–¡Muere! – dijo Andrés bajando las dos espadas dispuesto a cortarlo por la mitad.
Géminis se giró, pero era muy lento su ala le dolía, quemaba su alma mientras consumía su cuerpo en el dolor.
Andrés saboreo la sed de venganza mientras veía el final de Géminis, tenso las piernas para atacarlo cuando sintió un golpe a su costado, era como chocar contra un muro a toda velocidad, el golpe fue tal qué lo lanzó varios metros, logró sujetar a quien le había empujado, era Sebastian.
Ambos cayeron varios metros lejos de Géminis.
Sebastian había usado todas sus fuerzas en ese golpe para apartarlo, sabia la situación por la que pasaba Géminis, Andrés no entendía como pudo llegar tan rápido hasta él y de donde había sacado la fuerza suficiente para lanzarlo.
–No te entrometas– dijo levantándose, el golpe le había dolido, pero aún podía luchar
Sebastian tirado en el suelo boca abajo con su cuerpo maltratado.
–Nadie me la quitará– dijo Andrés acercándose a Sebastian furioso empuñando la espada apuntando el filo a la espalda de Sebastian.
Andrés levantó la espada, apretó la empuñadura con un movimiento rápido la dirigió a la espalda de Sebastian, fue rápido lo tomo unos segundos cuando escucho un silbido qué resonaba en bosque, se detuvo en pleno vuelo a pocos milímetros de atravesarlo, era como si se hubiera paralizado.
Otro golpe provino de al frente una patada para ser precisos, lanzándolo de espaldas, era Géminis.
–Pero ¿Cómo es posible? – dijo Andrés desconcertado limpiándose la sangre que salía de su boca –acabo de romper tu ala, no deberías ni poder mantener de pie – tosió sangre.
Géminis no respondió, se agachó para confirmar los signos vitales de Sebastian, eran débiles, pero seguía con vida. Miro a Andrés qué se levantaba aturdido, sostuvo la espada en modo de ataque.
–¡Como! – exigió Andrés
Géminis tomo la posición de pelea colocando su cuerpo listo para atacar, respiro profundamente, a sus espaldas se extendía una de sus alas, se había arrancado la qué estaba rota, en su lugar había la punta astillada del hueso y pedazos de carne que colgaban de la herida.