El Contrato de las Almas

Capitulo VII

El viaje duro apenas unos minutos, Sara piso el acelerador hasta el fondo fue un milagro que no tuviera un accidente. Géminis se sentó de copiloto no dijo nada en todo el camino era como un fantasma.

Llegaron al Hospital Plainsboro, todo estaba tranquilo, no había nadie en los alrededores el silencio llenaba el lugar, Sara detuvo el auto en la entrada del garaje del hospital dispuesta a entrar en el hospital sea como sea, aun si eso le costara esquivar al guardia. Se acerco despacio hasta la caseta de seguridad, un leve vistazo en su interior. No había nadie, la luz encendida al igual que un pequeño televisor, un botecito con comida aun humeante indicaba que alguien debía estar ahí, pero no había nadie.

Entraron en el hospital, no encontraron una sola persona cerca ni en los alrededores parecía deshabitado, Sara apretaba el celular en sus manos, quería saber de sus padres estaba desesperada por lo que les podía pasar, necesitaba la llamada de ese desconocido para avisarle que ya habían llegado.

Cuando ingresaron en el edificio central encontraron a la recepcionista acostada sobre el escritorio apoyando su cabeza sobre sus brazos cruzados, Géminis la reviso. –Está dormida – dijo.

Fueron varios los intentos por despertarla siendo inútil cada uno de ellos, caminaron por los pasillos en las habitaciones con cautela, llegaron a la sala de espera donde había gente durmiendo algunos sobre los sillones de espera apilados uno encima de otro sin tiempo para acomodarse, otros dormían en el piso apoyando sus cuerpos contra la pared o solo dejando su cuerpo en mitad del piso, Géminis reviso a unos, su rostro reflejaba una incomodidad un atice que picaba sus ideas.

Subieron uno a uno los pisos del edificio buscando en las habitaciones a los padres de Sara siendo su búsqueda en vano el hospital era enorme podían estar en cualquier parte. Se escucho el sonido de unos botes cayendo dentro de uno de los salones que estaba a oscuras, Géminis empuño la espada sin sacarla de su funda estaba en posición de ataque si fuese necesario atacaría sin dudarlo.

Cruzaron la puerta del salón, su interior estaba oscuro algo de la luz de fuera iluminaba brevemente su interior al parecer no había nadie dentro hasta que una sombra se escurrió en su interior moviéndose con gran velocidad, a Géminis le costó trabajo seguirle el paso la sombra sujetaba algo metálico entre sus manos por el leve destello cuando la luz lo tocaba, de un salto se abalanzó sobre Sara que estaba atrás de Géminis.

Sara grito del miedo, estaba en el suelo con alguien encima de ella sin poderle identificar, forcejeando por soltarse.

–¡Suéltame! – grito Sara lanzando patadas y golpes

–¿Sara? – dijo la persona encima de ella

Las luces de emergencia se encendieron era Andrés quien estaba encima de ella, estaba asustado temblaba mientras sujetaba un tuvo metálico de un metro en su mano. Andrés se quitó de encima de Sara soltando el fierro que golpeo en el suelo provocando que sonara por los pasillos, se arrodillo a un lado de Sara ayudándola a sentarse frente a él.

–Gracias a Dios eres tú– sonaba agitado –no sé lo que paso, vine a preguntarle a tu madre por ti, te llame varias veces a la casa no me contestaste y eso me preocupo, cuando fui a tu casa no había nadie me tenías preocupado, cuando llegue al hospital todos estaban dormidos, nadie reaccionaba– explicaba asustado

–¿Qué les paso? – pregunto Géminis guardando su espada

Andrés se incomodó ante su presencia, respondió, pero mirando a Sara explicándole solo a ella.

–Me asuste tanto, y cuando quise salir a buscar ayuda alguien estaba en la entrada esperando no pude reconocerlo, trate de luchar con él, pero era más fuerte me lanzo de un golpe y yo salí corriendo, me escondí aquí– abrazo a Sara –pero ahora estas tú –

–¿Mi madre la has visto? –  pregunto Sara correspondiendo el abrazo de Andrés

–No, no la he visto– se disculpo

–El asesino la tiene, me dijo que debía venir aquí. Andrés estoy asustada– Sara lloro en su hombro

–Te ayudare a buscarla, ahora estamos los 3 aquí. Géminis podría cubrirnos con su espada, mientras buscamos a tus padres–

Géminis quien se había limitado a verlos empuñaba la espada con fuerza apuntando su punta a Andrés su expresión nula había cambiado a una a la defensiva.

–Pero ¿qué haces?  – se asustó Sara por el repentino cambio

–¿Quién eres? – exigió Géminis sin quitarle la mirada encima a Andrés

–¿Pero de que hablas? – se enfureció Andrés

–No te lo repetiré ¿Quién eres? – Géminis apretaba la empuñadura del espada listo para atacar

–¿Géminis que haces? él es Andrés ¿Qué ya no lo recuerdas? – trato Sara de calmarlo

–Sara aléjate de él– ordeno Géminis

–Oye amigo, sé que no nos hemos llevado bien pero no tienes que hacer esto– Andrés trataba de calmar a Géminis.

–¡Sara! Aléjate de él– ordeno con más firmeza –la única persona que sabe mi nombre es Sara y Raquel. Además, ella solo menciono a su madre y no a su padre, así que dime por última vez quién eres – la expresión de Géminis era agresiva

Sara miro a Géminis su expresión dura lista para acabar con Andrés, cuando volteo la mirada hacia Andrés este tenía la cabeza agachada, su cabello cubría su rostro escucho una leve risa que empezaba a tomar fuerza. Sara se asustó del repentino cambio, trato de alejarse, pero Andrés le sujeto de la mano. La risa crecía parecía descontrolarse al punto de la locura.



#21395 en Fantasía
#12848 en Thriller
#7355 en Misterio

En el texto hay: misterio, sobrenarutal, criaturas oscuras

Editado: 19.11.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.