Capítulo 9

Al cabo de tres días concluyeron que los collare eran los causantes y alguien los reconoció como petenecientes al Marqués.

— ¡Asesino! —coreó la multitud—. ¡Vamos a por él!

— ¡Rebelión! ¡Rebelión! —Ése era el leñador, el padre de Milena, quien vió por fin la oportunidad de venganza que buscaba—. ¡Todos contra el Castillo! No puede ese brujo seguir controlándonos, no nos lo merecemos. —Claramente la opinión de los Hermanos Cuervo era compartida.

  Organizó a la gente, repartiendo distintos instrumentos de labranza que resultaran armas mortales, y se preocupó de exaltar los ánimos sin descanso, no fuera a suceder que la rabia se evaporara.

  Por la colina se divisó a un vasto grupo de hombres y mujeres avanzar hacia el Castillo. A juzgar por sus gestos y expresiones, traían ira y furor. Pero el castillo era una verdadera fortaleza, tampoco introducirse en el resultaría una tarea fácil. Hoseok con la ayuda de sus compañeros, cerró por dentro las puertas con enormes tablones y, por si fuera poco, los clavó a los muros. Al menos aquello los demoraría. Al acabar la tarea, SeokJin se fue a esconder debajo de su cama, con sus manos nerviosas tiraba de su pelo y no salió más de allí. Hoseok,en cambio, esperó estoico detrás de las puertas a qué los invasores entraran. Milana se encargó de bajar al Sótano de Alquimia y de poner al corriente al Marqués. Le habló de los Hermanos Cuervo,de sus cuerpos, del pueblo enfurecido, de las pesas que se acercaban.

  El Marqués no pareció ni sorprendido ni demasiado angustiado. Con voz muy calmada le habló a Milena.

— Presiento que mi final está bastante cerca y creo que debes saberlo todo sobre mi magia. La tradición de mi familia, como ya te habrás enterado ha sido la confección de collares. Pero estos no son collares comunes, no, son muy especiales, y no los encontrarás en ningún otro sitio del mundo. El material del que están echos es el miedo de la gente. El miedo cristalizado. Les produzco el miedo, se los hago sentir y luego lo extraigo convertido en cristal. Con fórmulas de alquimia consigo que sean puros. Después los sumerjo en una sustancia que las da las formas definitivas. Luego los junto con un hilo al que ya he puesto conjuros para que no se rompan. Juntar cristales de diferentes perdonas es muy peligroso, nunca lo hagas, puede explotar al usarlo. Tan peligroso como ponerse el collar de su propio miedo, el hechizo se invierte y los ahorca como les sucedió a los hermanos Cuervo,solo yo puedo usarlo, cuando cuelgo un collar a mi cuello, puedo darle órdenes a su respectivo dueño, introduciendome en su mente. Es así como he vivido todos estos años,nunca me ha faltado nada... Ni les faltó a mis antecesores.

— ¿Miedo? —preguntó Milena—. ¿Es eso lo que extrae de los vasos humeantes? ¡Es increíble!

— ¿Ya me has visto hacerlo?

— perdón, señor, se que no debí espiarlo, pero no sabe cuánto lo he admirado observándolo trabajar.

— ¿Cómo es que no me dí cuenta? —se preguntó extrañado el Marqués.

  En ese momento los gritos de los habitantes del pueblo se escucharon con más fuerza, como si se acercaran.

— Me queda poco tiempo Milena, y deseo enseñártelo todo. Ya que me dices haber visto, ¿Has oído los conjuros?

— Si, pero no los comprendo.

 Con infinita paciencia, paso a paso, el Marqués le explicó todo a Milena. No salieron del sótano durante dos días. Para la tarde del segundo, ya le había traspasado todo su poder, todas sus habilidades y conocimientos, usando para ellos sus últimos hechizos, cerrando así su propia historia con la magia.

Historia original:

El Cristal Del Miedo (Marcela Serrano)

Primera edición: 2002