. Eso quiere decir que guardo tesoros que ni los expertos del ocultismo querrían. Recuerdo como todo empezó. Si, fue hace mucho tiempo.

Enero del corriente año, ciudad de Buenos Aires, Argentina. Interior a las afueras de Buenos Aires, poblado fantasma del partido de Rivadavia… cerca de las ruinas de la capilla de San Mauricio. Alrededor de los bosques tupidos que avanzaron todo alrededor.

……….

  • ¡Vamos! ¿No me vas a decir que tenés miedo? Ya estamos acá, aprovechemos el verano. Aparte el pueblo es tranquilo. A horas de la noche, nos hay problema para salir.
  • No es eso, es que ya te he dicho que temo a estas cosas. Vamos a salir en la noche. Y sí, nos van a regañar
  • Ay mi chiquito, se que te aterra, pero son supersticiones y aparte tenés cumplidos tus quince años.
  • Eso es para ti, también solo tienes catorce años. ¿Y mira si ocurre algo en la noche? Puede aparecer un animal salvaje. Un puma
  • ¿Un puma? No seas tonto, lo único que puede suceder es que aparezca alguna comadreja, o vizcacha.
  • Por qué no hacer algo más sano, cómo ¿Ir al cine?
  • Eso es más para una cita ¡Quiero ir al bosque de noche!
  • Si claro! – Respondí . – Déjame pensarlo. –
  • No pienses, muchos. Tenemos pocos días para regresar a la Ciudad de Buenos Aires.

Al cortar la llamada me quedé dormido.

No fue sino de días después que decidimos ir al bosque, cerca de la construcción de la capilla de San Mauricio. Se han dicho que existen algunas leyendas. Una escasa credibilidad del asunto, aunque para dos preadolescentes, era descubrir lo fantástico dentro de lo que llamamos irracionalidad.

  • Vamos ingresa. Eres lento Parker.
  • ¡¡Claro que no!! Tu eres la desquiciada que le agradan estos juegos. Y llámame por mi nombre.
  • Perdón William Leandrito.
  • Como quieras. Nadie me dice Leandro, solo William. En fin, no hay remedio contigo

Ingresamos en ese pleno bosque perdido en medio de la noche.

  • ¡Oye! R…¿No sería mejor regresar? – en ese momento que pregunté me mordí la lengua - ¡¡Ahh!!
  • ¡Olvídalo! – Dijo ella alumbrando con el celular. - ¿Ese grito? – Se enfada.
  • ¡¡¡Me morrdiií… la lengua!!! –
  • ¡¡Habla bien!!.Le dije - ..Que no te entiendo, ni te veo. -

La observé para arrojarle una batería de insultos en la escasa iluminación, sin embargoresolví reconciliarme con mi odio.

Recorrimos un tramo largo.

  • Dicen que por aquí se encuentra. Íbamos a un lugar totalmente prohibido. Había unos alambres y los sonidos de los búhos de la noche se fundían con el relato del cantar de las chicharras, y los grillos argumentando una orquesta de verano.
  • ¡¡Esto!!, si que, ocasiona espanto – Comencé a temblar con un cierto pánico
  • ¿Tienes miedo?.. si lo tienes. – Su rostro se dibujaba con una sonrisa bastante macabra. Era espeluznante el verla a su rostro. Hasta podría decir que con un cuchillo, generaría el perfecto perfil de la psicópata asesina. De hecho ignoré en un principio sus tretas repletas de bromas. Siempre fue así. Retando a mí persona. No dude al seguir con ello en contestarle como es debido.
  • ¿No sé por qué dejo convencerme por ti?
  • Porqué son bella e inteligente para encatusar. Vamos Le, no seas miedoso.
  • No lo soy..es que…. – Comencé a temblar al movimiento de unas hojas de un arbusto.
  • ¡Mmmm!…Prosigamos.
  • ¡Mejor no!
  • ¡Ahh!.. Vamos.. es so una leyenda le.

Dude de sus palabras. Pero era cierto solo era una leyenda. Continuamos en un vallado de alambre. Ella, tomo una rama e hizo una abertura con cuidado, debido que adentrarse en aquel bosque privado y en la noche, podía producir un inconveniente grabe.

  • Es por aquí, según dicen.
  • ¿Tú crees?– miraba a todos los sitios que pudiesen existir. Todos eran idénticos. Tenebrosos. Caminamos por un sendero. Un ruido extraño me caló los huesos y al darme vuelta no pude presentir nada.
  • ¡Qué rayos fue eso? – Me pregunté –¿Tu lo oíste? – Volví a Preguntar, y ella no contestaba. Al voltearme en la dirección que íbamos, ella no estaba. - ¡No me juegues bromas!. - Admití que estaba temeroso. ¡¡…..!!.. No dude un segundo y ante la transpiración de mi frente por el penetrante miedo que sacudía mi mente con inventos maquiavélicos me confundía más el terror a que la noche me devorara y sobre todo la leyenda fuese cierta.




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