El Contrato de las Almas Ⅱ

ⅩⅣ

El agua fluía cubriéndola por completo, cada curva de su cintura y vientre, los relieves de sus senos, las hendiduras de su cadera y sus clavículas, el agua limpiaba toda herida y mancha sea de polvo o de sangre, cada centímetro de su ser se relajaba aunque sea un poco, miro sus brazos notando leves líneas de color marfil casi imperceptibles a menos que las mirases con mucha atención, los recuerdos volvían a su mente con cada runa y cada cicatriz, Géminis en el suelo herido a punto de morir, el cuerpo de Andrés atravesado por una espada en el pecho con el cuerpo clavado en un árbol, al Doctor Daniel con las intenciones de abrirla de par en par, a Gula a punto de comerse a su mejor amiga, las alas de Géminis en el accidente, la lanza de Sebastian imparable dispuesta a matar al susurrador que se lanzó hacia ella con forma de lobo, Géminis con su espada apareciendo al último segundo, sus padres empuñando armas de una vida que jamás le habían contado sobre su descendencia como cazadora, la destrucción en el apartamento, los susurradores, cada marca en su cuerpo hecha con el contrato y la travesía que recorrían.

El toqueteo rítmico en la puerta la trajo de nuevo a la realidad.

‒¿Sara? ¿Está todo bien?‒ dijo Raquel detrás de la puerta.

‒Sí, todo bien‒ respondió cerrando la llave de agua ‒ya salgo, no te preocupes‒

Sara salió de la ducha, su cuerpo se sentía extraño como si no fuera propio con algo que no sabría explicar, una sensación que tocaba cada fibra de su ser, cada célula de su piel para ella algo ajeno, como si guardasen en su interior una especie de energía que no podía explicar.

Se detuvo en frente del espejo que estaba sobre el lavamanos, completamente desnuda quitando el vapor de su superficie con una mano, miraba el reflejo de sí misma centímetro a centímetro en búsqueda de algo que ni ella sabía que era lo buscaba, pero estaba ahí lo podía sentir, todo era como siempre su cuerpo no había cambiado en absoluto a excepción de las cicatrices y las runas que parecían haber sido escritas en su piel con una fina pluma de tinta marfil, tenía los mismos lunares, las marcas de nacimiento, varias cicatrices que con el tiempo desaparecerían a causa de las cirugías, su mirada bajo lentamente, sus ojos recorrieron su rostro, el cuello, las clavículas marcadas y sus pechos, hasta llegar a su vientre donde una cicatriz la atravesaba, la misma forma y el mismo tamaño igual a la cicatriz de Géminis al momento de ser herido de muerte.

Las runas marcadas en su piel seguían en su lugar donde las había dibujado durante el contrato de las almas, recordó la herida en su espalda por lo que se giró tratando de reflejarse buscando la herida en ella, pero no existía rastro alguno, era como si se hubiese evaporado en la nada, a pesar de que Raquel aseguraba que era una herida espantosa, en su espalda solo se reflejaba la tersa piel y varias heridas que supuso fueron causadas por el caótico escape constante, algo si llamo su atención en su espalda cerca del dorsal y el lumbar se vislumbraba una cicatriz que se extendía tenía el mismo tamaño que la que tenía al frente, concluyo que era la cicatriz que le atravesaba de lado a lado.

Soltó un suspiro, existían un millar de preguntas, cosas por entender y aprender.

Cubrió su cuerpo con la toalla y salió del cuarto de baño Raquel le esperaba semidesnuda apenas cubierta con la toalla alrededor de su torso, seguía llena de polvo, manchas de sangre y un aspecto salido de una verdadera guerra.

‒¿Todo bien?‒ pregunto Raquel acercándose.

‒Sí, solo que mis padres…‒

‒Lo entiendo, también estoy preocupada por los míos me gustaría escucharlos, pero las llamadas no conectan no he sabido nada de ellos en días y con lo que paso hoy en el temblor tengo miedo de ellos‒ a Raquel se le rompió la voz ‒quiero saber si están bien, quiero que sepan que estoy bien, quisiera estar en casa junto a ellos esto es muy…‒ rompió en llanto.

Sara apoyó la cabeza de Raquel contra su pecho, acariciando su cabello mientras Raquel lloraba desconsolada ‒Mi mamá y mi papá‒ apenas eran audibles entre sus sollozar.



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En el texto hay: misterio, ficcion, sobrenarutal

Editado: 05.12.2021

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