EL COMIENZO DEL FIN

Me llamo Luna. Vivo en el quinto piso en un edificio en Los Ángeles, rodeada de luces que ya no me alumbran. Estudio ingeniería aeroespacial y tengo un sueño que nunca abandone: trabajar para la NASA. No por fama ni dinero, sino para encontrar respuestas, para hacer algo que realmente importe, para salvar el mundo si se puede.

Llevaba meses sin dormir, atrapada entre fórmulas, órbitas y señales. Mañana empezaba el proyecto que podía cambiarlo todo, pero justo entonces, el mundo se detuvo. La luz se fue de golpe, un apagón global. No era un corte común: la ciudad quedó en completa oscuridad, como si alguien hubiera apagado el universo: sin electricidad, sin internet, sin satélites....el silencio era lo más aterrador.

Nos refugiamos en los búnkers de la NASA, pensados para resistir, pero sin saber si resistirá ante lo desconocido. Hacía un frío que no era solo físico, era un dolor que se sentía hasta en los huesos.

Pero entonces, el caso se desató. Las paredes del búnker vibraban con fuerza creciente, parecía como si la Tierra se estuviera francturando bajo nosotros, los monitores chispeaban y pedían señal, las luces parpadeaban entre sombras temblorosas, se oían gritos lejanos y el retumbar de escombros cayendo, el aire se volvia cada vez más denso, el lugar empezó a oler a tierra húmeda y metal oxidado. Intentamos mantener la calma pero los sistemas empezaron a fallar: empezábamos a quedarnos sin oxígeno, la comunicarnos se volvía un reto pero no tan aterrador como.....la grieta que se estaba curando en el búnker.

El refugio que creíamos seguro se transformaba en una trampa. El frío era cada vez más potente, el temblor aumentaba y el miedo se apoderaba nuestro. Mis compañeros se aferraban a sus equipos buscando alguna solución, pero nada respondia...no sabíamos cuanto más aguantaríamos.

El caos disminuyo, ya podíamos tratar de buscar la solución más cómodamente pero sin tiempo que esperar. Horas después analizando que podría estar pasando, en los monitores apareció una alerta:

"INTERFERENCIA DESCONOCIDA EN ÓRBITA. ACCESO RESTRINGIDO AL ARCHIVO ". Nadie entendía que pasaba, pero sentíamos como que algo nos vigilaba, algo que estaba provocando todo esto por.......quien sabe que.

En la pantalla las órbitas se torcían, como si una mano invisible las estuviera desviando. Sentí un nudo en la garganta, un miedo que nunca antes había sentido, pero la verdadera señal no venía del espacio...un latido lento y fuerte se oía desde dentro de la Tierra, un latido que se sentía en el pecho, en la piel, en los huesos, como si la Tierra despertara. El pulso crecía cada vez más, la tierra temblaba bajo nuestros pies, sus latidos eran como si respirara con nosotros.

Los relojes se detuvieron, los animales huyeron y el cielo cambio de color, pasando de azul a un tono imposible de describir. En ese instante, ví la verdad en los ojos de mis compañeros, el mismo pensamiento que yo: algo muyy antiguo, escondido durante siglos estaba despertando...y no era humano, ni natural.

La oscuridad no era solo la ausencia de luz, era la sombra de una advertencia, el apagón no fue un error, fue unaseñal. Y justo cuando el miedo empezaba ahogarlo todo, algo atravesó las tranferencias del sistema restringido, no era un código humano, tampoco una señal común. Era la Tierra que nos hablaba:

"LA LUZ EN LA OSCURIDAD. NO QUIERO DESTRUIR, QUIERO DESPERTAR. Y SOLO JUNTOS PODEMOS SALVARNOS".

Por un segundo, el mundo parecía respirar con nosotros, sentíamos que algo en nuestro interior despertaba. El fin no estaba escrito, podíamos cambiar el destino, pero ya no se trataba solo de sobrevivir sino de escuchar a la Tierra y responder. Porque está vez, ella no nos pidió permiso, sino presencia.

Todo esto fue causado por nosotros: años de contaminación, destrucción y silencio ante el daño. Y está vez, si no escuchábamos...la Tierra no iba a perdonarnos. Nos iba a borrar.

Incluso en la oscuridad más profunda, todavía hay una luz capaz de guiarnos. La decisión era nuestra.