El Contrato de las Almas

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–No debiste contarle esa historia – dijo Géminis entrando en la habitación.

Sara dio un pequeño salto de la sorpresa. 

–De ahí salieron los pecados capitales, qué son el origen del mal, antes de que la caja se abriera el ser humano estaba descubriendo el mundo y hubiera sido un mejor mundo a pesar de todos los fallos que tenía, pero después de haberla abierto fue caótico –

–¿Te refieres a que ustedes cazan a los 7 pecados capitales? – 

–Son 8 pecados capitales– para ser precisos 

–¿8? –

–Originalmente eran gula y ebriedad, avaricia, lujuria– Sara vio un gesto amargo en el rostro de Géminis al escuchar ese pecado –vanagloria, irá, pereza, tristeza y orgullo, todos ellos los principales peligros nombrados por Cipriano de Cartago sus poderes al igual que sus artimañas engañaron al mundo por cientos de años, a causa de ellos se desataron guerras sangrientas, luchas insaciaables y muchas atrocidades –

–¿Qué son las sombras? ¿Más pecados? –

–Algo de ellos, los susurradores son parte de los pecados, ellos los dominan, ejercen su voluntad usándolos como simples mascotas, los envían para contaminar a los humanos, mientras más fuerte sea un pecado en el hombre, más se podrán alimentar de él y volverse cada vez más fuertes. –

–Pero porque solo he escuchado hablar de los 7 pecados capitales, ¿Qué pasó con tristeza? – 

–Pues cerca del siglo VI se libró una batalla, ángeles y cazadores se propusieron acabar con los pecados, habían descubierto donde se ocultaban, en esta batalla fueron emboscados y muchos perecieron, pero a cambio se logró vencer a uno–

–¿Tristeza? – 

–Exactamente, fue ahí cuando se reescribió formando los 7 pecados qué conoces ahora: pereza, gula, envidia, irá, avaricia, soberbia y lujuria – Sara noto otra vez el gesto de desagrado en Géminis

–¿Que tiene que ver conmigo, que son los símbolos en las paredes, porque Raquel dice que eres un asesino? –

–Tampoco lo sé– levanto los hombros. –nosotros estamos aquí para acabar con cosas mucho peores que los susurradores–

–¿Nosotros? ¿Pero no se supone que ustedes son los cazadores? –

–En parte lo somos, pero no te he contado toda la verdad–

Un gesto de enojo se formó en Sara 

–Nosotros, como ya lo descubriste somo como ángeles nuestra historia es aparte, esa si algún día tal vez te la cuente. Pero existen los cazadores, después de ver el mal que hizo Pandora juraron remediarlo aún si eso les costará la vida, Esperanza no fue encerrada en la caja como lo cuentan las historias, ese fue un invento para que los pecados pensaran que estaban a salvo. Esperanza le enseñó a Pandora sobre las runas para luchar contra los pecados, marco en su sangre una bendición y a la vez una maldición para que sus hijos y los hijos de sus hijos durante todas las generaciones pudieran luchar contra ellos y así cumplir la promesa de Pandora de acabar con el mal que desato en el mundo. – 

–¿Entonces sus hijos son? –

–¡Exacto! – se emocionó Sebastian –Cazadores; la sangre de Pandora corre en sus venas, ahora ellos están ocultos trabajan en las sombras para servir a la luz, espera eso es parte de otra historia – río Sebastian 

–Pero ¿qué tiene que ver eso conmigo?  – reclamo Sara 

–Debiste mostrar las runas marcadas en tu cuerpo, los cazadores la utilizan para aumentar su fuerza u obtener alguna habilidad– dijo Géminis –pero no tienes nada, tu casa está llena de esas runas por eso los susurradores no pueden entrar por ahora–

–Es verdad, te hice decir la plegaria, con ella debiste haber mostrado tus runas, pero apenas pudiste pronunciarla – dijo Sebastian mirando el brazo de Sara  –aun no entiendo que está pasando aquí ni porque estas involucrada en todo esto –

–Hasta que no sepamos estarás con nosotros, pero no te entrometas– Géminis se sujetó el brazo derecho.

Sebastian los miro, cada vez su presentimiento se hacía más fuerte y sus dudas también –¿Por qué ella? – se pregunto

–Lo que debemos hacer ahora es esperar, los susurradores prefieren la noche para moverse, cuando salga el sol no lo soportarán y se esconderán. Solo así podremos irnos de aquí– 

–¿Irnos? ¿A dónde? – dijo Sara, le habían dicho que las runas de su casa los protegerían y ahora querían irse del único lugar seguro que conocía.

–Lejos de aquí, debemos ocultarte sea lo que sea que quieran–

–Mi madre, Raquel y Andrés ¿Qué pasara con ellos? También los encontraran – Sara sonaba en desacuerdo. 

–¿Dónde está tu madre? – pregunto Géminis apretando un poco su brazo, aunque no se reflejaba en su rostro, Sara podía sentir que le dolía.

–Se fue con mi padre aún no ha regresado y no contesta mis llamadas –

Géminis y Sebastian se miraron algo llamo su atención 

–¿Hace cuánto se fue? – pregunto Sebastian

–Hace unos días y no he sabido nada de ella – se notaba un tono de preocupación



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En el texto hay: misterio, sobrenarutal, criaturas oscuras

Editado: 19.11.2022

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