Steven
—Mijo, despiértate, ya es tarde —dice mi madre tocando mi hombro para despertarme
—Madre, hoy es sábado — digo con tono adormecido
—Así es —escucho sus pasos dirigiéndose a la ventana —. Y tienes que ayudar en la tienda, hay muchas entregas que hay que hacer —abre la cortina de un solo tirón, un rayo de sol pega directamente en rostro haciendo que tenga dificultad para abrir los ojos
—¡Madre cierra la cortina!
—No, sé que, si la cierro no te vas a levantar, así que arriba
—Está bien, ya voy
—Te espero en la tienda —dice dirigiéndose a la puerta, al llegar al marco se da la vuelta —. Son entregas demasiado grandes, será mejor que te apures si quieres ir a visitar a tu novia, para terminar proyectos —dice resaltando las palabras novia y proyectos, tratando de insinuar algo
—En primer lugar, Marihan no es mi novia, y en segundo terminamos proyectos ayer —digo eso mientras me levanto de mi cama
Mi madre solo me da una sonrisa de respuesta y se retira de mi habitación cerrando la puerta con delicadeza.
Agarro mi celular y veo que Marihan no me ha respondido el mensaje de ayer en la noche, dejo mi celular en la cama y empiezo a arreglar, me pongo unos jeans negros y una sudadera celeste.
Al terminar de vestirme, fui donde se encontraba mi madre para saber con exactitud que me tocaba hacer.
—Listo, ¿Cuáles son las entregas? — me dirijo a ella
—La lista está en la mesa —dice sin voltear a verme
Camino a la mesa y agarro con pequeña delicadeza la hoja de papel —. ¿Los Gutiérrez pidieron? Además, es un pedido grande—pregunto un poco desconcertado
—Sí, al parecer la señora Gutiérrez está enferma y no puede hornear —argumenta tratando de ocultar su preocupación.
—Espero que se recupere pronto
—Por cierto, ¿Te ha escrito tu padre?
—No he visto
Agarro mi celular para ver los mensajes que me han llegado uno de ellos era Marihan
De: MARIHAN <3
Muchas gracias a ti por la invitación
Una sonrisa se dibuja inconscientemente en mi rostro.
—Invita a Marihan y su amiga a comer mañana—sugiere mi madre.
—¿A Melanie? ¿Estás bromeando? — exclamó desconcertado.
—Sí, si quieres que, aunque sea algo pequeño pase entre tu y Marihan, debes caerles bien a sus amigos sobre todo a sus mejores —dice con tanta serenidad —. Es la regla de la mayoría de mujeres, los amigos van primero, pero jamás van antes que tú propia persona.
—¿Por qué?
—Antes que la pareja o la nueva persona llega a su vida, han pasado demasiados problemas y las personas que siempre han estado para esa persona en esos momentos es la persona que ella considera mejor amiga o amigo, nunca hay que darle la espalda a las personas que alguna vez te dieron la mano.
—¿Mi padre pasó algo así contigo?
—Sí, algo similar, tu padre no se llevaba nada bien con mis amigos, pero luego los conoció bien y hasta la fecha todos seguimos siendo amigos desde la secundaria.
—Entonces, pensaré sí invitarlas o no.
—Está bien, me avisas así compro las cosas para la cena.
***
Marihan
—Esto fue lo que me pediste, el demás medicamento ya no había en la farmacia hay que pedirlas para que las traigan —digo antes de dejar las bolsas sobre la mesa.
—¡Gracias! Voy a llamar entonces para que las traigan —dice Melanie apurada
—Melanie
—Sí
—Ella va a mejorar, solo es una recaída como las anteriores
—Pero y si no
—Nani es una mujer muy fuerte, ella va mejorar te lo juro
—Gracias... Gracias por todo —susurra Melanie al abrazarme reteniendo sus lágrimas.
—La señorita Marihan tiene toda la razón —proviene una voz ronca desde las gradas
—¿Cómo sigue ella? —pregunta Melanie desesperada
—Esta mejor, está descansando ahora
—¿Nani va a mejorar? —el tono de voz de Melanie es de melancolía.
—A tu abuela le detectaron cáncer hace 15 años, y ella le ganó al cáncer hace 5 años, no hay nada que ella no pueda, llevo 63 años casado con ella, si me aguantó a mí por tanto tiempo es definitivamente que ella puede con todo —dice entre risas la última oración mientras baja las escaleras
—Buenas tardes señor Gutiérrez —saludo con tono de cortesía
—Buenas tardes Marihan, gracias por venir a ayudarnos en estos momentos de delicadeza, tu compañía es fortaleza para nosotros —responde con una sonrisa gentil
El señor Gutiérrez es el abuelo de Melanie, es un hombre de 83 años, siempre está vestido con traje formal, usa un bastón negro con decoraciones doradas, su pelo es ondulado color cenizo, sus ojos son como los de Melanie de color miel.
—Yo pediré las pastillas, ustedes vayan a darle comida a los perros —dice el señor Gutiérrez mientras se dirige a una de las habitaciones que están en el primer nivel.
—Tú te llevas mejor con esos animales — dice Melanie levantando las manos —. La comida está en el patio donde está techado.
—¿Tú qué harás?
— Iré a cocinar el desayuno
—¿Vas a cocinar?
—Sí, tú amas la comida que hago, te voy a preparar tu platillo favorito, cereal con leche
Le doy una carcajada de respuesta —. Ojalá y no quemes la leche como la última vez
—¿No hay leche?
—No, ni una gota
—¿Te gusta el cereal con agua?
—¿Con agua?
—Debe de saber rico —dice Melanie entre risas
— Hagamos algo, tú irás a darle comida a los perros y yo haré el desayuno
Melanie hace una cara de desagrado y termina aceptando con un gesto.
Después de un rato, alguien toca la puerta.
—Hola, buenas tardes, vengo a dejar el pedido.
—¿Steven?
—¡Marihan! ¿Qué haces aquí? —dice tartamudeando la pregunta
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Editado: 03.08.2022