El Contrato de las Almas

Daniel enmarcó una ceja del asombro, en todos sus años como Doctor y Especialista jamás había visto una recuperación tan asombrosa como la de Sara, había llegado malherida al borde de la muerte con varias contusiones, huesos rotos y cortes en todo su cuerpo, era un milagro que haya sobrevivido al accidente y más que alguien le haya encontrado en medio de la nada.

–¿Estás segura qué esto arrojaron los resultados?– Pregunto a la enfermera de turno que le acompañaba, ambos miraban el interior de la habitación de cuidados intensivos donde Sara y su madre dormitaban.

–Sí, son todos los resultados de los exámenes que nos pidió que le hiciéramos e incluso se repitieron dos veces para evitar cualquier error– dijo con el mismo asombro.

–No es para más, su recuperación es asombrosa, lo que a una persona le tomaría meses en soldar sus huesos, a ella le tomara semanas a este ritmo– ambos intercambiaron una mirada de incredibilidad.

La madre de Sara se enteró de un accidente en la carretera en la dirección a su hogar algo que la preocupo mucho, ya que era la misma carretera que su hija tomaba para regresar a casa, sus miedos se confirmaron cuando una de las enfermeras le confirmo que efectivamente era su hija al confirmarse su identidad por sus documentos personales, llego toda ensangrentada con un millar de moretones por todo su cuerpo se podía ver el hueso astillado saliendo por su brazo derecho y varios cortes que no paraban de sangrar, los paramédicos habían hecho lo posible por mantenerla estable.

La noche fue eterna, Sara estuvo varias horas dentro del quirófano y le faltaría otras cirugías más para curar su cuerpo malherido.

Pasaron tres días desde el accidente, su madre no se había movido de su lado, se encargó de bañarla, de revisar sus signos vitales, de cambiar las vendas y realizar todos los cuidados pertinentes, rezaba una plegaria cada hora y apenas salía a comer, ya en la tarde se quedó sentada en el sillón a un lado de la cama de su hija, dormida del cansancio y de las lágrimas que soltaba al saber que Sara estaba en ese estado y que no se sabría cuando despertaría.

–Tome más muestras de sangre, piel y de médula, si es necesario, saquen radiografías y tomografías, hagan todos los estudios que puedan, quiero descubrir de donde proviene su asombrosa recuperación– dijo Daniel cerrando la carpeta que contenía el expediente completo de Sara.

–Si su madre pregunta, ¿Qué le decimos?– pregunto la enferma.

–Convénzanla de que son exámenes necesarios para asegurarnos de que su recuperación sea completa, quiero saber a toda costa el secreto que se esconde dentro de ella– dijo mirando a Sara a través del cristal de la habitación de cuidado intensivo.



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En el texto hay: misterio, sobrenarutal, criaturas oscuras

Editado: 19.11.2022

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