–¿Cómo es posible que lo haya hecho? – dijo Lujuria soltando un suspiro –jamás quise que ella se involucrara en este mundo, tenía una vida casi normal hasta que ese idiota apareció–
El bosque seguía sumergido en la oscuridad, el amanecer estaba pronto, Levanto a Sara que descansaba inconsciente a un lado de Géminis, la alejo de la oscuridad abrazadora de aquel campo de guerra donde habían estado.
–¿Acaso no piensas decir nada? – reclamo –no viste que esto pasaría, ambos tenemos un acuerdo y esto complica más las cosas, te juro que si le llega a pasar algo – amenazó
Sara se mecía inconsciente en los brazos de Lujuria.
–Lo que más me sorprende es que no has dicho ni una sola palabra, esto debe ser el augurio de que algo malo se acerca–
Salieron del bosque, la casa de Sara estaba a unos metros de ellos.
–El plan sigue – dijo Sebastian seriamente –nada ha cambiado, no pude prever que esto pasara pero tampoco dejare que nada ni nadie se interponga en mi camino– dijo cargando a Géminis en su espalda.