La vieja.  El sueño del bosque. Vamos a la reserva por el troll. ¿El libro de relatos de terror y misterio de Jaime, está en la mesa?

La vieja. El sueño del bosque. Vamos a la reserva por el troll. ¿El libro de relatos de terror y misterio de Jaime, está en la mesa? ¿Quiénes son los siameses Berthol?

Alguien sabe que son traviesos. Odio los arboles. Pero es trabajo

• ¿Lo hice bien?
• Podría decirse que sí! Aunque te arriesgaste demasiado.
• William. Entonces esas desapariciones….!!
• Durante mucho tiempo se han el tren se ha llevado a personas que deambulan por la ciudad. Ahora comprendo la leyenda. De aquel subte fantasmagórico. No eran tantas las personas, sino que se fueron sumando victimas a lo largo de éste tiempo
• Podías haber sido los próximos. Solo pensarlo.
• Por eso es la línea de radio de subterráneos que más accidentes ha tenido. Todo comenzó con un grupo comando de anarquistas que querían derrocar al Gobierno de turno de Ongania en los años sesenta. Todo salió inesperadamente mal por un desquiciado que los llevó a ello.
• El señor oscuro
• Exacto. En fin podrán descansar en paz
• ¡Bien! Y que sigue!
• Ya puedes descansar – tenia las cartas en mi mesa y al abrirla y leer las primeras líneas, cambie de parecer.
• ¿Ese rostro tuyo? Viste un cadáver?
• Mmm! No me agrada. El bosque a las afueras cerca de la localidad de Miramar
• Es bellísimo
• Claroo que no!! Uff.. – Siento escalofríos! En todo el cuerpo
• ¿Te sientes bien Will?
• No creo que tome éste trabajo
• Por qué? A ver.. – Ella leyó un poco la carta.

Estimado…un ser extraño abunda entre los bosques tupidos de Miramar. Allí donde el cielo se tapa con la maleza…

• ¿Es un bosque?
• Son horribles los arboles!
• ¡Ah!..A mí me parecen bellos y son energéticos.. abrazaste alguna vez uno?
• Nooo!! No los menciones – Me tomaba la cabeza con las manos
• ¡¡Aguarda!!. ¿Estás bien? – Pregunta frunciendo el ceño
• Sufro de dendrofobia
• ¿Eh?
• Fobia a los arboles
• Es en serio? ¡ja! ¡ja!
• ¿Qué es lo gracioso?
• ¡je! Nada pobrecitos los arboles
• Pobre de mí.
• ¡¡Ya tomemos el trabajo!!
• ¿No lo sé?

Recordé todos esos indeseables temores que me produce. Aunque es mi trabajo, no puedo dejar pasar tal situación. Por lo que expresa la carta, es de suma urgencia ¡Uff! ……Odio los árboles.

• Deja de meditar tanto, pareces un monje extraviado – Se burla Rebe. – ¡¡decídete!!
• Mmmm!! Un caso así no puede permanecer sin resolver.
• ¿No hay nadie cómo tu?
• ¿Cómo yo?
• Que realice tu trabajo.
• Los hay. Pero soy el único confirmado. Los otros se mueven en el ostracismo. O sea en pocas palabras. No se dedican a éste negocio.
• Entiendo, el porqué de tantos encargos.
• En definitiva me gustaría obviar esa misión.
• ¿Qué te parece si haces terapia?
• Gracias por el consejo, aunque no sirve.
• Te puedo regalar un bonsái. Son pequeños y no asustan y muy tiernos
• ¡¡Oyee!! No tiene nada que ver una cosa con otra.
• ¿Pero son árboles?
• ¡¡¿Y qué tiene de tierno una planta?!!
• ¡¡Ay!! ¡¡Willi!!..Eres un tempano de hielo. No me sorprende que estés solo
• ¡Es problema mío!
• ¡¡Hagamos la misión!!
• ¡¡No!!

Suena el teléfono móvil.

• ¿Alonso?
• ¿Quién?
• Es como un jefe
• ¡¡Querido William!!
• ¿Cómo has estado?
• Bien. Llegó la carta. – Expresé con poco ánimo. -
• Si…pero
• Lo siento, debes hacerlo
• EY!! Sabes que tengo una enfermedad.
• Es que no hay nadie que pueda. Y el supuesto espécimen es bastante hostil. Podrás manejarlo
• ¿Te volviste loco?
• Todos los estamos Will. Escucha. Aquel tienes que encerrarlo. No sabemos, si es un duende o..
• ¿Un troll?
• Eso mismo
• Bueno
• Ah! Veo que te interesa..buen muchacho.
• No.. – Me da escalofríos. Muchos árboles observando. Devorando mi imagen.
• Pero hay un troll
• ¡Maldito! ¡Maldito seas Alonso!
• ¡Perfecto!. Ve de inmediato. Adiós – Corto llamada
• Uff…Iremos mañana por la mañana. -
• ¡¡Bravoooo!!!
• No festejes demasiado. Ya me duele la cabeza.
• ¿Quieres que te prepare la cena?
• No quiero abusarme.
• Ya la preparo
• No será necesario.
• ¡Mmm!…Eres muy repulsivo Willi. Así no vas a vivir demasiado.
• Ya viví suficiente.
• Con permiso, iré a la cocina.

Al ir allá pudo apreciar el decorado y las imperfecciones.

• Hay demasiada energía inestable por aquí. Abrió el refrigerador, y sacó unos huevos, y un pedazo de carne. Al tomar el cuchillo lo llevó a su rostro – preparar una cena para mi perdona especial. – Sus ojos se desdibujaron en un matiz oscuro y siniestro. Invadido por la inestable locura que descansaba en su mente y hacia palpitar su corazón. Comenzó a picar verduras. Y luego batir los huevos que había roto en el plato curvo. Mientras realizaba el proceso tarareaba una canción.

Estaba en mi computadora verificando información sobre el sitio. Miramar. Partido de la costa. Bosque energético. ¿Así que descansa un troll allí? Nunca pude ver uno. Siempre supe que eran criaturas misteriosas y agresivas. Uff buff ..Pero hay árboles, ¡¡Maldición!! – Confesaba negativamente.

Rebi continuaba tarareando. Y en cuanto lo hacia su cuchillo se iba movilizando al sonido de esa canción. Sus movimientos eran tácticos y muy desarrollados, tanto como si un asesinado le hubiera impartido tales conocimientos.

• Y luego aquí y clava directo en el centro, entre el hueso de muslo y la vena seca de aquel pedazo de carne que alguna vez fue una vaca, animal de pradera. – Y luego allá - y cercena tal dando un giro – Si alguien te arrebatase de mí, sería el fin -Suplica a las palabras de su pensamiento