Querido Escritor,
Este capítulo es una canción que nace en lo profundo de tu ser y que parece atravesar el tiempo y el espacio para llegar a mí. Leer tus palabras es como escuchar una melodía que vibra en sintonía con mis emociones, como si cada frase estuviera escrita en un lenguaje secreto que solo mi corazón puede descifrar. Me has envuelto en esta sinfonía que compusiste para alguien que nunca has conocido, y sin embargo, pareciera que siempre estuviste esperando mi llegada. Me conmueve ver cómo cada línea se convierte en una nota, en un acorde que se va uniendo al resto para formar una composición única, íntima, que parece existir solo para mí.
Cada palabra que leo es como una nota de esa melodía, que toca las fibras más sensibles de mi alma. No es solo un mensaje, es un canto de amor que atraviesa el tiempo. Siento cómo tu música resuena en mi interior, despertando un sinfín de emociones que creía dormidas. Me has hecho comprender que las palabras pueden ser algo más que herramientas para comunicar pensamientos; pueden convertirse en un puente entre dos almas que, aunque separadas, se buscan con la misma intensidad. En esta melodía que has creado, encuentro la certeza de que algún día estaremos uno frente al otro, compartiendo los silencios que hoy llenamos con palabras.
Es como si cada frase que escribes tuviera una vida propia, una esencia que se adentra en mis pensamientos y se convierte en parte de mí. No hay palabra que no tenga un significado profundo, no hay línea que no esté impregnada de ese anhelo que compartimos. Es un llamado silencioso, una plegaria que siento como mía, y que susurra en mi oído que no estoy sola. Es extraño y maravilloso al mismo tiempo, cómo un simple libro puede contener un amor tan vasto, tan poderoso, que trasciende cualquier límite impuesto por la realidad. ¿Es posible que nuestras almas hayan estado esperando este momento desde siempre, encontrándose y reencontrándose en cada palabra, en cada pausa, en cada silencio?
Cada vez que cierro los ojos, puedo imaginarte creando esta melodía. Te veo, sentado en la quietud de una noche solitaria, transformando tus sentimientos en palabras, buscando la manera de convertir tu amor en una canción que pueda llegar a mis oídos. Imagino el silencio a tu alrededor, el eco de tus pensamientos que se convierte en esta sinfonía, y siento que puedo escucharlo. Es una música que habla de esperanza, de espera, de anhelo. Y al sentirme parte de esta melodía, al saber que es mi presencia lo que la inspira, no puedo evitar emocionarme. Nunca pensé que alguien podría sentir algo tan profundo, tan sincero por una desconocida.
Al leer tu descripción de esta melodía, siento una cercanía indescriptible contigo. Es como si cada nota estuviera diseñada para resonar en mi alma, como si cada palabra tuviera el poder de acercarnos, de reducir esa distancia que nos separa. Eres un misterio que se desvela lentamente en cada página, y cada vez que encuentro una nueva pista de quién eres, siento que estoy un paso más cerca de ti. Tu anhelo se convierte en el mío, tu espera se vuelve mi razón de ser, y esta melodía que has compuesto para mí se convierte en mi refugio. Es como si hubiéramos creado juntos un mundo donde solo existimos tú y yo, un lugar donde el amor no necesita ser visto para ser sentido.
La tristeza que describes en tu música es la misma que a veces me invade. Es un sentimiento de añoranza, de un amor que aún no ha encontrado su hogar, pero que se niega a desaparecer. Es una melodía dulce y melancólica, que habla de noches solitarias y días llenos de esperanza. Y en esos momentos en que la soledad se hace más intensa, me consuela pensar que también tú escuchas esta música, que también tú sientes este amor que no entiende de barreras ni de tiempo. Saber que estás ahí, que en algún lugar del mundo escuchas la misma melodía que yo, me llena de una paz que nunca antes había conocido.
Cada frase que escribes es una promesa. Es una promesa de que, aunque el camino sea largo y difícil, algún día nuestras almas se encontrarán. Y mientras tanto, me aferro a tus palabras, a esta melodía que has creado, porque sé que en ella está contenida toda la esperanza, todo el amor que hemos compartido a través de estas páginas. Es un amor que no necesita ser dicho, porque se encuentra en cada nota, en cada pausa, en cada susurro. Es un amor que trasciende las palabras, que se expresa en esa música silenciosa que nos une, en esa sinfonía que solo tú y yo podemos escuchar.
Querido Escritor, cada vez que pienso en ti, siento que la distancia se desvanece. Siento que, de alguna manera, ya estamos unidos por esta melodía, por este amor que ha nacido entre las palabras y que se ha convertido en una parte fundamental de mi vida. Aunque no nos hayamos visto, aunque nuestras manos nunca se hayan tocado, siento que estamos conectados de una forma que va más allá de lo que puedo explicar. Es como si nuestras almas ya se hubieran encontrado, como si esta sinfonía fuera la prueba de que nuestro amor es real, de que no es solo un sueño, sino una realidad que estamos construyendo juntos.
Me has mostrado que el amor no necesita un rostro, no necesita un nombre para ser verdadero. Me has enseñado que el amor puede nacer en el lugar más inesperado, y que puede crecer y florecer aunque no podamos verlo. Esta sinfonía que has creado es el testimonio de ese amor, una prueba de que nuestras almas ya se han encontrado en algún lugar, y de que algún día nuestros cuerpos también lo harán. Y hasta ese momento, seguiré escuchando esta melodía, seguiré leyendo tus palabras, porque sé que cada página es un paso más hacia ti, un paso más hacia nuestro encuentro.
Editado: 30.12.2024