El color de tu alma

Capítulo 2

 Al finalizar la clase, lo único en que puedo pensar es el porque tengo tan mala suerte de estar sentada al lado de un total imbécil, en toda la clase lo único que se dedico a hacer fue molestarme y tratar de que le prestara atención.

Obviamente en ninguna de esos casos le preste la más mínima atencion, no quería perderme nada de la clase.

Al tomara mis libros para ir a la siguiente clase el fastidioso de Jackson me detiene tomando uno de mis brazos.

- ¿A donde tan apurada Mia? - termina de decir con esa misma sonrisa que odio.

- no se para que preguntas recuerda que estamos en el mismo salón tonto, tenemos que cambiara de aula - no se porque me tomo la molestia de contestar su absurda pregunta -

- ¡vaya! tienes razón bonita tienes que comprender, soy el nuevo y como mi compañera es tu obligación mostrarme y decirme como son las cosas en esta escuela - me lo dice justo con una cara que seguramente cualquiera se moriría por hacer lo que el te ordene pero no yo.

- en primer lugar no me digas bonita, en segundo lugar no tengo ninguna obligación contigo y por ultimo no te me acerques a menos que sea sumamente necesario por favor - al darme cuanta ya estoy roja del enojo, pero es que es ¡tan desesperante!

-¡wow! No te enojes bonita solo quería conocer el lugar donde pasaré unos largos años, pero no te apures yo se que cualquiera me lo podrá enseñar sin ningún problema - veo que no entiende que ese apodo no me gusta y menos su idiota sonrisa, pero en fin, sigo mi camino hacía la siguiente dejándolo hablando solo porque sinceramente no me importa lo que le pase.

A lo lejos solo escucho su risa ¿de que demonios se ríe? Encerio que ese chico es raro y guapo a la vez, a guarda un minuto ¡yo no debo de pensar en eso! El es solo un idiota mas de este instituto que en cuanto descubra mi defecto solo se burlara de mi.

Al llegar a la siguiente clase toco la puerta esperando que me dejen entren ya que por culpa de Jackson llegue retrasada.

- ¿puedo pasar?, tuve un pequeño problema lo siento. - digo con la esperanza de que me digan que si.

- lo siento señorita Mia pero conoce las reglas tendrá que esperar a la siguiente hora para entrar - ¡demonios! Y todo por culpa del idiota.

Cierro la puerta y avanzo hasta el patio, en donde hay bancas para sentarse y descansar, tomo mi celular conectando los audífonos para poder escuchar algo de musica en lo que pasa la hora.

Amo tanto la musica es tan relajante, es mi fiel compañera solo ella y yo, desde que tengo memoria es lo único que me ayudaba a superar la soledad que me acompañaba.

De la nada dejo de escuchar la musica por uno de los auriculares, volteo para ver que pasa y me encuentro al idiota con el audífono en su mano, con su típica sonrisa.

- ¿que quieres ahora? Me dejaron afuera por tu culpa, al menos dejame tranquila y devuelve me mi audífono- termino de decirle con una voz cansada y enojada.

- sabes, eso no es mi culpa tu fuiste la que se quedó a charlar conmigo hací que yo no tengo nada que ver en eso y por lo del audífono creo que tienes bien gusto bonita - me guiño el hijo después de eso ¡ah! ¡Como me desespera que sea de esa manera!

- ¡oh! Pero claro que fue tu culpa, si no me hubieras tomado de la mano para retenerme yo en este momento estaría estudiando, que es para la único que vengo a este infierno, y quiero mi audífono no me importa si tengo buen gusto o no, jamas compartiría nada contigo - aun mas enojada me levanto del banco en donde estaba y camino hacia otra banca mas alejada.

- ¡hermosura! ¡No huyas quiero charlar contigo! - lo oigo gritar pero no le presto atención ya que me pongo de nuevo mis audífonos para poder descansar de una vez por todas.

Pasan los minutos y gracias al cielo el no se acerca mas a mi, se ma tiene sentado observándome desde lejos sin despegar su mirada de mi, es incomodo pero con que no me moleste me conformo.

Al sonar el timbre, tomo mis cosas y salgo corriendo antes de que el idiota me detenga de nuevo y no logre alcanzar a llevar a clase.

Al llegar tomo mi lugar y espero a que llegue el siguiente profesor.

- ¿que tal bonita? No entiendo porque corrías yo llegue caminando y aun ni llega el profesor.

- corría para no verte la cara imbécil - bueno, eso no fue amable pero ¡se lo merece!

Creo que si me pace ya que no me contestó solo se quedo callado y se sentó al lado de mi, pero sin decir ninguna palabra.

Iba a pedirle perdón pero justo en eso llego el profesor, hací que preferí callarme, al finalizar la clase juro que le pediré perdón.

Pasados los minutos lo volteo a ver y sigue con la misma expresión de ¿enojado? Eso creo ya que no lo conozco muy bien y no se que este pensando.

Al sonar el timbre trato de alcanzarlo pero esta vez es el que corre sin dejarme decir nada bueno hice el intento.

Salgo del aula para ir a desayunar en el comedor del instituto, aunque en realidad solo voy por la comida ya que nunca como en es en lugar, se preguntaran ¿porque? Simple y sencillamente mientras como todo mundo se ríe de mi, así que prefiero comer sola en el patio debajo de un árbol escuchando musica.

Me pongo el la fila para ordenar, al poder pedir mi desayuno solo pido un emparedado y una gaseosa.

Al poner todo en mi bandeja camino hacía el patio para poder comer en paz sin que nadie me empiece a molestar.

Me siento debajo del árbol, conecto mis audífonos y me dispongo a desayunar

A lo lejos puedo ver a Jackson en una mesa solo al igual que yo, tal vez debería ir a pedirle disculpas pero soy muy torpe y lo arruinaría, es mejor así no quiero tener amigos se que solo se van a reír de mi como todos lo hacen.

Término de comer, me levanto para tirar las sobras, pero al hacerlo choco con la abeja reina Abby.

- ¿no te puede fijar? ¡Ah! ¡claro que eres una rara! y con esos ojos tal vez no veas - termina con un puchero falso y desagradable .




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