–Pronto acabare– la voz del experimento tenía un tono oscuro junto a una sonrisa de maldad satisfecho del acto de haberle quitado la vida –solo falta una marca y el sello estará completo– soltó el cuchillo qué tenía en su mano bañada en sangre, el cuerpo de la chica descansaba de rodillas con la cabeza agachada sin vida.
–Muy bien – sonrió Ira –pronto tendrás tu recompensa, Lujuria te la entregará –
Ira miraba a unos pasos del cadáver de la chica colocada a la mitad de la habitación rodeada de un circulo con varias runas que desde cualquier ángulo apuntaban a su cuerpo, cada runa fue escrita con su propia sangre, el ritual consistía en colocar a la victima de rodillas, después el experimento hacia un corte en sus muñecas por donde la sangre emanaba constante a una pequeña copa de cobre, cuando se llenaba después de varios cortes uno después de otro cuando la herida dejaba de emanar, hundía los dedos, índice y medio pintando sus puntas para escribir las runas, primero las que rodeaban a la víctima, después las que llenaban su cuerpo. Las runas cubrían los brazos, el pecho, el abdomen y la espalda para poco después terminar en el cuello y algunas en su frente. La ropa de la víctima era destrozada para no interferir con el grabado.
–¿Qué debería hacer con esos dos idiotas y con la metida de su amiga? – el experimento había acabado, apretó los puños de los que goteaban sangre por sus nudillos.
–Nada por ahora; nos encargaremos pronto de ellos después, al parecer están cerca de descubrir lo que planeamos y eso no nos conviene. – sonrió acercándose a la víctima que seguía respirando lentamente, no forcejeaba ni trataba de huir, Ira se había encargado de embriagar sus sentidos –Nunca pensé que sería tan fácil reunir a los sacrificios, pero la suerte nos sonríe. Pronto tendremos a Pandora en nuestras manos y este asqueroso mundo volverá a ser nuestro, volviendo a su antigua gloria–
En ese instante uno de los susurradores entro por uno de los huecos en el techo uno formado por la humedad y el peso de sus oxidadas lozas que habían cedido al paso del desgaste, adoptó la forma de un lobo justo antes de tocar el suelo, sus ojos azules con tinte violeta brillaban en la oscuridad de aquella habitación en ruinas apenas iluminada por la luz de las fluorescentes, se acercó junto a Ira acariciando con su hocico el dorso de la mano de su amo, no hizo ningún un ruido ni el más mínimo gruñido había salido de sus fauces, Ira empezó a sonreír acariciando su fiel mascota.
–no puedo creerlo, así que todo está a nuestro favor – levanto al susurrador para luego clavarlo contra la pared en un movimiento, lo sujetaba del cuello. El susurrador forcejeo lanzando las patas con sus garras por delante tratando de zafarse, mientras se desvanecía lentamente en el aire –Envidia nos ha dado la orden de actuar– inhalo el humo espeso que dejo el susurrador que acababa de matar.
El experimento tenía el cuerpo lleno de runas que se iluminaban en un tono que cambiaba del rojo al anaranjado, se encendían y brillaban como el fuego fluyendo como el agua en su piel.
–ve y tráeme a la chica – ordenó Ira con un ademan de su mano
–¡Pero dijiste que ella sería mía! – amenazo –es solo mía – levanto un cuchillo largo que había clavado antes en el piso.
–lo será, pero la necesitamos para nuestros planes, no te preocupes no le haremos nada – dijo Ira rodeando el cuerpo de la muchacha.
–¿Qué debo hacer con esos dos idiotas?– levantaba el cuchillo en una danza, como cortando el aire que le rodeaba.
–tráelos a la final solo los necesitamos medios vivos– sonrió Ira pasando la yema de su dedo índice por el cabello oscuro de la chica.
–¿Y la otra chica, su amiga? –
–Mátala o has lo que quieras, no la necesitamos. Llévate a Gula él podría deshacerse de todo – Ira se paró en frente del sacrificio.
–Como tu ordenes, pero si le haces algo te mataré – el experimento se colocó tras el cuerpo de la chica, doblo las rodillas un poco lo suficiente para tomar el cabello y levantar su cabeza. El cuello de la chica quedo a la merced del cuchillo cuyo filo apuntaba a su piel. En un movimiento el cuello se abría en dos, cortado en la piel y la garganta de un lado a otro. La sangre empezó a fluir llevándose consigo su vida, el experimento la soltó dejando caer la cabeza a su posición inicial; el ritual había acabado, las runas pintadas en su cuerpo empezaron a brillar para después abrir la piel en cortes que dejaban escapar la sangre, primero las de su cuello y pecho, después las de su vientre, la sangre empezó a formar un charco grande debajo ella, cada runa pintada en el piso se iba cubriendo con su sangre.
–Como te dije, no le haré nada mientras me la traigas pronto, todo está listo para acabar con esto de una vez por todas– Ira veía con satisfacción
Poco después el experimento salió de la habitación, Ira se había esfumado en lo que dura un parpadeo, ahora solo había el cuerpo sin vida de una chica en medio de la habitación rodeada de su propia sangre bajo la luz de una fluorescente que se apagó al igual que su vida.