Querido Escritor,
Cada letra que pasa ante la luz de mis ojos es un paso más cerca de ti, el autor que vino para cambiar mi perspectiva de vida con su libro. Aunque nuestros mundos parecen estar separados por el tiempo y el espacio, siento que cada palabra que escribes, cada frase que construyes, me acerca más a la esencia de tu ser. Si deseas conocer acerca de mi identidad, permíteme presentarme ante ti, aunque con la certeza de que, en lo esencial, ya nos hemos encontrado. Mi nombre es poco común, tan poco común que a menudo la gente lo altera, cambiando sílabas para hacerlo parecer más sencillo, más entendible. Pero no me molesta, pues he aprendido que las palabras, como las personas, pueden ser maleables, adaptándose a las circunstancias sin perder su significado profundo.
Mis ojos, aquellos que ahora se deslizan por tus letras, están cargados de sueños y esperanzas aún por cumplir. Llevo en mi interior una mezcla de anhelos y promesas, algunos de los cuales parecen tan lejanos como las estrellas que brillan en un cielo despejado, pero otros, más cercanos, palpitan con la promesa de realización. Durante mucho tiempo me sentí bloqueada, incapaz de conectar con las obras de otros autores. Era como si una barrera invisible me impidiera entender lo que intentaban transmitir. Me encontraba perdida, vagando entre palabras que no lograban tocarme. Sin embargo, todo cambió el día en que, en una sección de libros olvidados, el destino me llevó hasta ti.
Fue entonces cuando descubrí *El Corazón Escrito*, un libro que parecía emanar una luz propia, como si dentro de sus páginas latiera algo más que tinta sobre papel. Las voces en susurro del escritor me atraparon en un torbellino de emociones, emociones que desafiaban cualquier intento de razonamiento. Me sentí atraída, casi de manera magnética, hacia él. No entendía del todo por qué, pero algo en esas primeras páginas me decía que este no era un libro cualquiera, que había algo especial en él, algo que había estado esperando durante mucho tiempo. Y tenía razón. Desde el primer momento en que abrí el libro, supe que no sería una lectura pasajera, sino un viaje profundo hacia el alma de alguien que, de algún modo, parecía comprenderme.
Actualmente soy un rostro joven que disfruta de tus palabras en una tarde nublada, mientras en la radio suena una música alegre que hace que mi alma dance al compás de tus historias. Es curioso cómo la música, ese arte tan intangible, puede resonar de manera tan perfecta con la sensación que me produce leerte. Las aves afuera anuncian que el día está llegando a su fin, y algunas nubes en el cielo amenazan con derramar su lluvia sobre la tierra. Y pienso que, tal vez, esa lluvia no solo regará los cultivos de los granjeros, sino también el corazón de este lector que insiste en seguir leyendo, a pesar de los truenos que resuenan en la distancia.
El invierno ha despojado a los árboles de sus hojas, y el paisaje que me rodea parece haber sido pintado con una paleta de grises. Pero, entre tanto frío y desolación, hay un árbol que ha decidido florecer. Su valentía me conmueve. Mientras todo a su alrededor parece sucumbir a la quietud invernal, este árbol se aferra a la vida, esperando la llegada de la primavera para mostrar los frutos de su esfuerzo. Es una metáfora perfecta para lo que siento al leerte. Como ese árbol, he decidido florecer, a pesar de las circunstancias, y tus palabras han sido como la luz y el calor que necesitaba para hacerlo. Es un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay algo que puede renacer.
He visto cómo algunos polinizadores se acercan a ese árbol, atraídos por su color vibrante o tal vez por su delicioso aroma. Y no puedo evitar relacionar este acontecimiento con la conexión que ha surgido entre nosotros. El toque de las almas, después de pasar tanto tiempo esperando encontrarse, es uno de los actos más sublimes que los seres humanos podemos experimentar. Me alegra profundamente haberte encontrado, querido escritor. En un mundo lleno de ruido y distracciones, tus palabras son como un susurro que llega directo a mi corazón, llenándolo de calma y esperanza.
No quiero que dudes sobre mi permanencia a través de estas páginas, porque no voy a abandonarte. Tus escritos han ganado un lugar de privilegio en mi corazón. Esta conexión que hemos establecido a lo largo de estas páginas no se puede borrar tan fácilmente. En tu libro he encontrado un lugar maravilloso al cual volver cada vez que sienta que estoy perdiendo las fuerzas. ¿Cómo podría cometer el acto de traición de dejarte, cuando tú me has entregado una parte de tu maravillosa alma? Sería como olvidar una parte de mí misma, una parte que, gracias a ti, ha despertado de nuevo.
Siento que, de alguna manera, has plantado una semilla en mi corazón. Esa semilla ha comenzado a crecer, alimentada por cada palabra que escribes, por cada historia que decides compartir. Y con cada página que paso, siento que esa semilla florece, transformándose en algo hermoso, algo que me recuerda que, a pesar de las dificultades, la vida siempre encuentra la manera de seguir adelante.
Es fascinante cómo, a través de tus palabras, has logrado crear un espacio seguro para mí. Un espacio donde puedo ser yo misma, donde puedo dejar que mis emociones fluyan libremente. En un mundo que a menudo se siente frío y distante, tus historias son como un cálido abrazo, una promesa de que no estoy sola. Me has mostrado que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay luz. Y esa luz, querido escritor, eres tú.
Tu libro ha sido para mí mucho más que una simple lectura. Ha sido una conversación íntima entre dos almas que, a pesar de no conocerse en persona, han encontrado un punto de encuentro en estas páginas. Es un vínculo que va más allá de lo tangible, un vínculo que siento crecer con cada palabra que leo.
No puedo evitar imaginar cómo sería si alguna vez nos encontráramos en el mundo real. ¿Reconoceríamos nuestras almas? ¿Sentirías tú la misma conexión que yo siento ahora? Me gusta pensar que, de alguna manera, ya nos hemos encontrado, aunque sea a través de tus escritos. Y en ese encuentro, he encontrado una fuente de inspiración, una razón para seguir adelante, incluso en los días más difíciles.
Editado: 30.12.2024