« —¿Quién es la musa que está en lo alto del acantilado? Ya sabes, esa estatua de mármol y de plata que tiene un rostro con más belleza que felicidad, y que mira hacia el mar con una expresión de nostalgia y decepción.
—Es Dehiel, la musa de Valruth—respondió con experiencia.
—¿Qué pasó con él? ¿Por qué mira el mar?
—Quiso devolver el odio y la indiferencia con que lo trataron y ahora mira al mar para recordar que no ha sido el único que ha llorado porque nunca pudieron amarlo con sinceridad.
—¿El mar son las lágrimas de Dehiel?
—Y las de todos nosotros. »