El Delirio de los Reynolds

1. De Vuelta A Casa

Su latido era más fuerte cada vez que el avión empezaba a ascender su respiración más cortante, sus ojos miraban tras la ventanilla del avión observando el paisaje que le disponía, en su mente solo pasaban recuerdos de unos ojos violeta mirándola con ternura y una sonrisa nostálgica. Aunque tenía muchos nervios su melomanía le relajaba mientras pasaba el tiempo. Se recostó cómodamente y empezó a fingir con sus dedos tocar un piano mientras oía a gran volumen una sinfonía relajante y pasiva. 

Tiempo después una voz singular causo que dejara sus audífonos caer sobre sus hombros para oír el anuncio de que por fin el avión descendería, una sonrisa repleta de un manojo de nervios le invadió, y luego se dispuso a seguir oyendo la melodía que cambio a un álbum que llevaba como título "Melifluo”. 

Al descender el avión bajo por las escaleras eléctricas con prisa, suspirando alivio y confusión al llegar abajo, empieza a ver por todos lados, mientras agarra sus maletas se dirige a la zona de parqueo, mientras que sus ojos buscan con desesperación. se repesa en una columna y suspira de decepción.

Una mano toca su hombro delicada y amistosamente, cuando se dispone a voltear a ver, unos ojos violetas con una sonrisa nostálgica y tierna la atrapan con miradas y con alivio y amor le dice:

-Bienvenida a Casa......Hija- la abraza y de inmediato ella acepta el abrazo besando su mejilla

-Mama... te extrañe mucho- dice de forma nostálgica y de inmediato se sueltan y se dirigen hacia el auto negro que estaba a pocos metros de ellas. Dé inmediato arranca el automóvil chofer cuando ellas entran.

Mientras pasa el tiempo Cristina se dispone a observar y admirar las calles que recorrían. Hasta que la voz del chofer de forma educada y muy amigable se dispuso a preguntar:

-Señora Isabel a donde-

Clara la madre de Cristina le dice de forma amigable y algo nerviosa

-Ve a la mansión C. Reynolds- de inmediato al oír esas palabras Cristina se voltea a verla con sorpresa y duda removiendo de sus oídos sus audífonos haciéndolos caer en sus hombros, le mira y la pregunta:

- ¿Desde cuándo tenemos una mansión? ¿Y porque te dicen Isabel, mama? -

Clara le sonrió y le entrego un libro con pasta azul y letras doradas que decían "Reynolds" y le dice 

-Nuestra familia tiene más historia de la que piensas y responderé todas tus dudas mañana después de que descanses- el auto para y se puede admirar una mansión rodeada de un jardín no muy extenso, pero si magnifico, bajan el auto entran y ven una sala muy extensa con un candelabro de cristal colgando en su centro. Cristina admira el resplandor de esa sala gigantesca en la que empieza a examinar con miradas.

Clara la guía a su habitación que es muy espaciosa y con la iluminación del sol cayendo. Cristina entra y voltea a ver a su madre que con ternura le dice:

-Estas devuelta a casa... Crisa- 




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